La sacudida en el tablero del mercado asegurador tico no ha pasado desapercibida: Specialty Management UK del Grupo MNK ha estampado su firma en la adquisición del 100% de Oceánica de Seguros, una maniobra que trasciende las fronteras nacionales y señala un ambicioso avance hacia Latinoamérica. Este trato, más que un mero intercambio de participaciones corporativas, representa la apuesta de un conglomerado británico por una plaza estratégica en la región, manteniendo intacto el equipo de profesionales que han sostenido a Oceánica en el campo de juego costarricense.
Manoj Kumar, presidente de MNK, ha declarado que la adquisición no es solo un voto de confianza hacia Costa Rica, sino también un springboard para catapultar una estrategia de expansión regional. Con Costa Rica como piedra angular, se persigue un proceso de fortificación del negocio que va más allá de nuestras fronteras, alcanzando otros mercados latinoamericanos que hasta ahora observaban el devenir costarricense con expectativa.
La maniobra levanta, no obstante, ciertas cejas críticas. Con una escena de seguros ya liberalizada, este tipo de fusiones y adquisiciones pone sobre la mesa la relevancia de las regulaciones y la transparencia fiscal. Las implicaciones fiscales de las primas de seguros contratadas en el extranjero y su deducibilidad en la declaración del impuesto sobre la renta son un tema que reverbera con eco en las oficinas de contabilidad a lo largo del país.
Bajo la lupa tributaria, solo las primas de seguros que abarcan ciertos riesgos —como incendio, robo, terremoto, entre otros desastres naturales— y que están contratadas con aseguradoras extranjeras autorizadas por la Superintendencia General de Seguros, son deducibles en Costa Rica. Esta medida fiscal persigue la claridad en los flujos financieros y la pertinencia de los gastos para la generación de ingresos gravables, evitando así que el manto de la deducibilidad cubra más de lo estrictamente necesario.
Este acontecimiento, más allá de sus repercusiones económicas, plantea interrogantes que despiertan el espíritu crítico.
¿Qué significa para el consumidor costarricense este tipo de movimiento corporativo?
¿Cómo asegurar que los beneficios de tales acuerdos internacionales se distribuyen equitativamente y no quedan solo en el piso de las altas esferas?
¿Es este el preludio de una serie de consolidaciones que podrían estrechar el campo de juego y poner a prueba la robustez de nuestro sistema regulatorio?
MNK tiene sus oficinas centrales en Londres, que es la capital de Inglaterra, que a su vez es una de las naciones constituyentes del Reino Unido.
No cabe duda, el terreno de juego del seguro costarricense se ha convertido en un tablero donde los peones y alfiles se han alineado para una partida que, sin duda, se jugará con el temple y la astucia que demanda el ajedrez global del negocio asegurador.
Con esta adquisición, Specialty Management UK y MNK no solo compran una compañía; adquieren un punto de apoyo en el istmo centroamericano y, con ello, el potencial de un dominio que trasciende lo local.
El reto está en mantener el equilibrio entre crecimiento económico y responsabilidad social, una jugada maestra que el público observará con atención crítica y esperanza cautelosa.
Manoj Kumar, presidente de MNK, ha declarado que la adquisición no es solo un voto de confianza hacia Costa Rica, sino también un springboard para catapultar una estrategia de expansión regional. Con Costa Rica como piedra angular, se persigue un proceso de fortificación del negocio que va más allá de nuestras fronteras, alcanzando otros mercados latinoamericanos que hasta ahora observaban el devenir costarricense con expectativa.
La maniobra levanta, no obstante, ciertas cejas críticas. Con una escena de seguros ya liberalizada, este tipo de fusiones y adquisiciones pone sobre la mesa la relevancia de las regulaciones y la transparencia fiscal. Las implicaciones fiscales de las primas de seguros contratadas en el extranjero y su deducibilidad en la declaración del impuesto sobre la renta son un tema que reverbera con eco en las oficinas de contabilidad a lo largo del país.
Bajo la lupa tributaria, solo las primas de seguros que abarcan ciertos riesgos —como incendio, robo, terremoto, entre otros desastres naturales— y que están contratadas con aseguradoras extranjeras autorizadas por la Superintendencia General de Seguros, son deducibles en Costa Rica. Esta medida fiscal persigue la claridad en los flujos financieros y la pertinencia de los gastos para la generación de ingresos gravables, evitando así que el manto de la deducibilidad cubra más de lo estrictamente necesario.
Este acontecimiento, más allá de sus repercusiones económicas, plantea interrogantes que despiertan el espíritu crítico.
¿Qué significa para el consumidor costarricense este tipo de movimiento corporativo?
¿Cómo asegurar que los beneficios de tales acuerdos internacionales se distribuyen equitativamente y no quedan solo en el piso de las altas esferas?
¿Es este el preludio de una serie de consolidaciones que podrían estrechar el campo de juego y poner a prueba la robustez de nuestro sistema regulatorio?
MNK tiene sus oficinas centrales en Londres, que es la capital de Inglaterra, que a su vez es una de las naciones constituyentes del Reino Unido.
No cabe duda, el terreno de juego del seguro costarricense se ha convertido en un tablero donde los peones y alfiles se han alineado para una partida que, sin duda, se jugará con el temple y la astucia que demanda el ajedrez global del negocio asegurador.
Con esta adquisición, Specialty Management UK y MNK no solo compran una compañía; adquieren un punto de apoyo en el istmo centroamericano y, con ello, el potencial de un dominio que trasciende lo local.
El reto está en mantener el equilibrio entre crecimiento económico y responsabilidad social, una jugada maestra que el público observará con atención crítica y esperanza cautelosa.
