¡Ay, papá! El marchamo 2026 ya llegó y parece que algunos nos sacaron hasta el último colón. Este lunes 3 de noviembre, los conductores costarricenses hemos tenido que enfrentar la realidad: este año, el costo del marchamo subió – y para algunos, ¡le pegó duro! Pero dígame, ¿usted sabía que el culpable principal detrás de este apretón de cinturón no es precisamente el Gobierno, sino… el Seguro Obligatorio Automotor (SOA)? Vamos a meterle ojo a esta vara porque hay tela que cortar.
Para entender bien el panorama, hay que recordar que el marchamo no es solo un trámite burocrático para tener el carro al día. Es un paquete de cosas: el impuesto a la propiedad del vehículo, los aportes al Consejo de Seguridad Vial (Cosevi), al Consejo de Transporte Público (CTP)… y claro, el dichoso SOA. Piénselo así: es como si le pusieran todos los ingredientes a un casado, para que esté completo. El problema es que este año, el precio de uno de esos ingredientes, el SOA, ha subido considerablemente, dejando a muchos preguntándose qué demonios está pasando.
Según los datos oficiales, las primas del SOA han experimentado un crecimiento promedio de 10,15% en comparación con el año pasado. Eso significa que, aunque el impuesto a la propiedad se mantenga igualito, el total del marchamo va a ser diferente. Por ejemplo, los afortunados dueños de autos particulares ahora tendrán que cancelar ¢30.238. Las cargas livianas se salvaron, con una ligera disminución de ¢89, pagando ¢18.806. Pero ojo, porque para los que tienen camiones pesados, la cosa se pone más seria: ¢35.004. Las motos y bicimotos tampoco escapan, con una cuota de ¢99.623. Y los autobuses y taxis, uy, ahí sí se siente la estocada con ¢81.060 y ¢73.300 respectivamente. ¡Un dolor de cabeza para cualquiera!
Pero, ¿por qué tanto aumento en el SOA? Pues resulta que los accidentes de tráfico en carretera han ido en aumento. De hecho, en 2024 se contabilizaron 4.790 accidentes más que en 2023, sumando más de 40.000 siniestros en total. Esto significa que las aseguradoras tuvieron que desembolsar más dinero para cubrir los daños y las indemnizaciones, y obviamente, terminan trasladando ese costo a los conductores a través del SOA. Es el círculo vicioso, mae. Más accidentes, más seguros caros.
Y hablando de accidentes, no podemos ignorar el rol de los factores humanos. Velocidad excesiva, consumo de alcohol, distracción al volante... todo eso contribuye a aumentar las cifras de siniestralidad. Seamos honestos, a veces nos creemos pilotos de Fórmula 1 en la autopista, y eso tiene consecuencias. Las autoridades deben redoblar esfuerzos en la fiscalización y campañas de concientización, porque entre más rápido vayamos, más caro nos sale el marchamo. Es simple aritmética, mi pana.
Ahora bien, algunas voces críticas señalan que el sistema actual del SOA podría revisarse. Argumentan que premia a quienes tienen más riesgo, independientemente de su comportamiento al volante. Sería interesante explorar modelos más justos, donde el historial del conductor tenga un peso mayor en la determinación de la prima. Tal vez podríamos inspirarnos en sistemas implementados en otros países, donde la conducción responsable se recompensa con descuentos y beneficios. Después de todo, ¿no sería bueno incentivar una cultura vial más segura?
Más allá de las quejas y los cálculos, la realidad es que el marchamo es un costo inevitable para los propietarios de vehículos. Lo importante es estar informados, planificar nuestros presupuestos y conducir con responsabilidad. Porque al final del día, la seguridad en las carreteras es tarea de todos. No esperemos a que alguien más lo haga por nosotros, ¡poned manos a la obra! Y recuerden, amigos, la prudencia al volante siempre vale la pena, mucho más que ahorrar unos cuantos colones en el marchamo.
Con todo esto, me pregunto… ¿Usted cree que es momento de revisar el cálculo del SOA para hacerlo más justo, considerando el historial individual de cada conductor, o piensa que el aumento refleja correctamente el riesgo generalizado en nuestras carreteras? ¡Déjeme su opinión en los comentarios y veamos qué dice el Foro!
	
		
			
		
		
	
				
			Para entender bien el panorama, hay que recordar que el marchamo no es solo un trámite burocrático para tener el carro al día. Es un paquete de cosas: el impuesto a la propiedad del vehículo, los aportes al Consejo de Seguridad Vial (Cosevi), al Consejo de Transporte Público (CTP)… y claro, el dichoso SOA. Piénselo así: es como si le pusieran todos los ingredientes a un casado, para que esté completo. El problema es que este año, el precio de uno de esos ingredientes, el SOA, ha subido considerablemente, dejando a muchos preguntándose qué demonios está pasando.
Según los datos oficiales, las primas del SOA han experimentado un crecimiento promedio de 10,15% en comparación con el año pasado. Eso significa que, aunque el impuesto a la propiedad se mantenga igualito, el total del marchamo va a ser diferente. Por ejemplo, los afortunados dueños de autos particulares ahora tendrán que cancelar ¢30.238. Las cargas livianas se salvaron, con una ligera disminución de ¢89, pagando ¢18.806. Pero ojo, porque para los que tienen camiones pesados, la cosa se pone más seria: ¢35.004. Las motos y bicimotos tampoco escapan, con una cuota de ¢99.623. Y los autobuses y taxis, uy, ahí sí se siente la estocada con ¢81.060 y ¢73.300 respectivamente. ¡Un dolor de cabeza para cualquiera!
Pero, ¿por qué tanto aumento en el SOA? Pues resulta que los accidentes de tráfico en carretera han ido en aumento. De hecho, en 2024 se contabilizaron 4.790 accidentes más que en 2023, sumando más de 40.000 siniestros en total. Esto significa que las aseguradoras tuvieron que desembolsar más dinero para cubrir los daños y las indemnizaciones, y obviamente, terminan trasladando ese costo a los conductores a través del SOA. Es el círculo vicioso, mae. Más accidentes, más seguros caros.
Y hablando de accidentes, no podemos ignorar el rol de los factores humanos. Velocidad excesiva, consumo de alcohol, distracción al volante... todo eso contribuye a aumentar las cifras de siniestralidad. Seamos honestos, a veces nos creemos pilotos de Fórmula 1 en la autopista, y eso tiene consecuencias. Las autoridades deben redoblar esfuerzos en la fiscalización y campañas de concientización, porque entre más rápido vayamos, más caro nos sale el marchamo. Es simple aritmética, mi pana.
Ahora bien, algunas voces críticas señalan que el sistema actual del SOA podría revisarse. Argumentan que premia a quienes tienen más riesgo, independientemente de su comportamiento al volante. Sería interesante explorar modelos más justos, donde el historial del conductor tenga un peso mayor en la determinación de la prima. Tal vez podríamos inspirarnos en sistemas implementados en otros países, donde la conducción responsable se recompensa con descuentos y beneficios. Después de todo, ¿no sería bueno incentivar una cultura vial más segura?
Más allá de las quejas y los cálculos, la realidad es que el marchamo es un costo inevitable para los propietarios de vehículos. Lo importante es estar informados, planificar nuestros presupuestos y conducir con responsabilidad. Porque al final del día, la seguridad en las carreteras es tarea de todos. No esperemos a que alguien más lo haga por nosotros, ¡poned manos a la obra! Y recuerden, amigos, la prudencia al volante siempre vale la pena, mucho más que ahorrar unos cuantos colones en el marchamo.
Con todo esto, me pregunto… ¿Usted cree que es momento de revisar el cálculo del SOA para hacerlo más justo, considerando el historial individual de cada conductor, o piensa que el aumento refleja correctamente el riesgo generalizado en nuestras carreteras? ¡Déjeme su opinión en los comentarios y veamos qué dice el Foro!