Bueno, pues llegó diciembre y ya sabemos qué significa eso: cenas familiares, luces navideñas… y el concierto anual de fuegos artificiales que a nuestros perros les pone los pelos de punta. Vamos, que si tienes un can en casa, prepárate porque va a ser un drama peor que el capítulo final de ‘Café Britt’. Pero no te preocupes, parce, que no todo está perdido; acá te dejo unos tips pa’ que tu peludo sobreviva a la nochevieja sin hacerse pipí encima ni romperte los muebles.
Miren, la verdad es que el oído de un perro es una locura. Ellos escuchan cosas que nosotros ni nos imaginamos, y esos estruendos de pólvora son como bombas nucleares para ellos. No es solo el ruido, sino también las vibraciones que sienten por todo el cuerpo, y hasta las partículas que quedan volando en el aire. Con razón se esconden debajo de la cama y se agarran de tu pierna como si fueran cachorritos recién nacidos, ¡aunque tengan seis años y midan casi un metro!
Y ojo, porque no todos los perros reaccionan igual. Algunos simplemente se ponen nerviosos, otros entran en pánico total. Lo que pasa es que tienen “fonofobia”, que es el nombre técnico para ese miedo horrible a los ruidos fuertes. Puede ir desde un jadeo incontrolable y temblores, hasta intentar escapar de casa, sufrir ataques de pánico y, en casos extremos, tener que ir corriendo al veterinario. Imagínate la bronca si se van perdidos por la calle, ¡sería un maje de cuidado!
Pero, ¿qué podemos hacer entonces para proteger a estos pobrecitos? Pues la primera medida es prevenir. Antes de que empiece la verbena, prepara un refugio para tu perro. Algo tranquilo, oscuro, lejos de las ventanas y puertas, donde se sienta seguro. Ponle su camita favorita, sus juguetes, un cuenco con agua fresca y déjale unas mantitas blanditas. Que tenga su propio mondadientes, vamos.
Otra idea buenísima es poner música relajante o sonidos ambientales para enmascarar los ruidos de afuera. Hay listas de Spotify hechas especialmente para perros ansiosos, con música clásica suave o sonidos de la naturaleza. También puedes bajar las persianas y cerrar bien las ventanas para reducir el impacto del sonido. ¡Hasta podrías ponerle un par de tapones para los oídos especiales para perros! Aunque, a ver si no se le caen volando…
Ahora, lo importante: no ignores a tu perro si está asustado. Abrázalo, acarícialo, háblale con voz suave y tranquilízalo. Aunque creas que no funciona, tu presencia puede marcar la diferencia. Por cierto, olvídate de gritarle cosas como “¡Ya basta de lloriqueos!” o “¡No seas gallina!”. Eso solo va a empeorar la situación. Mejor dale cariño y hazle sentir que estás ahí para él. Y si tienes un vendaje antipirotécnico, ¡úsalo! Aunque parezca raro, a algunos perros les ayuda a calmarse.
Y si todo falla y tu perro sigue teniendo un ataque de pánico, no dudes en consultar a un veterinario o a un etólogo (ese que estudia el comportamiento animal). Ellos te pueden recomendar medicamentos o terapias para ayudar a tu perro a superar su miedo. No lo dejes sufrir, parce. Estos animales dependen de nosotros para sentirse seguros y protegidos, y tenemos que cumplir con ese rol a cabalidad. Después de todo, ellos nos dan amor incondicional, ¿no?
Así que ya saben, aprovechen estos días para preparar a sus peludos para recibir el Año Nuevo sin sobresaltos. Brindemos por un 2025 lleno de alegría, tranquilidad... ¡y pólvora silenciosa para nuestros fieles compañeros! Ahora dime, ¿tú qué haces para ayudar a tu perro a lidiar con el ruido de los fuegos artificiales? ¡Déjanos tus consejos en los comentarios!
Miren, la verdad es que el oído de un perro es una locura. Ellos escuchan cosas que nosotros ni nos imaginamos, y esos estruendos de pólvora son como bombas nucleares para ellos. No es solo el ruido, sino también las vibraciones que sienten por todo el cuerpo, y hasta las partículas que quedan volando en el aire. Con razón se esconden debajo de la cama y se agarran de tu pierna como si fueran cachorritos recién nacidos, ¡aunque tengan seis años y midan casi un metro!
Y ojo, porque no todos los perros reaccionan igual. Algunos simplemente se ponen nerviosos, otros entran en pánico total. Lo que pasa es que tienen “fonofobia”, que es el nombre técnico para ese miedo horrible a los ruidos fuertes. Puede ir desde un jadeo incontrolable y temblores, hasta intentar escapar de casa, sufrir ataques de pánico y, en casos extremos, tener que ir corriendo al veterinario. Imagínate la bronca si se van perdidos por la calle, ¡sería un maje de cuidado!
Pero, ¿qué podemos hacer entonces para proteger a estos pobrecitos? Pues la primera medida es prevenir. Antes de que empiece la verbena, prepara un refugio para tu perro. Algo tranquilo, oscuro, lejos de las ventanas y puertas, donde se sienta seguro. Ponle su camita favorita, sus juguetes, un cuenco con agua fresca y déjale unas mantitas blanditas. Que tenga su propio mondadientes, vamos.
Otra idea buenísima es poner música relajante o sonidos ambientales para enmascarar los ruidos de afuera. Hay listas de Spotify hechas especialmente para perros ansiosos, con música clásica suave o sonidos de la naturaleza. También puedes bajar las persianas y cerrar bien las ventanas para reducir el impacto del sonido. ¡Hasta podrías ponerle un par de tapones para los oídos especiales para perros! Aunque, a ver si no se le caen volando…
Ahora, lo importante: no ignores a tu perro si está asustado. Abrázalo, acarícialo, háblale con voz suave y tranquilízalo. Aunque creas que no funciona, tu presencia puede marcar la diferencia. Por cierto, olvídate de gritarle cosas como “¡Ya basta de lloriqueos!” o “¡No seas gallina!”. Eso solo va a empeorar la situación. Mejor dale cariño y hazle sentir que estás ahí para él. Y si tienes un vendaje antipirotécnico, ¡úsalo! Aunque parezca raro, a algunos perros les ayuda a calmarse.
Y si todo falla y tu perro sigue teniendo un ataque de pánico, no dudes en consultar a un veterinario o a un etólogo (ese que estudia el comportamiento animal). Ellos te pueden recomendar medicamentos o terapias para ayudar a tu perro a superar su miedo. No lo dejes sufrir, parce. Estos animales dependen de nosotros para sentirse seguros y protegidos, y tenemos que cumplir con ese rol a cabalidad. Después de todo, ellos nos dan amor incondicional, ¿no?
Así que ya saben, aprovechen estos días para preparar a sus peludos para recibir el Año Nuevo sin sobresaltos. Brindemos por un 2025 lleno de alegría, tranquilidad... ¡y pólvora silenciosa para nuestros fieles compañeros! Ahora dime, ¿tú qué haces para ayudar a tu perro a lidiar con el ruido de los fuegos artificiales? ¡Déjanos tus consejos en los comentarios!
