¡Ay, Dios mío! Aquí seguimos con el tema de las jornadas 4-3, y parece que la cosa no va a amainar tan pronto. El PUSC anda correteando tratando de convencer a todos de que saquen el proyecto de la mesa y lo manden a una comisión especial para verlo 'ultra rápido', como dicen ellos. Pero, ¿quién los está frenando? Pues resulta que el PLN, esos siempre con sus dudas, no se han mordido el anzuelo.
Para ponerlos en el contexto, esto viene arrastrando desde julio pasado, cuando se empezó a debatir la idea de estas jornadas intensivas. Ya hubo un texto sustitutivo, se consultó con la gente, pero todavía queda la incertidumbre flotando en el aire. Parece que ahora quieren acelerar el proceso sacándolo del Plenario y poniéndolo en manos de unos cuantos diputados para que lo revisen a toda prisa. ¡Pero vaya lío!
El jefe de fracción verdiblanca, don Óscar Izquierdo, fue claro este martes: no están convencidos de darle esa vía ‘súper rápida’ a la propuesta. Dice que están conversando internamente, que van a seguir hablando, pero que aún no tienen claro qué hacer. ¡Qué brete! Uno esperaría que después de tanto tiempo ya hubieran tomado una decisión, pero parece que todavía están dándole vueltas como niños con un chunche.
Y la razón por la que el PLN se muestra tan escéptico es simple: temen que al mandar el proyecto a la comisión, se les eche para atrás todo lo que ya habían avanzado. Dicen que perderían el texto original y tendrían que empezar de cero, perdiendo así las modificaciones que ya habían propuesto. Además, algunos diputados no están seguros de que sea lo mejor darle tanta rapidez a la decisión, ¡menuda carga!
Lo que más ha picado al PLN es que la propuesta del PUSC no incluye la moción que aprobaron anteriormente, la que permitía que los trabajadores pudieran decidir si aceptaban o no las jornadas de 12 horas. Según Izquierdo, si se hace esto, estarían retrocediendo y dejando de lado la voz de los empleados. ¡Qué sal! Parece que la intención era buena, pero el resultado podría ser contraproducente.
Otros diputados, como Daniela Rojas del PUSC, sugieren que el PLN pueda volver a presentar esa moción para que se discuta de nuevo. Pero ahí entra otra vara: ¿realmente vale la pena prolongar el debate y meterle más arepas al asunto? Porque al final del día, la economía del país necesita soluciones rápidas y efectivas, no andar dando rodeos.
Por supuesto, hay quienes apoyan la iniciativa del PUSC, como Joaquín Hernández, Luis Fernando Mendoza y Montserrat Ruiz. Pero según Izquierdo, la bancada verdiblanca tiene reservas, y él, personalmente, también. ¡Qué torta! Parece que dentro del PLN hay opiniones encontradas, y la decisión final no está nada clara. A pesar de los esfuerzos por aclarar detalles técnicos y mejorar la redacción, la esencia del debate sigue siendo el mismo: ¿hay que apurar las cosas o tomarse el tiempo necesario para llegar a una solución consensuada?
Así que, con el plazo de las consultas obligatorias acercándose y las sesiones extraordinarias retomándose el lunes, la incertidumbre persiste. ¿Será que finalmente logran aprobar las jornadas 4-3, o el proyecto se irá al traste por las diferencias políticas? ¿Ustedes, colegas del foro, creen que apresurar el proceso es la mejor opción, o es preferible esperar y construir un consenso sólido que beneficie a todos los involucrados?
Para ponerlos en el contexto, esto viene arrastrando desde julio pasado, cuando se empezó a debatir la idea de estas jornadas intensivas. Ya hubo un texto sustitutivo, se consultó con la gente, pero todavía queda la incertidumbre flotando en el aire. Parece que ahora quieren acelerar el proceso sacándolo del Plenario y poniéndolo en manos de unos cuantos diputados para que lo revisen a toda prisa. ¡Pero vaya lío!
El jefe de fracción verdiblanca, don Óscar Izquierdo, fue claro este martes: no están convencidos de darle esa vía ‘súper rápida’ a la propuesta. Dice que están conversando internamente, que van a seguir hablando, pero que aún no tienen claro qué hacer. ¡Qué brete! Uno esperaría que después de tanto tiempo ya hubieran tomado una decisión, pero parece que todavía están dándole vueltas como niños con un chunche.
Y la razón por la que el PLN se muestra tan escéptico es simple: temen que al mandar el proyecto a la comisión, se les eche para atrás todo lo que ya habían avanzado. Dicen que perderían el texto original y tendrían que empezar de cero, perdiendo así las modificaciones que ya habían propuesto. Además, algunos diputados no están seguros de que sea lo mejor darle tanta rapidez a la decisión, ¡menuda carga!
Lo que más ha picado al PLN es que la propuesta del PUSC no incluye la moción que aprobaron anteriormente, la que permitía que los trabajadores pudieran decidir si aceptaban o no las jornadas de 12 horas. Según Izquierdo, si se hace esto, estarían retrocediendo y dejando de lado la voz de los empleados. ¡Qué sal! Parece que la intención era buena, pero el resultado podría ser contraproducente.
Otros diputados, como Daniela Rojas del PUSC, sugieren que el PLN pueda volver a presentar esa moción para que se discuta de nuevo. Pero ahí entra otra vara: ¿realmente vale la pena prolongar el debate y meterle más arepas al asunto? Porque al final del día, la economía del país necesita soluciones rápidas y efectivas, no andar dando rodeos.
Por supuesto, hay quienes apoyan la iniciativa del PUSC, como Joaquín Hernández, Luis Fernando Mendoza y Montserrat Ruiz. Pero según Izquierdo, la bancada verdiblanca tiene reservas, y él, personalmente, también. ¡Qué torta! Parece que dentro del PLN hay opiniones encontradas, y la decisión final no está nada clara. A pesar de los esfuerzos por aclarar detalles técnicos y mejorar la redacción, la esencia del debate sigue siendo el mismo: ¿hay que apurar las cosas o tomarse el tiempo necesario para llegar a una solución consensuada?
Así que, con el plazo de las consultas obligatorias acercándose y las sesiones extraordinarias retomándose el lunes, la incertidumbre persiste. ¿Será que finalmente logran aprobar las jornadas 4-3, o el proyecto se irá al traste por las diferencias políticas? ¿Ustedes, colegas del foro, creen que apresurar el proceso es la mejor opción, o es preferible esperar y construir un consenso sólido que beneficie a todos los involucrados?