Diay mae, honestamente yo fui "pandereta", o talvez se puede decir que lo soy en cuanto a mi fe, no así en cuanto a mi práctica...
Pues todo se debe a la influencia que ejercen los líderes acerca de alejarse del "mundo" y otras cosas.
No veo correcto alejarse de las personas, pero también tiene que ver con el tipo de cambio o vida que se quiera tener, y definir qué personas son aptas para ayudarle a uno, o cuales lo pueden perjudicar. En mi caso, yo seguí con todas mis amistades de siempre, pero no así con todas las mismas actividades... Igual sin razones panderetísticas yo me alejé de un montón de gente de Tibás porque los maes andaban en drogas y uno que otro hasta asaltaba...
En fin, veo mal dejar a los que son compitas por un asunto así, pero no veo mal dejar las actividades que se consideran perjudiciales. Por otro lado, lo que veo incómodo es la gente que se cambia de religión y trata de que los demás también lo hagan.
Al final, si la actitud es contra amigos de verdad, el que pierde es uno por no saber valorar las amistades, y qué más allá de la fe que se profese, llega un momento en que uno se da cuenta de lo que pierde por no tener la madurez necesaria para entender que una "mala" amistad no depende de lo que ésta haga, si no de la manera de ser con uno.
Luego de 9 años en iglesias evangélicas, me di cuenta que por más que se profesa el amor al prójimo, se contradice con la manera en que se trata de hacer a un lado a los que no son como uno. Curiosamente, los que ahora son como mis mejores amigos, son gente que nunca fueron de iglesia... y los que tanto profesaban el amor de Cristo, hoy en día por mi cambio, se alejaron de mí. Eso deja mucho que desear.
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