¡Ay, Dios mío, qué vaina! Aquí seguimos viendo cómo la política nacional se pone más rara que gallina ciega. Gloria Navas, la diputada independiente que siempre dice la verdá, soltó la bomba este lunes en el Plenario: según ella, el presidente Chaves y la licenciada Fernández están maquinando algo turbio con su pedido de 40 diputados. ¡Unas 40 plumas para meterle mano a la Constitución! Esto ya huele a chamaco.
¿Y qué quiere decir Navas con todo este rollo? Pues que detrás de esa búsqueda de poder hay una intención clara: "Implantar una dictadura". Sí, leyó bien. No estamos hablando de chistes malos, sino de acusaciones fuertes que ponen en riesgo nuestras libertades. Claro, como si estuviéramos en Nicaragua o Venezuela, pero bueno, la preocupación de la diputada no es precisamente descabellada, aunque uno piensa, ¿hasta dónde llegará este señor?
Como recordarán, el presidente Chaves ya había dejado caer, allá por el mes de julio en Nicoya, que necesitaba esos diputados para “reformar la Carta Magna”. Una movida que generó polémica desde el primer momento, y que ahora Navas retoma con más fuerza, advirtiendo sobre los peligros de ceder terreno a quienes buscan concentrar el poder. Ni hablar que eso le costó una denuncia por beligerancia política al presidente, ¡más problemas se suma!
Para ponerle pausa a la situación, el TSE (Tribunal Supremo de Elecciones) tiene encima una pila de denuncias por beligerancia contra Chaves – unas quince, dicen – y el Congreso tendrá que decidir si le levanta o no el fuero. Esta novela parece que va pa' largo, ¿eh? Ya bastante tenemos con el tema del marchamo, y ahora esto...
Fernández, por su parte, tampoco se queda atrás en este juego. Ella también ha insistido en la necesidad de conseguir una mayoría contundente en la Asamblea Legislativa para llevar adelante sus propuestas, incluyendo cambios radicales en el Poder Judicial y levantamiento de garantías constitucionales. ¡Levantar garantías! Eso suena feo, diay, muy feo. Uno se empieza a sentir incómodo con toda esta situación, como si fuera un capítulo sacado de una película apocalíptica.
Lo que preocupa a muchos, y a Navas especialmente, es el impacto que todo esto pueda tener en los jóvenes y en los ciudadanos comunes. Que la gente empiece a perder la confianza en las instituciones, que se normalice el uso del poder para manipular leyes y decisiones… ¡Eso sería una verdadera tragedia! Y peor aún si se juega sucio con la educación y la libertad de expresión, porque ahí sí que estaríamos tocando fondo.
Muchos se preguntan: ¿por qué tanta prisa por modificar la Constitución? ¿Qué intereses hay detrás de esta jugada? Algunos analistas hablan de un intento por blindar al gobierno actual y facilitar la toma de decisiones sin rendir cuentas al pueblo. Otros, de una estrategia para imponer una agenda ideológica radicalmente diferente a la que sostiene actualmente la sociedad costarricense. Lo cierto es que la incertidumbre reina, y la polarización política se agudiza día tras día. De hecho, hace unos días salió a cobro el marchamo, otra controversia por estos lados. ¡Esto nunca termina!
En fin, parece que estamos entrando en tiempos turbulentos. La defensa de la democracia requiere vigilancia constante y participación ciudadana activa. Así que, dime tú, ¿crees que la preocupación de Gloria Navas está justificada? ¿Se trata de una exageración política o realmente existe un peligro real de que se esté intentando socavar nuestra institucionalidad? ¡Déjame saber tu opinión en los comentarios!
	
		
			
		
		
	
				
			¿Y qué quiere decir Navas con todo este rollo? Pues que detrás de esa búsqueda de poder hay una intención clara: "Implantar una dictadura". Sí, leyó bien. No estamos hablando de chistes malos, sino de acusaciones fuertes que ponen en riesgo nuestras libertades. Claro, como si estuviéramos en Nicaragua o Venezuela, pero bueno, la preocupación de la diputada no es precisamente descabellada, aunque uno piensa, ¿hasta dónde llegará este señor?
Como recordarán, el presidente Chaves ya había dejado caer, allá por el mes de julio en Nicoya, que necesitaba esos diputados para “reformar la Carta Magna”. Una movida que generó polémica desde el primer momento, y que ahora Navas retoma con más fuerza, advirtiendo sobre los peligros de ceder terreno a quienes buscan concentrar el poder. Ni hablar que eso le costó una denuncia por beligerancia política al presidente, ¡más problemas se suma!
Para ponerle pausa a la situación, el TSE (Tribunal Supremo de Elecciones) tiene encima una pila de denuncias por beligerancia contra Chaves – unas quince, dicen – y el Congreso tendrá que decidir si le levanta o no el fuero. Esta novela parece que va pa' largo, ¿eh? Ya bastante tenemos con el tema del marchamo, y ahora esto...
Fernández, por su parte, tampoco se queda atrás en este juego. Ella también ha insistido en la necesidad de conseguir una mayoría contundente en la Asamblea Legislativa para llevar adelante sus propuestas, incluyendo cambios radicales en el Poder Judicial y levantamiento de garantías constitucionales. ¡Levantar garantías! Eso suena feo, diay, muy feo. Uno se empieza a sentir incómodo con toda esta situación, como si fuera un capítulo sacado de una película apocalíptica.
Lo que preocupa a muchos, y a Navas especialmente, es el impacto que todo esto pueda tener en los jóvenes y en los ciudadanos comunes. Que la gente empiece a perder la confianza en las instituciones, que se normalice el uso del poder para manipular leyes y decisiones… ¡Eso sería una verdadera tragedia! Y peor aún si se juega sucio con la educación y la libertad de expresión, porque ahí sí que estaríamos tocando fondo.
Muchos se preguntan: ¿por qué tanta prisa por modificar la Constitución? ¿Qué intereses hay detrás de esta jugada? Algunos analistas hablan de un intento por blindar al gobierno actual y facilitar la toma de decisiones sin rendir cuentas al pueblo. Otros, de una estrategia para imponer una agenda ideológica radicalmente diferente a la que sostiene actualmente la sociedad costarricense. Lo cierto es que la incertidumbre reina, y la polarización política se agudiza día tras día. De hecho, hace unos días salió a cobro el marchamo, otra controversia por estos lados. ¡Esto nunca termina!
En fin, parece que estamos entrando en tiempos turbulentos. La defensa de la democracia requiere vigilancia constante y participación ciudadana activa. Así que, dime tú, ¿crees que la preocupación de Gloria Navas está justificada? ¿Se trata de una exageración política o realmente existe un peligro real de que se esté intentando socavar nuestra institucionalidad? ¡Déjame saber tu opinión en los comentarios!