Maes, a veces uno anda en el día a día, pegado en el brete, quejándose de la presa o del aguacero, y de repente se topa con una historia que le da una cachetada de perspectiva. Hoy les quiero hablar de una de esas varas que te resetean el disco duro. Se trata de Rino, un zaguatico de Isla Chira que, sinceramente, la vida le pegó una sal que ni para qué les cuento, pero que demostró tener más garra que un león.
Imagínense la escena: Rino era el “perrito del pueblo”. Un mestizo buena gente, de esos que no tienen casa pero sí un montón de familias. Toda la comunidad lo chineaba, le daba comida y cariño. Pero un día, todo se fue al traste. Otro perro lo atacó con una saña brutal, al punto de que, como dice Kevin Argüello de Cuna de Campeones, le dejó la “cara partida en varios pedazos”. ¡Qué torta más espantosa, mae! Por si fuera poco, el pobre animalito también estaba luchando contra un cáncer que se le comía la cara. Era un despiche total; la gente de la isla intentaba ayudar, pero era como tratar de apagar el Zurquí con un balde. Simplemente no daban abasto.
Aquí es donde la vara se pone tuanis. Tres meses después del ataque, cuando ya parecía que no había nada que hacer, apareció la gente de Cuna de Campeones. Y maes, ¡qué nivel de gente! Encontraron a Rino en un estado crítico, hecho leña, con la cara desfigurada y las heridas infectadas. Cualquiera hubiera dicho “no, salado, ya no se puede”. Pero ellos no. Vieron al campeón que había debajo de todo ese dolor y decidieron jugársela. El brete que se han pegado es, sencillamente, una carga. Le han hecho más de 10 cirugías al perro, un proceso larguísimo y carísimo que demuestra un compromiso fuera de serie.
Y es que la filosofía de Cuna de Campeones no es solo rescatar por rescatar. Como lo explica Kevin, ellos no tienen un albergue tradicional; los perros viven en su casa, en manada. La misión es rehabilitarlos por completo, no solo curarles las heridas físicas, sino también las del alma. Les enseñan a confiar de nuevo, a ser parte de una familia, a ser “funcionales”. No es solo castrar y buscarles casa. Es un proceso integral para que el chunche no vuelva a pasarla mal nunca más. Es prepararlos para que cuando encuentren su hogar definitivo, la vara fluya a cachete.
Hoy, Rino es el vivo ejemplo de que ese esfuerzo vale la pena. Todavía no está al 100%, pero el cambio es increíble. Ya no vive con aquel dolor insoportable; ahora juega, pasea y es parte de la manada. Es un símbolo de esperanza. Su futuro todavía es incierto, pero tiene dos caminos y ambos son buenos: o se recupera por completo y encuentra una familia para siempre, o se queda como parte de la tropa de Cuna de Campeones para toda la vida. ¡Qué chiva que después de tanto sufrimiento, el perro ya ganó!
Historias como la de Rino nos recuerdan que en este país hay gente que se la juega de verdad por los que no tienen voz. Y diay, si a usted esta historia le movió el piso y quiere echar una mano, la gente de Cuna de Campeones siempre necesita apoyo para seguir haciendo estas hazañas. Se les puede ayudar por Sinpe Móvil al 8707-6204. Ahora les pregunto a ustedes, foreros: Aparte de Rino, ¿conocen otra historia de algún animalito que le haya dado vuelta a la tortilla y que demuestre el nivel de la gente en este país?
Imagínense la escena: Rino era el “perrito del pueblo”. Un mestizo buena gente, de esos que no tienen casa pero sí un montón de familias. Toda la comunidad lo chineaba, le daba comida y cariño. Pero un día, todo se fue al traste. Otro perro lo atacó con una saña brutal, al punto de que, como dice Kevin Argüello de Cuna de Campeones, le dejó la “cara partida en varios pedazos”. ¡Qué torta más espantosa, mae! Por si fuera poco, el pobre animalito también estaba luchando contra un cáncer que se le comía la cara. Era un despiche total; la gente de la isla intentaba ayudar, pero era como tratar de apagar el Zurquí con un balde. Simplemente no daban abasto.
Aquí es donde la vara se pone tuanis. Tres meses después del ataque, cuando ya parecía que no había nada que hacer, apareció la gente de Cuna de Campeones. Y maes, ¡qué nivel de gente! Encontraron a Rino en un estado crítico, hecho leña, con la cara desfigurada y las heridas infectadas. Cualquiera hubiera dicho “no, salado, ya no se puede”. Pero ellos no. Vieron al campeón que había debajo de todo ese dolor y decidieron jugársela. El brete que se han pegado es, sencillamente, una carga. Le han hecho más de 10 cirugías al perro, un proceso larguísimo y carísimo que demuestra un compromiso fuera de serie.
Y es que la filosofía de Cuna de Campeones no es solo rescatar por rescatar. Como lo explica Kevin, ellos no tienen un albergue tradicional; los perros viven en su casa, en manada. La misión es rehabilitarlos por completo, no solo curarles las heridas físicas, sino también las del alma. Les enseñan a confiar de nuevo, a ser parte de una familia, a ser “funcionales”. No es solo castrar y buscarles casa. Es un proceso integral para que el chunche no vuelva a pasarla mal nunca más. Es prepararlos para que cuando encuentren su hogar definitivo, la vara fluya a cachete.
Hoy, Rino es el vivo ejemplo de que ese esfuerzo vale la pena. Todavía no está al 100%, pero el cambio es increíble. Ya no vive con aquel dolor insoportable; ahora juega, pasea y es parte de la manada. Es un símbolo de esperanza. Su futuro todavía es incierto, pero tiene dos caminos y ambos son buenos: o se recupera por completo y encuentra una familia para siempre, o se queda como parte de la tropa de Cuna de Campeones para toda la vida. ¡Qué chiva que después de tanto sufrimiento, el perro ya ganó!
Historias como la de Rino nos recuerdan que en este país hay gente que se la juega de verdad por los que no tienen voz. Y diay, si a usted esta historia le movió el piso y quiere echar una mano, la gente de Cuna de Campeones siempre necesita apoyo para seguir haciendo estas hazañas. Se les puede ayudar por Sinpe Móvil al 8707-6204. Ahora les pregunto a ustedes, foreros: Aparte de Rino, ¿conocen otra historia de algún animalito que le haya dado vuelta a la tortilla y que demuestre el nivel de la gente en este país?