¡Ay, mi gente! Les tengo una recomendación que les va a tocar el corazón, y el estómago también. Resulta que en Santo Domingo de Heredia, justo donde uno espera encontrar pura tranquilidad campesina, ha abierto una joya llamada Marisquería LR. No piensen que es otra fondita cualquiera, esto es producto de un sueño hecho realidad y mucho sudor – bueno, sudor de alegría, porque vamos, ¡comer marisco nunca es sufrimiento!
La historia detrás de este lugar es bastante chévere. Dos máes, Julio Lazo Munguía y su esposa Tati Rojas, decidieron darle una vuelta a la vida y compartir su pasión por la marisquería criolla. Julio, pa’ que se hagan una idea, estudió en el Basque Culinary Center, ¡sí, sí!, en España. Después anduvo trabajando en hoteles de lujo y colaborando con chefs de talla mundial. Pero la vaina era que, aunque sabía un montón, sentía que le faltaba algo… y eso era volver a sus raíces, traer esos conocimientos pa'l país y demostrarle a todos cómo sabe el mar costarricense de verdad.
Y vaya que lo lograron. Desde que entras, sientes un ambiente relajado, como si estuvieras en la sala de estar de algún primo querido. Las mesas, madera maciza, bien limpias; la decoración sencilla pero con onda, con toques de azul marino y arena que te hacen sentir como si estuvieras en la playa. No hay pretensiones de ser un restaurante elegante, es pura autenticidad, un sitio pa’ ir cómodo, disfrutar de buena compañía y, obviamente, comer a toda madre.
Pero bueno, no nos pongamos a hablar tanto y vayámonos a lo importante: ¡la comida! En Marisquería LR, la estrella principal es el marisco, fresquísimo, traído directamente de los mercados pesqueros. Tienen de todo: ceviches que explotan en tu boca, sopas de mariscos que te abrazan el alma, pescados enteros asados a la perfección y arroces que te dejan pidiendo más. Se nota que Julio no escatima en calidad, usa ingredientes frescos y aplica técnicas modernas pa’ resaltar aún más los sabores tradicionales.
Si me preguntan qué pedir, yo sin pensarlo dos veces voy directo al ceviche tradicional. Ese ceviche estilo tico, con su toque picante del chile dulce, el cilantro recién cortado y la cebolla morada crujiente, es simplemente espectacular. Me recuerda a los ceviches que preparaba mi abu cuando era niño. Luego, probé la sopa de mariscos, una bomba de sabores que te quita hasta las penas. ¡Qué carga de camarones, jaibas y pulpo! Y pa’ los que son más atrevidos, ahí tienen el pescado entero, pa’ comérselo con todo y espinas y demostrar quién manda en el plato.
Lo que realmente distingue a Marisquería LR no es solamente la comida deliciosa, sino también el servicio. El personal es super amable, te trata como si fueras familia. Te dan recomendaciones según la pesca del día y siempre te reciben con una sonrisa. Además, Julio mismo anda entre las mesas saludando a los clientes y asegurándose de que todo esté perfecto. Eso sí que es atención personalizada, mae. Se esfuerzan por hacer sentir a cada cliente como en casa, y vaya que lo logran.
Han logrado crear una experiencia gastronómica única, donde se combina la alta cocina con la calidez de un restaurante de barrio. Es el tipo de lugar donde puedes llevar a tus padres, a tus primos, a tus amigos... ¡a quien sea! Porque seguro que todos van a disfrutar de la buena comida, el buen ambiente y la excelente atención. Una verdadera joya escondida en Santo Domingo, Heredia, que vale totalmente la pena conocer. Ya ven, no se pierdan esta vara, ¡porque se van a arrepentir!
Así que, cuéntenme, ¿han tenido la oportunidad de visitar Marisquería LR? ¿Cuál es su plato favorito de mariscos costarricenses? ¡Dejen sus comentarios abajo y compartamos nuestras experiencias culinarias!
La historia detrás de este lugar es bastante chévere. Dos máes, Julio Lazo Munguía y su esposa Tati Rojas, decidieron darle una vuelta a la vida y compartir su pasión por la marisquería criolla. Julio, pa’ que se hagan una idea, estudió en el Basque Culinary Center, ¡sí, sí!, en España. Después anduvo trabajando en hoteles de lujo y colaborando con chefs de talla mundial. Pero la vaina era que, aunque sabía un montón, sentía que le faltaba algo… y eso era volver a sus raíces, traer esos conocimientos pa'l país y demostrarle a todos cómo sabe el mar costarricense de verdad.
Y vaya que lo lograron. Desde que entras, sientes un ambiente relajado, como si estuvieras en la sala de estar de algún primo querido. Las mesas, madera maciza, bien limpias; la decoración sencilla pero con onda, con toques de azul marino y arena que te hacen sentir como si estuvieras en la playa. No hay pretensiones de ser un restaurante elegante, es pura autenticidad, un sitio pa’ ir cómodo, disfrutar de buena compañía y, obviamente, comer a toda madre.
Pero bueno, no nos pongamos a hablar tanto y vayámonos a lo importante: ¡la comida! En Marisquería LR, la estrella principal es el marisco, fresquísimo, traído directamente de los mercados pesqueros. Tienen de todo: ceviches que explotan en tu boca, sopas de mariscos que te abrazan el alma, pescados enteros asados a la perfección y arroces que te dejan pidiendo más. Se nota que Julio no escatima en calidad, usa ingredientes frescos y aplica técnicas modernas pa’ resaltar aún más los sabores tradicionales.
Si me preguntan qué pedir, yo sin pensarlo dos veces voy directo al ceviche tradicional. Ese ceviche estilo tico, con su toque picante del chile dulce, el cilantro recién cortado y la cebolla morada crujiente, es simplemente espectacular. Me recuerda a los ceviches que preparaba mi abu cuando era niño. Luego, probé la sopa de mariscos, una bomba de sabores que te quita hasta las penas. ¡Qué carga de camarones, jaibas y pulpo! Y pa’ los que son más atrevidos, ahí tienen el pescado entero, pa’ comérselo con todo y espinas y demostrar quién manda en el plato.
Lo que realmente distingue a Marisquería LR no es solamente la comida deliciosa, sino también el servicio. El personal es super amable, te trata como si fueras familia. Te dan recomendaciones según la pesca del día y siempre te reciben con una sonrisa. Además, Julio mismo anda entre las mesas saludando a los clientes y asegurándose de que todo esté perfecto. Eso sí que es atención personalizada, mae. Se esfuerzan por hacer sentir a cada cliente como en casa, y vaya que lo logran.
Han logrado crear una experiencia gastronómica única, donde se combina la alta cocina con la calidez de un restaurante de barrio. Es el tipo de lugar donde puedes llevar a tus padres, a tus primos, a tus amigos... ¡a quien sea! Porque seguro que todos van a disfrutar de la buena comida, el buen ambiente y la excelente atención. Una verdadera joya escondida en Santo Domingo, Heredia, que vale totalmente la pena conocer. Ya ven, no se pierdan esta vara, ¡porque se van a arrepentir!
Así que, cuéntenme, ¿han tenido la oportunidad de visitar Marisquería LR? ¿Cuál es su plato favorito de mariscos costarricenses? ¡Dejen sus comentarios abajo y compartamos nuestras experiencias culinarias!
