¡Aguántense!, porque parece que el ambiente político en Costa Rica va a ponerse más movido de lo usual. Resulta que a varios de los magistrados que andan en el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) se les acaba el tiempo a partir del 2026, y eso siempre da para moverle unos cuantos palazos al gallito, ¿verdad?
Según nos enteramos por fuentes confiables –léase, la información que le pidieron al TSE–, tenemos a Max Esquivel, quien ahora anda presidenciando la mesa, con fecha de expiración cercana. También están Luis Diego Brenes y Mary Anne Mannix Arnold, esos que están ahí de suplentes, echándole ganas. Sus tiempos terminan antes, ya pa’ el 2027, así que hay que estar pendientes a ver qué sale de ahí.
Y ni hablar de Eugenia Zamora, que asumió la presidencia en 2021 y se convirtió en la primera dama en dirigir el TSE, ¡qué orgullo nacional!. La reeligieron por tres años más, así que todavía tiene un buen trecho por recorrer, aunque tampoco es eterno, pues en 2029 también tendrá que buscarse nuevos aires o esperar a que la renueven. Ella viene desde 2005, siendo magistrada y vicepresidenta desde 2009, ¡una vida dedicada al brete electoral!
Pero la cosa no termina ahí, porque también tienen fecha de vencimiento Héctor Fernández y Hugo Picado, estos últimos también suplentes. Es decir, casi medio tribunal tendrá que renovarse en los próximos años. ¿Se imaginan el batallar que se avecina para decidir quiénes ocuparán esos puestos? Porque esto no es tan sencillo como tirar la moneda al aire, muchachos…
Ahora bien, ¿quiénes toman esas decisiones cruciales? Aquí es donde entra en juego la Corte Suprema de Justicia, la cual, según la ley, es la responsable de nombrar tanto a los titulares como a los suplentes del TSE. Pero ojo, que para elegir necesitan el visto bueno de al menos dos tercios de sus miembros, es decir, unas 15 magistraturas. Una mayoría calificada, vamos, para evitar cualquier tipo de polémica o sospecha de componenda.
El problema es que, ¡y aquí viene la bomba!, a 13 de los 22 magistrados de la Corte también se les vence el período. Eso significa que la conformación de la Asamblea Legislativa, que será la encargada de elegir a esos magistrados, jugará un papel fundamental en todo este asunto. Ahora, si el partido oficial logra conseguir las 40 curules que ambicionan, tendrán mucho más control sobre estas decisiones, frenando cualquier intento de cambio que no les convenga.
Y hablando de cambios, resulta que Laura Fernández, una candidata presidencial, propuso limitar a 10 años el tiempo máximo que alguien puede ser magistrado del Poder Judicial. ¡Eso sí que metería tela cómplice en el asunto! Imagínate, si eso se aprueba, muchos de los actuales podrían verse obligados a dejar sus puestos antes de tiempo. Un giro inesperado, sin duda, que podría transformar el panorama político judicial del país. Esto huele a pastel, diay…
Con todo esto encima, ¿creen ustedes que la renovación del TSE y la Corte Suprema de Justicia traerá consigo mayor transparencia y eficiencia en la administración de justicia y las elecciones en Costa Rica, o simplemente será otro escenario de luchas políticas y negociaciones detrás de escena? ¡Compartan sus opiniones en el foro!
Según nos enteramos por fuentes confiables –léase, la información que le pidieron al TSE–, tenemos a Max Esquivel, quien ahora anda presidenciando la mesa, con fecha de expiración cercana. También están Luis Diego Brenes y Mary Anne Mannix Arnold, esos que están ahí de suplentes, echándole ganas. Sus tiempos terminan antes, ya pa’ el 2027, así que hay que estar pendientes a ver qué sale de ahí.
Y ni hablar de Eugenia Zamora, que asumió la presidencia en 2021 y se convirtió en la primera dama en dirigir el TSE, ¡qué orgullo nacional!. La reeligieron por tres años más, así que todavía tiene un buen trecho por recorrer, aunque tampoco es eterno, pues en 2029 también tendrá que buscarse nuevos aires o esperar a que la renueven. Ella viene desde 2005, siendo magistrada y vicepresidenta desde 2009, ¡una vida dedicada al brete electoral!
Pero la cosa no termina ahí, porque también tienen fecha de vencimiento Héctor Fernández y Hugo Picado, estos últimos también suplentes. Es decir, casi medio tribunal tendrá que renovarse en los próximos años. ¿Se imaginan el batallar que se avecina para decidir quiénes ocuparán esos puestos? Porque esto no es tan sencillo como tirar la moneda al aire, muchachos…
Ahora bien, ¿quiénes toman esas decisiones cruciales? Aquí es donde entra en juego la Corte Suprema de Justicia, la cual, según la ley, es la responsable de nombrar tanto a los titulares como a los suplentes del TSE. Pero ojo, que para elegir necesitan el visto bueno de al menos dos tercios de sus miembros, es decir, unas 15 magistraturas. Una mayoría calificada, vamos, para evitar cualquier tipo de polémica o sospecha de componenda.
El problema es que, ¡y aquí viene la bomba!, a 13 de los 22 magistrados de la Corte también se les vence el período. Eso significa que la conformación de la Asamblea Legislativa, que será la encargada de elegir a esos magistrados, jugará un papel fundamental en todo este asunto. Ahora, si el partido oficial logra conseguir las 40 curules que ambicionan, tendrán mucho más control sobre estas decisiones, frenando cualquier intento de cambio que no les convenga.
Y hablando de cambios, resulta que Laura Fernández, una candidata presidencial, propuso limitar a 10 años el tiempo máximo que alguien puede ser magistrado del Poder Judicial. ¡Eso sí que metería tela cómplice en el asunto! Imagínate, si eso se aprueba, muchos de los actuales podrían verse obligados a dejar sus puestos antes de tiempo. Un giro inesperado, sin duda, que podría transformar el panorama político judicial del país. Esto huele a pastel, diay…
Con todo esto encima, ¿creen ustedes que la renovación del TSE y la Corte Suprema de Justicia traerá consigo mayor transparencia y eficiencia en la administración de justicia y las elecciones en Costa Rica, o simplemente será otro escenario de luchas políticas y negociaciones detrás de escena? ¡Compartan sus opiniones en el foro!