¡Ay, Dios mío, qué bronca! Apenas una semanita nos separa del cierre de año y parece que media pura todavía anda pensando en cuándo pagar el marchamo del 2026. Esto va así, pues: el Instituto Nacional de Seguros (INS) soltó las estadísticas y la cosa no pinta tan rosada como quisiéramos.
Según los números oficiales, apenas el 52% de los conductores ticos le ha metido mano al bolsillo para regularizar su circulación. Eso significa que casi la mitad – ¡casi la mitad, varon! – todavía tiene pendiente este brete. Imagínate, más de un millón de marchamos pendientes, y eso, en tiempos de tanta cosita, puede ser un buen dolor de cabeza para el país.
Sidney Viales Fallas, el encargado de estos temas en el INS, salió al paso diciendo que ellos están haciendo un llamamiento a todos los propietarios de vehículos para que, si pueden, paguen antes del 31 de diciembre. No es pa' volverse loco, pero sí pa’ evitarse una multa de ¢60.000 en enero, que con esta inflación, ¡ni hablar!
Y ni les cuento la cantidad de vainas que la gente ha ido buscando en internet: más de cinco millones de consultas sobre el marchamo. Pero entre buscar y pagar hay un mundo de diferencia, ¿verdad? Parece que muchos están viendo cómo se les va el tiempo y el dinero, y luego andan lamentándose porque llegó enero y tienen que aflojar la bolsa para pagar la multa, ¡qué sal!
En cuanto a la plata que sí entró, hasta ahora se han recaudado unos ¢190 mil millones, una suma considerable, claro, pero que todavía está lejos de cubrir lo que se esperaba. Lo bueno es que aún hay tiempo, aunque el tiempo no perdona, como dice mi abu. Así que a darle, pues, y a poner el marchamo al día, antes de que sea demasiado tarde.
Ahora bien, no todo es pagar y punto. Hay que entender que el marchamo es mucho más que un trámite burocrático. Es una herramienta clave para financiar el sistema de seguros obligatorios, que protege a todas las personas en caso de accidentes de tránsito. Por eso, es importante que todos hagamos nuestra parte para mantenerlo funcionando correctamente. Además, el dinero recaudado ayuda a mejorar nuestras carreteras y calles, haciendo que sean más seguras para todos.
Muchos se preguntarán, ¿por qué tanta tardanza en los pagos? Bueno, los motivos son variados: algunos dicen que la economía no anda muy bien, otros que los trámites son engorrosos, y otros simplemente que se olvidaron (¡qué torta!). Sea cual sea la razón, lo importante es actuar ahora, antes de que las consecuencias sean peores.
Así que ya saben, compadres: pongámonle empeño a este asunto del marchamo. No esperemos a última hora, evitemos multas innecesarias y ayudemos a construir un país más seguro y organizado. Ahora me pregunto... ¿ustedes creen que el INS debería implementar algún incentivo para motivar a la gente a pagar el marchamo a tiempo, tipo descuentos o sorteos, o prefieren seguir con la estrategia actual?
Según los números oficiales, apenas el 52% de los conductores ticos le ha metido mano al bolsillo para regularizar su circulación. Eso significa que casi la mitad – ¡casi la mitad, varon! – todavía tiene pendiente este brete. Imagínate, más de un millón de marchamos pendientes, y eso, en tiempos de tanta cosita, puede ser un buen dolor de cabeza para el país.
Sidney Viales Fallas, el encargado de estos temas en el INS, salió al paso diciendo que ellos están haciendo un llamamiento a todos los propietarios de vehículos para que, si pueden, paguen antes del 31 de diciembre. No es pa' volverse loco, pero sí pa’ evitarse una multa de ¢60.000 en enero, que con esta inflación, ¡ni hablar!
Y ni les cuento la cantidad de vainas que la gente ha ido buscando en internet: más de cinco millones de consultas sobre el marchamo. Pero entre buscar y pagar hay un mundo de diferencia, ¿verdad? Parece que muchos están viendo cómo se les va el tiempo y el dinero, y luego andan lamentándose porque llegó enero y tienen que aflojar la bolsa para pagar la multa, ¡qué sal!
En cuanto a la plata que sí entró, hasta ahora se han recaudado unos ¢190 mil millones, una suma considerable, claro, pero que todavía está lejos de cubrir lo que se esperaba. Lo bueno es que aún hay tiempo, aunque el tiempo no perdona, como dice mi abu. Así que a darle, pues, y a poner el marchamo al día, antes de que sea demasiado tarde.
Ahora bien, no todo es pagar y punto. Hay que entender que el marchamo es mucho más que un trámite burocrático. Es una herramienta clave para financiar el sistema de seguros obligatorios, que protege a todas las personas en caso de accidentes de tránsito. Por eso, es importante que todos hagamos nuestra parte para mantenerlo funcionando correctamente. Además, el dinero recaudado ayuda a mejorar nuestras carreteras y calles, haciendo que sean más seguras para todos.
Muchos se preguntarán, ¿por qué tanta tardanza en los pagos? Bueno, los motivos son variados: algunos dicen que la economía no anda muy bien, otros que los trámites son engorrosos, y otros simplemente que se olvidaron (¡qué torta!). Sea cual sea la razón, lo importante es actuar ahora, antes de que las consecuencias sean peores.
Así que ya saben, compadres: pongámonle empeño a este asunto del marchamo. No esperemos a última hora, evitemos multas innecesarias y ayudemos a construir un país más seguro y organizado. Ahora me pregunto... ¿ustedes creen que el INS debería implementar algún incentivo para motivar a la gente a pagar el marchamo a tiempo, tipo descuentos o sorteos, o prefieren seguir con la estrategia actual?
