En un reciente artículo de la revista New Yorker (
aquí requiere suscripción, o esta versión, al parecer contrabandeada) sobre una posible nueva fase de extinción masiva de especies, se menciona que dicha idea era aceptada por personas cultas.
Es más, se menciona la famosa expedición para descubrir la costa del Pacífico de Lewis y Clark enviada por el Presidente de los EEUU, Thomas Jefferson. Jefferson pensaba que dicha expedición descubriría innumerables números de mastodontes (como mauts) en las llanuras del oeste americano. La idea en esa época era que las especies, creadas por Dios, eran fijas e inmutables y no se extinguían.
Charles Darwin vino a cambiar esto. Para Darwin por supuesto, la idea de no extinción no era posible, siendo que la base de su pensamiento era la supervivencia del más apto. Claramente era posible que especies se extinguieran a través del tiempo. Y en 1859, en su Origen de las Especies lo manifiesta así. Esto fue por supuesto una revelación trascendental en la historia de la ciencia.
Sin embargo, para Darwin, la extinción de las especies es un suceso más bien progresivo y limitado en el tiempo. En su época, había personas que creían que existían períodos de tiempo de extinción masiva de especies, pero el las descartó como imposibles. Darwin decía más bien que el proceso paulatino de selección natural y supervivencia del más apto haría que algunas especies se extinguieran a través del tiempo. Pero una extincion masiva sería un retroceso en el proceso evolutivo.
El problema es que hoy día sabemos otra cosa, y ese es el tema del artículo: la verdad es que la historia de la Tierra muestra episodios de masivas extinciones de especies. De éstas, 5 son marcados episodios donde hubo una extinción masiva de especies tomando millones de años para recuperarse. La última, que destruyó a los dinosaurios, ocurrió hace 65 millones de años más o menos, y se ha comprobadao eu fue producto de un meteorito.
Siendo así las cosas, la verdad es que sería mejor para Darwin que lo que dice ese museo de Kentucky fuera cierto: la evidencia de extinciones masivas de especies pone mayor presión sobre la Teoría de la Evolución para explicar cómo es posible que especies surjan y se diversifiquen en períodos tan relativamente cortos de tiempo. Ciertamente, estas extinciones permiten que nuevos grupos de animales (como los mamíferos) aumenten su preponderancia.
Pero la serie de fuertes interrupciones nos pone en serias dudas si el orígen de las especies es mera función del ciego azar y cambios paulatinos a través de largos períodos de tiempo.