¡Ay, Dios mío, qué despiche! Resulta que este año el marchamo va a salir más salado que el café agrio de mi abuela. La Sugese ya dio a conocer las nuevas tarifas del Seguro Obligatorio Automotor (SOA) para el 2026 y, bueno, los bolsillos van a sentirlo. Después de tanto ahorro que uno hacía, parece que ahora hay que rifarse más para mantener el carro al día.
Para los que no estén al tanto, el SOA es parte de ese famoso marchamo que todos los conductores tenemos que pagar al final del año. No es que nos guste, claro, pero es la ley, diay. Según explican desde la Superintendencia, estos precios suben porque ha habido un montón de accidentes en carretera. Parece mentira, pero más carros significan, lamentablemente, más choques y más gastos para todos nosotros. Es un círculo vicioso, vamos.
Y hablando de números, la cosa pinta así: si tienes un carro particular, prepárate para desembolsar unos ¢30.238. Los que tienen camiones ligeros pagarán ¢18.806 y los camioneros, esos que siempre andan trabajando duro, tendrán que ponerle ¢35.004. Las motos y bicimotos, que son pura alegría en la carretera, subirán a ¢99.623; los buses, que nos llevan de un lado a otro, ¢81.060, y los taxis, nuestros fieles compañeros de noche, ¢73.300. Y para los equipos especiales, digamos para los que tienen carros más... particulares, la tarifa será de ¢9.627. Una vara para cada quien, imagínate.
Ahora bien, Tomás Soley, el jefe de la Sugese, soltó unas verdades que nos hacen pensar. Dijo que estamos viendo un aumento preocupante de accidentes, especialmente de motociclistas. En 2024 tuvimos 505 muertes en las carreteras, pero apenas 136 de esas fueron cubiertas por el SOA. ¿La razón? Pues muchos no hacen el trámite correspondiente o simplemente no saben cómo reclamar. ¡Qué torta! Perdemos el derecho a estar protegidos porque no hacemos las cosas correctas, ¿verdad?
Lo más triste es que el 2024 fue el año con más motociclistas fallecidos. Se registraron 4.790 accidentes más que el año anterior, sumando un total de más de 40.000 siniestros. De esos, casi 28.000 involucraron motos, mientras que otros 8.900 fueron de carros. Y ojo, que eso se traduce en 45.570 personas lesionadas. ¡Qué barra! Esto demuestra que necesitamos tomar cartas en el asunto y empezar a conducir con más responsabilidad y respeto por los demás, mae.
Soley advierte que la situación es grave y que si seguimos igual, este problema solo empeorará. Dice que si no cambiamos nuestra actitud en la carretera, si seguimos sacando el día pensando que es cualquier cosa, las consecuencias serán peores. Y él no anda jugando, amigos. Nos está diciendo que estamos frente a una verdadera masacre en las carreteras y que es hora de ponernos las pilas.
Pero no todo está perdido. Podemos empezar por revisar nuestras costumbres al volante, respetar las señales de tráfico, no excedernos con la velocidad y, por supuesto, usar casco si somos motociclistas. También sería bueno que la Sugese intensifique sus campañas de concientización y que el INS facilite el proceso de reclamación para que nadie se quede sin recibir la compensación que le corresponde. Al fin y al cabo, el SOA existe para proteger a todos nosotros, ¿no es cierto?
Así que, con esto en mente, me pregunto: ¿cree usted que las campañas de seguridad vial actuales realmente están dando resultado o deberíamos buscar enfoques más creativos y efectivos para cambiar la cultura de conducción en Costa Rica? ¡Déjeme saber su opinión en los comentarios!
Para los que no estén al tanto, el SOA es parte de ese famoso marchamo que todos los conductores tenemos que pagar al final del año. No es que nos guste, claro, pero es la ley, diay. Según explican desde la Superintendencia, estos precios suben porque ha habido un montón de accidentes en carretera. Parece mentira, pero más carros significan, lamentablemente, más choques y más gastos para todos nosotros. Es un círculo vicioso, vamos.
Y hablando de números, la cosa pinta así: si tienes un carro particular, prepárate para desembolsar unos ¢30.238. Los que tienen camiones ligeros pagarán ¢18.806 y los camioneros, esos que siempre andan trabajando duro, tendrán que ponerle ¢35.004. Las motos y bicimotos, que son pura alegría en la carretera, subirán a ¢99.623; los buses, que nos llevan de un lado a otro, ¢81.060, y los taxis, nuestros fieles compañeros de noche, ¢73.300. Y para los equipos especiales, digamos para los que tienen carros más... particulares, la tarifa será de ¢9.627. Una vara para cada quien, imagínate.
Ahora bien, Tomás Soley, el jefe de la Sugese, soltó unas verdades que nos hacen pensar. Dijo que estamos viendo un aumento preocupante de accidentes, especialmente de motociclistas. En 2024 tuvimos 505 muertes en las carreteras, pero apenas 136 de esas fueron cubiertas por el SOA. ¿La razón? Pues muchos no hacen el trámite correspondiente o simplemente no saben cómo reclamar. ¡Qué torta! Perdemos el derecho a estar protegidos porque no hacemos las cosas correctas, ¿verdad?
Lo más triste es que el 2024 fue el año con más motociclistas fallecidos. Se registraron 4.790 accidentes más que el año anterior, sumando un total de más de 40.000 siniestros. De esos, casi 28.000 involucraron motos, mientras que otros 8.900 fueron de carros. Y ojo, que eso se traduce en 45.570 personas lesionadas. ¡Qué barra! Esto demuestra que necesitamos tomar cartas en el asunto y empezar a conducir con más responsabilidad y respeto por los demás, mae.
Soley advierte que la situación es grave y que si seguimos igual, este problema solo empeorará. Dice que si no cambiamos nuestra actitud en la carretera, si seguimos sacando el día pensando que es cualquier cosa, las consecuencias serán peores. Y él no anda jugando, amigos. Nos está diciendo que estamos frente a una verdadera masacre en las carreteras y que es hora de ponernos las pilas.
Pero no todo está perdido. Podemos empezar por revisar nuestras costumbres al volante, respetar las señales de tráfico, no excedernos con la velocidad y, por supuesto, usar casco si somos motociclistas. También sería bueno que la Sugese intensifique sus campañas de concientización y que el INS facilite el proceso de reclamación para que nadie se quede sin recibir la compensación que le corresponde. Al fin y al cabo, el SOA existe para proteger a todos nosotros, ¿no es cierto?
Así que, con esto en mente, me pregunto: ¿cree usted que las campañas de seguridad vial actuales realmente están dando resultado o deberíamos buscar enfoques más creativos y efectivos para cambiar la cultura de conducción en Costa Rica? ¡Déjeme saber su opinión en los comentarios!