Maes, uno a veces piensa que la vara del narco es simple: coca por aquí, plata por allá y listo. Pero diay, qué va. La realidad es un enredo de otro nivel, y lo último es que los carteles de la región, incluidos los que mueven sus chereques por aquí, se metieron de lleno a un 'brete' nuevo: el contrabando de cigarros. Y no, no es un negocio cualquiera. Según la DEA, es la nueva lavadora de dinero premium y una forma de financiar todo el despiche que ya conocemos. El asunto es tan serio que ya le pusieron el ojo a las alianzas entre las bandas de Costa Rica, Honduras y Panamá, porque el negocio les está saliendo a cachete… para ellos, claro. Para nosotros, es una bomba de tiempo.
La lógica detrás de esto es tan simple que asusta. Un mae que sabe un montón de esta vara, Mike Vigil, que fue un pez gordo en operaciones internacionales de la DEA, lo explicó clarito: los narcos son como cualquier otra 'empresa' que busca diversificar. Si ya tienen las rutas montadas para mover cocaína desde el sur hasta México y Estados Unidos, ¿por qué no aprovechar esa misma logística para meter otro producto? Es como tener una flotilla de Uber y de pronto decidir que también van a hacer Uber Eats. Los carteles de Sinaloa y el CJNG, por ejemplo, ya le entraron al aguacate, a la pesca y ahora a los cigarros. Para ellos es facilísimo, tienen la infraestructura y los contactos listos. ¡Qué torta!
Aquí es donde a Costa Rica se le complica el panorama feo. Nuestro compa del sur, Panamá, tiene la famosa Zona Libre de Colón que, según un analista llamado Daniel Rico, es básicamente 'la Disneylandia del comercio ilícito'. ¡Qué sal la nuestra! Somos el único país en el mundo que comparte frontera terrestre con esa 'Disneylandia'. Los grupos criminales van allá, compran contenedores de cigarros sin mucho control y los meten a Tiquicia. ¿El negocio? Aquí los impuestos a los cigarros son altísimos, entonces los de contrabando los venden mucho más baratos y aún así les sacan una ganancia de hasta el 700%. ¡Setecientos por ciento! Es un negociazo redondo con un riesgo muchísimo menor que traficar coca.
Pero el enredo no para en Canoas. La conexión se extiende hasta Honduras, que se ha vuelto un punto clave en este nuevo mapa criminal. Allá, en lugares como Copán, operó por años el Cartel AA, liderado por un tipo apodado 'Chande' Ardón, quien era socio hasta del 'Chapo' Guzmán. Estos maes no solo mueven droga, sino que usan su poder para proteger el contrabando de cigarros, que muchas veces entra desde acá, por la ruta de abajo. Y la vara es que no solo meten el producto ya listo, sino que a veces se traen las máquinas y montan fábricas clandestinas en Honduras. Todo esto, por supuesto, pagando a policías, militares y políticos para que se hagan de la vista gorda. Es una red de corrupción que hace que todo el sistema se vaya al traste.
Al final, el cuadro completo es preocupante. No estamos hablando de vendedores ambulantes con unas cuantas cajetillas. Estamos hablando de una operación transnacional, con carteles mexicanos, grupos ticos, panameños y hondureños trabajando juntos, usando las mismas rutas de la droga para inundar nuestros países con un producto que financia sus operaciones. Están lavando plata, fortaleciendo sus redes y todo con un bajo perfil. La DEA está encima, pero la pregunta del millón es si aquí estamos realmente dimensionando el tamaño del problema que se nos vino encima. Es una nueva cara del crimen organizado, más corporativa y silenciosa, pero igual de peligrosa.
Diay, maes, viendo este despiche, ¿ustedes creen que aquí las autoridades le están poniendo de verdad o estamos mamando con esta nueva faceta del narco? ¿Qué se podría hacer diferente?
La lógica detrás de esto es tan simple que asusta. Un mae que sabe un montón de esta vara, Mike Vigil, que fue un pez gordo en operaciones internacionales de la DEA, lo explicó clarito: los narcos son como cualquier otra 'empresa' que busca diversificar. Si ya tienen las rutas montadas para mover cocaína desde el sur hasta México y Estados Unidos, ¿por qué no aprovechar esa misma logística para meter otro producto? Es como tener una flotilla de Uber y de pronto decidir que también van a hacer Uber Eats. Los carteles de Sinaloa y el CJNG, por ejemplo, ya le entraron al aguacate, a la pesca y ahora a los cigarros. Para ellos es facilísimo, tienen la infraestructura y los contactos listos. ¡Qué torta!
Aquí es donde a Costa Rica se le complica el panorama feo. Nuestro compa del sur, Panamá, tiene la famosa Zona Libre de Colón que, según un analista llamado Daniel Rico, es básicamente 'la Disneylandia del comercio ilícito'. ¡Qué sal la nuestra! Somos el único país en el mundo que comparte frontera terrestre con esa 'Disneylandia'. Los grupos criminales van allá, compran contenedores de cigarros sin mucho control y los meten a Tiquicia. ¿El negocio? Aquí los impuestos a los cigarros son altísimos, entonces los de contrabando los venden mucho más baratos y aún así les sacan una ganancia de hasta el 700%. ¡Setecientos por ciento! Es un negociazo redondo con un riesgo muchísimo menor que traficar coca.
Pero el enredo no para en Canoas. La conexión se extiende hasta Honduras, que se ha vuelto un punto clave en este nuevo mapa criminal. Allá, en lugares como Copán, operó por años el Cartel AA, liderado por un tipo apodado 'Chande' Ardón, quien era socio hasta del 'Chapo' Guzmán. Estos maes no solo mueven droga, sino que usan su poder para proteger el contrabando de cigarros, que muchas veces entra desde acá, por la ruta de abajo. Y la vara es que no solo meten el producto ya listo, sino que a veces se traen las máquinas y montan fábricas clandestinas en Honduras. Todo esto, por supuesto, pagando a policías, militares y políticos para que se hagan de la vista gorda. Es una red de corrupción que hace que todo el sistema se vaya al traste.
Al final, el cuadro completo es preocupante. No estamos hablando de vendedores ambulantes con unas cuantas cajetillas. Estamos hablando de una operación transnacional, con carteles mexicanos, grupos ticos, panameños y hondureños trabajando juntos, usando las mismas rutas de la droga para inundar nuestros países con un producto que financia sus operaciones. Están lavando plata, fortaleciendo sus redes y todo con un bajo perfil. La DEA está encima, pero la pregunta del millón es si aquí estamos realmente dimensionando el tamaño del problema que se nos vino encima. Es una nueva cara del crimen organizado, más corporativa y silenciosa, pero igual de peligrosa.
Diay, maes, viendo este despiche, ¿ustedes creen que aquí las autoridades le están poniendo de verdad o estamos mamando con esta nueva faceta del narco? ¿Qué se podría hacer diferente?