¡Ay, Dios mío, qué cosas estamos viviendo!
Este martes, el país se viste de naranja para recordar la lucha contra la violencia de género, pero este año hay un brete nuevo: la violencia digital. No es cuento, la onda ahora va por WhatsApp, Instagram, hasta por inteligencia artificial. ¡Qué carga!
La Fundación Arias para la Paz, esos mádres viejas que siempre andan haciendo bien las cosas, lanzó la invitación a todos los comunicadores y figuras públicas para que usen el lazo naranja. Esta campaña ya lleva tiempo, desde el 91 pa’ ser exactos, pero ahora le ponen turbo porque la cosa se ha puesto fea con toda esta tecnología.
Y es que, diay, cómo está cambiando el panorama. Antes era un empujón, un insulto en la calle, pero ahora te inventan fotos falsas, te amenazan por redes sociales, difunden rumores… ¡Todo eso utilizando herramientas que supuestamente nos hacen la vida más fácil! Qué sal que la tecnología se haya convertido en arma para hacer daño.
Suzanne Fischel, la directora de la fundación, lo dijo clarito: “Portar este lazo es decir juntos que ninguna forma de violencia tiene cabida acá.” No es sólo un accesorio, mae, es un compromiso. Un recordatorio de que las mujeres siguen siendo víctimas, y no sólo de golpes físicos, sino también de ataques psicológicos y emocionales que dejan cicatrices profundas.
Según datos duros, una de cada tres mujeres enfrentará algún tipo de violencia en su vida. Y aunque hemos avanzado en leyes y programas de apoyo, todavía queda mucho por hacer. Las normas sociales, la falta de recursos y esas crisis globales que nunca paran de sacudirnos, todo eso hace que la situación sea aún más complicada, especialmente para aquellas que ya estaban vulnerables.
Lo que me preocupa más es cómo la inteligencia artificial está entrando en juego. Imagínate, crear 'deepfakes' para dañar la reputación de alguien, acosar con mensajes personalizados... ¡Es escalofriante, pura ciencia ficción hecha realidad! Tenemos que estar ojo avizor y exigir que estas tecnologías se usen de manera responsable, para evitar que se conviertan en herramientas de opresión.
Por eso, la Fundación Arias llama a todos a sumarse a la iniciativa, denunciar cualquier caso de violencia que veamos, crear espacios seguros donde las mujeres puedan sentirse protegidas y apoyar a las organizaciones que trabajan en la prevención. Hay que ponerle corazón y ganas a esto, porque la violencia de género no se combate sola, se necesita un esfuerzo colectivo. Ahora, díganme, ¿creen que las plataformas digitales están haciendo lo suficiente para combatir el acoso y la violencia online? ¿Qué medidas creen que deberían tomarse para proteger a las usuarias?
En fin, este lazo naranja es un símbolo potente, pero no es la solución mágica. Requiere un cambio cultural profundo, una reeducación de nuestras actitudes y comportamientos. Y nosotros, como ciudadanos, tenemos que asumir nuestra responsabilidad de construir una sociedad más justa e igualitaria, donde todas las mujeres puedan vivir libres de miedo y discriminación. ¡Vamos a darle con todo!
Este martes, el país se viste de naranja para recordar la lucha contra la violencia de género, pero este año hay un brete nuevo: la violencia digital. No es cuento, la onda ahora va por WhatsApp, Instagram, hasta por inteligencia artificial. ¡Qué carga!
La Fundación Arias para la Paz, esos mádres viejas que siempre andan haciendo bien las cosas, lanzó la invitación a todos los comunicadores y figuras públicas para que usen el lazo naranja. Esta campaña ya lleva tiempo, desde el 91 pa’ ser exactos, pero ahora le ponen turbo porque la cosa se ha puesto fea con toda esta tecnología.
Y es que, diay, cómo está cambiando el panorama. Antes era un empujón, un insulto en la calle, pero ahora te inventan fotos falsas, te amenazan por redes sociales, difunden rumores… ¡Todo eso utilizando herramientas que supuestamente nos hacen la vida más fácil! Qué sal que la tecnología se haya convertido en arma para hacer daño.
Suzanne Fischel, la directora de la fundación, lo dijo clarito: “Portar este lazo es decir juntos que ninguna forma de violencia tiene cabida acá.” No es sólo un accesorio, mae, es un compromiso. Un recordatorio de que las mujeres siguen siendo víctimas, y no sólo de golpes físicos, sino también de ataques psicológicos y emocionales que dejan cicatrices profundas.
Según datos duros, una de cada tres mujeres enfrentará algún tipo de violencia en su vida. Y aunque hemos avanzado en leyes y programas de apoyo, todavía queda mucho por hacer. Las normas sociales, la falta de recursos y esas crisis globales que nunca paran de sacudirnos, todo eso hace que la situación sea aún más complicada, especialmente para aquellas que ya estaban vulnerables.
Lo que me preocupa más es cómo la inteligencia artificial está entrando en juego. Imagínate, crear 'deepfakes' para dañar la reputación de alguien, acosar con mensajes personalizados... ¡Es escalofriante, pura ciencia ficción hecha realidad! Tenemos que estar ojo avizor y exigir que estas tecnologías se usen de manera responsable, para evitar que se conviertan en herramientas de opresión.
Por eso, la Fundación Arias llama a todos a sumarse a la iniciativa, denunciar cualquier caso de violencia que veamos, crear espacios seguros donde las mujeres puedan sentirse protegidas y apoyar a las organizaciones que trabajan en la prevención. Hay que ponerle corazón y ganas a esto, porque la violencia de género no se combate sola, se necesita un esfuerzo colectivo. Ahora, díganme, ¿creen que las plataformas digitales están haciendo lo suficiente para combatir el acoso y la violencia online? ¿Qué medidas creen que deberían tomarse para proteger a las usuarias?
En fin, este lazo naranja es un símbolo potente, pero no es la solución mágica. Requiere un cambio cultural profundo, una reeducación de nuestras actitudes y comportamientos. Y nosotros, como ciudadanos, tenemos que asumir nuestra responsabilidad de construir una sociedad más justa e igualitaria, donde todas las mujeres puedan vivir libres de miedo y discriminación. ¡Vamos a darle con todo!