¡Delfines, qué volá! Parece que Alajuelense agarró la onda de nuevo. Después de unos meses turbios, donde hasta mi abuela dudaba si iban a clasificar, los nuestros le dieron una patada al mediapelo a los pronósticos y ganaron a Motagua en la vuelta de la Copa Centroamericana. ¡Una verdadera alegría para toda la afición rojinegra!
Como bien saben, el arranque de temporada no había sido precisamente un brinco del conejo. Muchos criticaban la falta de juego, la defensa desconcentrada y un ataque que parecía estar jugando ajedrez. Se hablaba de crisis profunda y se temía lo peor. El ambiente estaba más pesado que un ladrillo mojado, diay.
Pero apareció Óscar Ramírez, alias 'Machillo', el profe que sabe cómo levantarle el ánimo a un equipo que anda rajado. Él, que conoce como nadie la historia de este club, decidió meterles mano a los muchachos, contándoles anécdotas de batallas pasadas, de cómo se sacaron adelante ante situaciones aún peores. Parecía una sesión de terapia grupal, pero resultó ser la chispa que necesitaban.
Y vaya que funcionó. Ramírez recalcó la importancia de la cantera, demostrando que sí se puede confiar en los jóvenes. Mandó a jugar a siete chicos de la Sub-21 y ellos respondieron a la altura, mostrando coraje y talento. No todos son gambetas ni regates espectaculares, pero sí tienen la entrega y la pasión necesarias para vestir la camiseta manuda. Esto, mis panas, es pura cría tica.
Según el mismo Ramírez, ha estado inculcando en estos puros la mentalidad ganadora que siempre ha caracterizado a Alajuelense. Les ha enseñado que no importa cuán difícil sea el camino, siempre hay que luchar, nunca rendirse. Esa es la esencia, esa es la vara que debemos seguir defendiendo.
Ahora, el brete nos espera en las semifinales. Nos tocan Olimpia de Honduras o Cartaginés, dos equipos duros que tampoco van a regalarnos el pase. Tendremos que espigarnos mucho, porque no podemos dormirnos en los laureles. Recordemos que en fútbol, nada es seguro. Un descuido y te puedes ir al traste rapidito.
Sin embargo, hay motivos para ser optimistas. El equipo está enchufado, la hinchada está apoyando a rabiar y el profe Ramírez parece haber encontrado la fórmula mágica. Tenemos potencial para llegar lejos en esta competencia y, quién sabe, incluso levantar la copa. Sería una inyección de moral importantísima para el club, que necesita recuperar su sitial en el fútbol centroamericano. Además, veríamos las caras de los detractores, ¡qué gusto sería!
En fin, Alajuelense ha demostrado que todavía tiene madera de campeón. Pero dime tú, ¿crees que con este nuevo brío y la confianza recuperada, los nuestros pueden dar la sorpresa y avanzar hasta la final de la Copa Centroamericana? ¿O será solo un espejismo y volveremos a vernos metidos en el lodo pronto?
Como bien saben, el arranque de temporada no había sido precisamente un brinco del conejo. Muchos criticaban la falta de juego, la defensa desconcentrada y un ataque que parecía estar jugando ajedrez. Se hablaba de crisis profunda y se temía lo peor. El ambiente estaba más pesado que un ladrillo mojado, diay.
Pero apareció Óscar Ramírez, alias 'Machillo', el profe que sabe cómo levantarle el ánimo a un equipo que anda rajado. Él, que conoce como nadie la historia de este club, decidió meterles mano a los muchachos, contándoles anécdotas de batallas pasadas, de cómo se sacaron adelante ante situaciones aún peores. Parecía una sesión de terapia grupal, pero resultó ser la chispa que necesitaban.
Y vaya que funcionó. Ramírez recalcó la importancia de la cantera, demostrando que sí se puede confiar en los jóvenes. Mandó a jugar a siete chicos de la Sub-21 y ellos respondieron a la altura, mostrando coraje y talento. No todos son gambetas ni regates espectaculares, pero sí tienen la entrega y la pasión necesarias para vestir la camiseta manuda. Esto, mis panas, es pura cría tica.
Según el mismo Ramírez, ha estado inculcando en estos puros la mentalidad ganadora que siempre ha caracterizado a Alajuelense. Les ha enseñado que no importa cuán difícil sea el camino, siempre hay que luchar, nunca rendirse. Esa es la esencia, esa es la vara que debemos seguir defendiendo.
Ahora, el brete nos espera en las semifinales. Nos tocan Olimpia de Honduras o Cartaginés, dos equipos duros que tampoco van a regalarnos el pase. Tendremos que espigarnos mucho, porque no podemos dormirnos en los laureles. Recordemos que en fútbol, nada es seguro. Un descuido y te puedes ir al traste rapidito.
Sin embargo, hay motivos para ser optimistas. El equipo está enchufado, la hinchada está apoyando a rabiar y el profe Ramírez parece haber encontrado la fórmula mágica. Tenemos potencial para llegar lejos en esta competencia y, quién sabe, incluso levantar la copa. Sería una inyección de moral importantísima para el club, que necesita recuperar su sitial en el fútbol centroamericano. Además, veríamos las caras de los detractores, ¡qué gusto sería!
En fin, Alajuelense ha demostrado que todavía tiene madera de campeón. Pero dime tú, ¿crees que con este nuevo brío y la confianza recuperada, los nuestros pueden dar la sorpresa y avanzar hasta la final de la Copa Centroamericana? ¿O será solo un espejismo y volveremos a vernos metidos en el lodo pronto?
