¡Aguante, mi gente! Parece mentira, pero nuestro pequeño país ha dado un portazo a nivel mundial. Resulta que estamos siendo reconocidos como un centro neurálgico para la fabricación y exportación de dispositivos médicos. Sí, así como lo escucharon, Costa Rica ya no solo vende café y banano, sino también tecnología de punta que le salva la vida a personas en todo el mundo.
Según un estudio reciente de PROCOMER, entre 2020 y 2024, hemos crecido un 22% anual en la exportación de productos médicos, llegando a unos jugosos $8.675 millones. Esto nos pone en el puesto número 10 a nivel global y, ¡agárrense!, somos los líderes pro cabeza. Ni Estados Unidos ni China pueden decir lo mismo, ¡pura envidia!
Y eso no es todo, parce. Más del 50% de todas las nuevas inversiones en la industria de dispositivos médicos en Latinoamérica están aterrizando acá en Costa Rica. Empresas de países como Estados Unidos, Alemania, Japón… ¡hasta España! han visto el potencial de nuestra tierra y están invirtiendo fuerte. Tenemos más de 100 compañías operando aquí, produciendo desde endoscopios hasta soluciones quirúrgicas avanzadísimas. ¡Es una locura!
Este boom económico no surgió de la nada, claro. Es parte de una transformación que hemos ido dando como país, apostándole a la innovación, a la manufactura avanzada y a la producción de alto valor añadido. Ya los dispositivos médicos representan casi la mitad de todos nuestros productos que vendemos afuera, llegando a mercados en América, Europa y Asia. ¡Estamos conquistando el mundo, poquito a poco!
Lo más impresionante es que este sector no solamente genera riqueza económica, sino que también impulsa la creación de empleos de calidad y fortalece nuestras cadenas de suministro locales. Los proveedores especializados –los que hacen herramientas, trabajan metales, plásticos, esterilización–, se han fortalecido muchísimo, recibiendo un buen brete de trabajo y aprendiendo nuevas habilidades. ¡Se nota el esfuerzo de toda la gente detrás de esto!
Laura López, la jefa de PROCOMER, lo dijo clarito: “Costa Rica exporta talentos, capacidades y soluciones que mejoran la vida de gente en todo el planeta.” Y vaya que es cierto. Hemos demostrado que podemos competir contra los grandes jugadores internacionales y ofrecer productos con una calidad excepcional, respaldada por nuestra estabilidad política, talento humano capacitado y un compromiso inquebrantable con la excelencia. ¡Esto sí que es hacer cosas bien hechas!
Actualmente, exportamos 164 tipos diferentes de dispositivos médicos a 88 mercados distintos. Las agujas, catéteres y cánulas son los reyes de la mesa, representando el 41,5% de nuestras ventas. Le siguen otros productos médicos y las prótesis médicas. Los gringos siguen siendo nuestros principales clientes, comprándonos el 66,5% de lo que producimos. Pero también estamos ganando terreno en Europa y Asia. ¡El mundo entero quiere lo hecho en Costa Rica!
Con tantos logros y tanto futuro prometedor, surge la pregunta inevitable: ¿Cómo podemos asegurar que este crecimiento continúe beneficiando a todos los costarricenses, especialmente a las comunidades más vulnerables, y mantenernos a la vanguardia de la innovación tecnológica? ¿Deberíamos impulsar políticas públicas que fomenten aún más la investigación y el desarrollo en el sector médico, o enfocarnos en fortalecer las relaciones comerciales con nuevos mercados?
Según un estudio reciente de PROCOMER, entre 2020 y 2024, hemos crecido un 22% anual en la exportación de productos médicos, llegando a unos jugosos $8.675 millones. Esto nos pone en el puesto número 10 a nivel global y, ¡agárrense!, somos los líderes pro cabeza. Ni Estados Unidos ni China pueden decir lo mismo, ¡pura envidia!
Y eso no es todo, parce. Más del 50% de todas las nuevas inversiones en la industria de dispositivos médicos en Latinoamérica están aterrizando acá en Costa Rica. Empresas de países como Estados Unidos, Alemania, Japón… ¡hasta España! han visto el potencial de nuestra tierra y están invirtiendo fuerte. Tenemos más de 100 compañías operando aquí, produciendo desde endoscopios hasta soluciones quirúrgicas avanzadísimas. ¡Es una locura!
Este boom económico no surgió de la nada, claro. Es parte de una transformación que hemos ido dando como país, apostándole a la innovación, a la manufactura avanzada y a la producción de alto valor añadido. Ya los dispositivos médicos representan casi la mitad de todos nuestros productos que vendemos afuera, llegando a mercados en América, Europa y Asia. ¡Estamos conquistando el mundo, poquito a poco!
Lo más impresionante es que este sector no solamente genera riqueza económica, sino que también impulsa la creación de empleos de calidad y fortalece nuestras cadenas de suministro locales. Los proveedores especializados –los que hacen herramientas, trabajan metales, plásticos, esterilización–, se han fortalecido muchísimo, recibiendo un buen brete de trabajo y aprendiendo nuevas habilidades. ¡Se nota el esfuerzo de toda la gente detrás de esto!
Laura López, la jefa de PROCOMER, lo dijo clarito: “Costa Rica exporta talentos, capacidades y soluciones que mejoran la vida de gente en todo el planeta.” Y vaya que es cierto. Hemos demostrado que podemos competir contra los grandes jugadores internacionales y ofrecer productos con una calidad excepcional, respaldada por nuestra estabilidad política, talento humano capacitado y un compromiso inquebrantable con la excelencia. ¡Esto sí que es hacer cosas bien hechas!
Actualmente, exportamos 164 tipos diferentes de dispositivos médicos a 88 mercados distintos. Las agujas, catéteres y cánulas son los reyes de la mesa, representando el 41,5% de nuestras ventas. Le siguen otros productos médicos y las prótesis médicas. Los gringos siguen siendo nuestros principales clientes, comprándonos el 66,5% de lo que producimos. Pero también estamos ganando terreno en Europa y Asia. ¡El mundo entero quiere lo hecho en Costa Rica!
Con tantos logros y tanto futuro prometedor, surge la pregunta inevitable: ¿Cómo podemos asegurar que este crecimiento continúe beneficiando a todos los costarricenses, especialmente a las comunidades más vulnerables, y mantenernos a la vanguardia de la innovación tecnológica? ¿Deberíamos impulsar políticas públicas que fomenten aún más la investigación y el desarrollo en el sector médico, o enfocarnos en fortalecer las relaciones comerciales con nuevos mercados?