En un descubrimiento inquietante, recientes investigaciones del Tecnológico de Costa Rica (TEC) revelan que las plantas ubicadas cerca de las carreteras principales del Gran Área Metropolitana (GAM) podrían estar altamente contaminadas con metales pesados. Este hallazgo advierte a la población sobre los riesgos de trasladar estas plantas a sus hogares o incluso tocarlas, debido a los peligros potenciales para la salud.
Los estudios, liderados por los científicos Teresa Salazar y Guillermo Calvo, han identificado concentraciones alarmantes de metales pesados como zinc, cromo, cobre, plomo y vanadio en las hojas de árboles situados en las cercanías de las principales vías de Heredia, Alajuela, San José y Cartago. Estos metales, ampliamente conocidos por sus efectos nocivos en la salud humana, pueden causar problemas cardiovasculares, cáncer, dificultades de crecimiento en niños y nacimientos prematuros.
A través de análisis exhaustivos, incluyendo métodos tradicionales y técnicas innovadoras de medición por propiedades magnéticas, los investigadores analizaron alrededor de 80 muestras de hojas por cada tipo de planta estudiada. Entre las plantas examinadas se encuentran ficus, cítricos, casuarinas y cipreses, todas mostrando altos niveles de contaminación.
Un aspecto crítico de esta investigación es que los metales pesados no se degradan fácilmente en el ambiente. Bajo la acción de la lluvia y otros factores, estos metales pueden ser absorbidos por las plantas y, eventualmente, ingresar a la cadena alimentaria a través de animales que consumen estas plantas contaminadas. Este ciclo puede llevar a la acumulación de metales en el cuerpo humano, representando un grave riesgo para la salud.
Los científicos advierten que aunque los árboles y plantas cercanos a las carreteras sirven como barreras naturales contra la contaminación atmosférica, no deben ser ingeridos de ninguna forma. La percepción errónea de que estos árboles pueden ser una fuente segura de alimentos, como té o frutas, podría exponer a las personas a niveles peligrosos de metales pesados. La recomendación es clara: estas plantas deben ser utilizadas únicamente con fines de purificación ambiental y no para el consumo humano.
El TEC ha contado con la colaboración del Laboratorio de Magnetismo Natural de Morelia de la UNAM en México para validar los resultados, resaltando la importancia de las técnicas empleadas. Estas técnicas, más accesibles y menos contaminantes que los análisis químicos convencionales, ofrecen un método eficiente para estimar la concentración de metales pesados en el ambiente.
Además de la advertencia sanitaria, la investigación destaca la función vital de las plantas urbanas como purificadoras del aire. Sin embargo, su papel como barreras contra la contaminación no debe ser confundido con una garantía de seguridad alimentaria. La presencia de metales pesados en plantas urbanas subraya la necesidad de una mayor conciencia y precaución por parte de la ciudadanía.
Aunque los árboles y plantas urbanas desempeñan un rol crucial en la mejora de la calidad del aire y el control del clima urbano, la población debe ser consciente de los peligros que implica trasladarlas a sus hogares o consumir partes de ellas.
La investigación del TEC pone de manifiesto la importancia de proteger nuestra salud evitando la exposición a estos contaminantes, mientras continuamos apreciando y utilizando las plantas urbanas por sus beneficios ambientales.
Los estudios, liderados por los científicos Teresa Salazar y Guillermo Calvo, han identificado concentraciones alarmantes de metales pesados como zinc, cromo, cobre, plomo y vanadio en las hojas de árboles situados en las cercanías de las principales vías de Heredia, Alajuela, San José y Cartago. Estos metales, ampliamente conocidos por sus efectos nocivos en la salud humana, pueden causar problemas cardiovasculares, cáncer, dificultades de crecimiento en niños y nacimientos prematuros.
A través de análisis exhaustivos, incluyendo métodos tradicionales y técnicas innovadoras de medición por propiedades magnéticas, los investigadores analizaron alrededor de 80 muestras de hojas por cada tipo de planta estudiada. Entre las plantas examinadas se encuentran ficus, cítricos, casuarinas y cipreses, todas mostrando altos niveles de contaminación.
Un aspecto crítico de esta investigación es que los metales pesados no se degradan fácilmente en el ambiente. Bajo la acción de la lluvia y otros factores, estos metales pueden ser absorbidos por las plantas y, eventualmente, ingresar a la cadena alimentaria a través de animales que consumen estas plantas contaminadas. Este ciclo puede llevar a la acumulación de metales en el cuerpo humano, representando un grave riesgo para la salud.
Los científicos advierten que aunque los árboles y plantas cercanos a las carreteras sirven como barreras naturales contra la contaminación atmosférica, no deben ser ingeridos de ninguna forma. La percepción errónea de que estos árboles pueden ser una fuente segura de alimentos, como té o frutas, podría exponer a las personas a niveles peligrosos de metales pesados. La recomendación es clara: estas plantas deben ser utilizadas únicamente con fines de purificación ambiental y no para el consumo humano.
El TEC ha contado con la colaboración del Laboratorio de Magnetismo Natural de Morelia de la UNAM en México para validar los resultados, resaltando la importancia de las técnicas empleadas. Estas técnicas, más accesibles y menos contaminantes que los análisis químicos convencionales, ofrecen un método eficiente para estimar la concentración de metales pesados en el ambiente.
Además de la advertencia sanitaria, la investigación destaca la función vital de las plantas urbanas como purificadoras del aire. Sin embargo, su papel como barreras contra la contaminación no debe ser confundido con una garantía de seguridad alimentaria. La presencia de metales pesados en plantas urbanas subraya la necesidad de una mayor conciencia y precaución por parte de la ciudadanía.
Aunque los árboles y plantas urbanas desempeñan un rol crucial en la mejora de la calidad del aire y el control del clima urbano, la población debe ser consciente de los peligros que implica trasladarlas a sus hogares o consumir partes de ellas.
La investigación del TEC pone de manifiesto la importancia de proteger nuestra salud evitando la exposición a estos contaminantes, mientras continuamos apreciando y utilizando las plantas urbanas por sus beneficios ambientales.
