¡Ay, Dios mío! La construcción de la nueva cárcel, la que tanto necesitamos para meterle allanamiento a la delincuencia, parece que finalmente va a salir adelante, ¡y a buen precio! El ministro Gerald Campos, con toda la energía que le caracteriza, anunció ayer que la adjudicación a la constructora Edificar está firme y lista para ser oficializada. Parece que sí, compas, vamos a tener una cárcel que, aunque grande, promete ponerle candado a muchos maleantes.
Como recordarán, el hacinamiento en nuestras cárceles ha sido una torta durante años. La Sala Constitucional nos puso el dedo encima hace unos meses, dando un ultimátum de seis meses para solucionar el problema. Imagínense la bronca; seis meses para construir una estructura gigante que albergue a más de 5,000 reos... ¡una locura! Por eso, este anuncio viene con un saborcito a esperanza, brete que esperamos no se complique más.
Según el ministro, el costo de la obra se redujo a $33 millones, gracias a algunos ajustes realizados en conjunto con el gobierno salvadoreño. Eso sí, Campos no dejó pasar la oportunidad de resaltar el esfuerzo de su equipo técnico, quienes, según él, tuvieron que jugar algunas cartas peligrosas para conseguir esos precios. “Muchos dijeron que era arriesgado pedir la plata a Hacienda y a la Asamblea Legislativa, pero así es como se hacen las cosas cuando se piensa en el país y en la seguridad nacional,” soltó con toda la confianza del mundo.
La nueva prisión, que se llamará Centro de Alta Contención y Crimen Organizado (CACCO), estará equipada con tecnología punta. Hablamos de cámaras de seguridad por doquier, detectores de metales, botones de pánico y hasta celdas de aislamiento… ¡la onda! Además, tendrán 25 habitaciones de visita íntima, para que los familiares puedan echarse unas risas y distraerse un poco. Aunque, sinceramente, eso me da un cosito, diay… ¿No sería mejor invertir ese dinero en programas sociales?
Campos también hizo hincapié en los avances que se han logrado en La Reforma, donde, dice, se han realizado más de 17,000 intervenciones policiales. Han sacado celulares, drogas y otros chunches raros de las celdas, y han puesto a más de 2,000 personas bajo investigación. “Estamos haciendo limpieza, compas. Ya no vamos a permitir que las cárceles sean centros de planificación delictiva,” declaró el ministro, con cara de pocos amigos.
En cuanto a quiénes irán al CACCO, la respuesta es clara: miembros del crimen organizado, reos violentos, personas que representan un riesgo para la seguridad nacional, extraditables y aquellos que necesiten protección especial. Básicamente, la ‘gente mala’, como bien dice el ministro. Quién sabe, quizás hasta algún ex político corrupto termine ahí, ¡eso sí sería chiva!
Sin embargo, no todo es color de rosa. Campos admitió que existen ciertas presiones y posibles obstáculos en el camino. De hecho, advirtió que si alguien intenta entorpecer el proceso, habrá que investigar a fondo sus motivaciones. “Si alguien quiere atrasar la cárcel, habría que ver si está en el crimen organizado,” sentenció, dejando caer una bomba que dejó a todos boquiabiertos. Vaya que si puso la mosca andante en la oreja de varios, ¿eh?
Y ahora, la gran pregunta, compas: ¿Será que realmente esta nueva cárcel va a solucionar el problema del crimen en Costa Rica, o simplemente será otro parche temporal? ¿Creen que el ministro Campos logró negociar un buen precio, o estamos pagando demasiado por una solución que podría no funcionar? ¡Den su opinión en el foro! Estemos atentos a cómo se desarrolla este brete.
Como recordarán, el hacinamiento en nuestras cárceles ha sido una torta durante años. La Sala Constitucional nos puso el dedo encima hace unos meses, dando un ultimátum de seis meses para solucionar el problema. Imagínense la bronca; seis meses para construir una estructura gigante que albergue a más de 5,000 reos... ¡una locura! Por eso, este anuncio viene con un saborcito a esperanza, brete que esperamos no se complique más.
Según el ministro, el costo de la obra se redujo a $33 millones, gracias a algunos ajustes realizados en conjunto con el gobierno salvadoreño. Eso sí, Campos no dejó pasar la oportunidad de resaltar el esfuerzo de su equipo técnico, quienes, según él, tuvieron que jugar algunas cartas peligrosas para conseguir esos precios. “Muchos dijeron que era arriesgado pedir la plata a Hacienda y a la Asamblea Legislativa, pero así es como se hacen las cosas cuando se piensa en el país y en la seguridad nacional,” soltó con toda la confianza del mundo.
La nueva prisión, que se llamará Centro de Alta Contención y Crimen Organizado (CACCO), estará equipada con tecnología punta. Hablamos de cámaras de seguridad por doquier, detectores de metales, botones de pánico y hasta celdas de aislamiento… ¡la onda! Además, tendrán 25 habitaciones de visita íntima, para que los familiares puedan echarse unas risas y distraerse un poco. Aunque, sinceramente, eso me da un cosito, diay… ¿No sería mejor invertir ese dinero en programas sociales?
Campos también hizo hincapié en los avances que se han logrado en La Reforma, donde, dice, se han realizado más de 17,000 intervenciones policiales. Han sacado celulares, drogas y otros chunches raros de las celdas, y han puesto a más de 2,000 personas bajo investigación. “Estamos haciendo limpieza, compas. Ya no vamos a permitir que las cárceles sean centros de planificación delictiva,” declaró el ministro, con cara de pocos amigos.
En cuanto a quiénes irán al CACCO, la respuesta es clara: miembros del crimen organizado, reos violentos, personas que representan un riesgo para la seguridad nacional, extraditables y aquellos que necesiten protección especial. Básicamente, la ‘gente mala’, como bien dice el ministro. Quién sabe, quizás hasta algún ex político corrupto termine ahí, ¡eso sí sería chiva!
Sin embargo, no todo es color de rosa. Campos admitió que existen ciertas presiones y posibles obstáculos en el camino. De hecho, advirtió que si alguien intenta entorpecer el proceso, habrá que investigar a fondo sus motivaciones. “Si alguien quiere atrasar la cárcel, habría que ver si está en el crimen organizado,” sentenció, dejando caer una bomba que dejó a todos boquiabiertos. Vaya que si puso la mosca andante en la oreja de varios, ¿eh?
Y ahora, la gran pregunta, compas: ¿Será que realmente esta nueva cárcel va a solucionar el problema del crimen en Costa Rica, o simplemente será otro parche temporal? ¿Creen que el ministro Campos logró negociar un buen precio, o estamos pagando demasiado por una solución que podría no funcionar? ¡Den su opinión en el foro! Estemos atentos a cómo se desarrolla este brete.
