¡Ay, Dios mío! Se repitió la jugada, mi gente. Ya saben cómo va la cosa aquí en Costa Rica: parece que el presidente Rodrigo Chaves tiene un escudo anti-inmunidad. El Congreso, con lo que quiera justificación, le dio otra patada arriba y decidió que él se queda con el fuero, dejando a muchos preguntándose si alguna vez van a poder meterle mano al presidente.
Todo empezó con esas quince denuncias de beligerancia política, un verdadero chinchorro de acusaciones. El Tribunal Supremos de Elecciones (TSE), viendo la situación, pidió al Congreso que le quite el fuero al presidente, pensando que ahí sí podrían avanzar. Pero, ¡bregadísimo!, los diputados dijeron 'ni modo' y decidieron darle la espalda al TSE, mostrando que al final del día, las cosas se deciden entre bambalinas y no tanto por lo que dice la ley.
La sesión, que arrancó a la una y media de la tarde, fue pa’ agachar la cabeza, se extendió por horas, con debates más largos que fila en el INSCOM. Ahí estaban los 50 diputados presentes, escuchando informes y discutiendo si era bueno o no quitarle el fuero a Chaves. Parecía que iban a armar changüío, pero al final, todo estaba escrito en las paredes, como dicen por ahí.
Liberación Nacional, con la mayoría de sus diputados, PUSC (con algunos rebeldes que se fajaron), el Frente Amplio completo –hasta Sofía Guillén, estando de postparto, vino a echar su voto–, PLP, varios independientes… todos a favor de quitarle el fuero. Uno pensaba que ahí sí se había terminado, que la marea estaba cambiando, pero ¡qué equivocado estaba!
Porque, claro, el oficialismo, Nueva República y otros cinco diputados del PUSC –Leslye Bojorges, Horacio Alvarado, Carlos Andrés Robles, Melina Ajoy y María Marta Carballo– se agarraron a la camiseta del presidente. También se sumó el independiente Gilberth Jiménez y hasta Carolina Delgado, la liberacionista que siempre se sale del guion, demostrando que hay diputados con criterio propio, aunque algunos digan que es pura rebeldía.
Se necesitaban 38 votos para aprobar la petición del TSE, pero solo llegaron 35. ¡Una diferencia abismal! Eso demuestra que la maquinaria interna del partido sigue funcionando a toda marcha, protegiendo al presidente como si fuera su chunche personal. Algunos diputados, como Kattia Cambronero, lanzaron dardos venenosos, diciendo que algunos creían haber ganado la batalla, pero que la historia los juzgará. ¡Uy, qué fuerte!
Hubo muchos quejidos, diay, porque el momento elegido para la votación parecía sacado de un libro de estrategia política para confundir al electorado. Daniela Rojas e incluso Carlos Felipe García criticaron que la votación se hiciera a unas semanas de las elecciones. Decían que iban a usar el resultado para hacer campaña y llenar el ambiente de polarización. Parece que hasta los propios diputados reconocen el brete político en el que nos encontramos.
Y así, señores, la votación quedó 35 a 21 a favor de Rodrigo Chaves. Otro revés para la oposición y un respiro, aunque temporal, para el presidente. Ahora, me pregunto, ¿cree usted que esta insistencia en perseguir políticamente al presidente es realmente beneficiosa para el país, o estamos simplemente desviando la atención de los problemas reales que enfrentamos?
Todo empezó con esas quince denuncias de beligerancia política, un verdadero chinchorro de acusaciones. El Tribunal Supremos de Elecciones (TSE), viendo la situación, pidió al Congreso que le quite el fuero al presidente, pensando que ahí sí podrían avanzar. Pero, ¡bregadísimo!, los diputados dijeron 'ni modo' y decidieron darle la espalda al TSE, mostrando que al final del día, las cosas se deciden entre bambalinas y no tanto por lo que dice la ley.
La sesión, que arrancó a la una y media de la tarde, fue pa’ agachar la cabeza, se extendió por horas, con debates más largos que fila en el INSCOM. Ahí estaban los 50 diputados presentes, escuchando informes y discutiendo si era bueno o no quitarle el fuero a Chaves. Parecía que iban a armar changüío, pero al final, todo estaba escrito en las paredes, como dicen por ahí.
Liberación Nacional, con la mayoría de sus diputados, PUSC (con algunos rebeldes que se fajaron), el Frente Amplio completo –hasta Sofía Guillén, estando de postparto, vino a echar su voto–, PLP, varios independientes… todos a favor de quitarle el fuero. Uno pensaba que ahí sí se había terminado, que la marea estaba cambiando, pero ¡qué equivocado estaba!
Porque, claro, el oficialismo, Nueva República y otros cinco diputados del PUSC –Leslye Bojorges, Horacio Alvarado, Carlos Andrés Robles, Melina Ajoy y María Marta Carballo– se agarraron a la camiseta del presidente. También se sumó el independiente Gilberth Jiménez y hasta Carolina Delgado, la liberacionista que siempre se sale del guion, demostrando que hay diputados con criterio propio, aunque algunos digan que es pura rebeldía.
Se necesitaban 38 votos para aprobar la petición del TSE, pero solo llegaron 35. ¡Una diferencia abismal! Eso demuestra que la maquinaria interna del partido sigue funcionando a toda marcha, protegiendo al presidente como si fuera su chunche personal. Algunos diputados, como Kattia Cambronero, lanzaron dardos venenosos, diciendo que algunos creían haber ganado la batalla, pero que la historia los juzgará. ¡Uy, qué fuerte!
Hubo muchos quejidos, diay, porque el momento elegido para la votación parecía sacado de un libro de estrategia política para confundir al electorado. Daniela Rojas e incluso Carlos Felipe García criticaron que la votación se hiciera a unas semanas de las elecciones. Decían que iban a usar el resultado para hacer campaña y llenar el ambiente de polarización. Parece que hasta los propios diputados reconocen el brete político en el que nos encontramos.
Y así, señores, la votación quedó 35 a 21 a favor de Rodrigo Chaves. Otro revés para la oposición y un respiro, aunque temporal, para el presidente. Ahora, me pregunto, ¿cree usted que esta insistencia en perseguir políticamente al presidente es realmente beneficiosa para el país, o estamos simplemente desviando la atención de los problemas reales que enfrentamos?