¡Ay, Dios mío! Se armó un quite perro en Parrita la noche de Buena Vecina, mi gente. Un tiroteo que dejó a tres personas muertas y a varias heridas, incluyendo una nena de doce añitos que, afortunadamente, ya está fuera de peligro, pero imagínate el susto que se llevó la pobre.
Según nos cuentan los vecinos, la cosa empezó alrededor de las nueve y media de la noche, ahí en una casa de habitación en el sector de Parrita. Había una pachanga, pura risa y celebración, cuando de repente entraron dos tipos sinvergüenzas a repartir plomo. ¡Imagínatelo!, justo cuando la familia estaba festejando la llegada de las fiestas decembrinas.
Las autoridades confirmaron que perdieron la vida tres adultos, identificados como Navarro, Rojas y Marín. Tres vidas truncadas así, nomás, por unos maleantes sin escrúpulos. También resultaron heridos otras tres personas, además de la niña, quienes fueron llevados de urgencia al hospital Monseñor Sanabria en Puntarenas. El ambiente quedó cargado de tristeza y miedo, dicen los testigos.
“A eso de las 9:30 de la noche, en una casa de habitación… había una cantidad importante de personas celebrando”, nos contó Michael Soto, explicando cómo se desarrollaron los hechos. “Ingresan dos masculinos... y empiezan a disparar indiscriminadamente”. ¡Un horror! Aparentemente, estos tipos andaban buscando a alguien específico, un tipo llamado Miyagui, de apellido Navarro, quien ya conocían las autoridades por andar metido en cosas turbias.
El OIJ está tratando de darle cabida a este caso, investigando qué motivos pudieron tener estos vándalos para hacer tamaña matanza. Se cree que llegaron en una moto y después de hacer de las suyas, se fueron corriendo. Pero la policía no va a dejar que esto quede impune, prometen cazar a estos delincuentes y llevarlos ante la justicia. Dicen que hay pistas, pero todavía no quieren soltar prenda para no espantar a los sospechosos.
El Patronato Nacional de la Infancia (PANI), como siempre, reaccionó rápido. Mandaron personal a verificar la situación de los niños que estaban en la zona y se están coordinando con el hospital para brindar apoyo psicosocial y legal a la menor y a su familia. ¡Que bueno que tienen ese respaldo!
Este incidente ha conmocionado profundamente a toda la comunidad de Parrita, que ahora vive con el corazón roto y el temor latente. Mucha gente comenta que últimamente la seguridad en la zona ha ido empeorando y piden a las autoridades que tomen cartas en el asunto, redoblen la vigilancia y hagan todo lo posible para proteger a los ciudadanos. La vara se puso alta, mi pana, porque esto ya no puede seguir pasando.
Es increíble cómo una noche de celebración termina en tragedia. Pero, ¿cree usted que se necesita aumentar la presencia policial en zonas rurales como Parrita para prevenir estos lamentables incidentes, o considera que las soluciones pasan por abordar las causas sociales profundas de la violencia?
Según nos cuentan los vecinos, la cosa empezó alrededor de las nueve y media de la noche, ahí en una casa de habitación en el sector de Parrita. Había una pachanga, pura risa y celebración, cuando de repente entraron dos tipos sinvergüenzas a repartir plomo. ¡Imagínatelo!, justo cuando la familia estaba festejando la llegada de las fiestas decembrinas.
Las autoridades confirmaron que perdieron la vida tres adultos, identificados como Navarro, Rojas y Marín. Tres vidas truncadas así, nomás, por unos maleantes sin escrúpulos. También resultaron heridos otras tres personas, además de la niña, quienes fueron llevados de urgencia al hospital Monseñor Sanabria en Puntarenas. El ambiente quedó cargado de tristeza y miedo, dicen los testigos.
“A eso de las 9:30 de la noche, en una casa de habitación… había una cantidad importante de personas celebrando”, nos contó Michael Soto, explicando cómo se desarrollaron los hechos. “Ingresan dos masculinos... y empiezan a disparar indiscriminadamente”. ¡Un horror! Aparentemente, estos tipos andaban buscando a alguien específico, un tipo llamado Miyagui, de apellido Navarro, quien ya conocían las autoridades por andar metido en cosas turbias.
El OIJ está tratando de darle cabida a este caso, investigando qué motivos pudieron tener estos vándalos para hacer tamaña matanza. Se cree que llegaron en una moto y después de hacer de las suyas, se fueron corriendo. Pero la policía no va a dejar que esto quede impune, prometen cazar a estos delincuentes y llevarlos ante la justicia. Dicen que hay pistas, pero todavía no quieren soltar prenda para no espantar a los sospechosos.
El Patronato Nacional de la Infancia (PANI), como siempre, reaccionó rápido. Mandaron personal a verificar la situación de los niños que estaban en la zona y se están coordinando con el hospital para brindar apoyo psicosocial y legal a la menor y a su familia. ¡Que bueno que tienen ese respaldo!
Este incidente ha conmocionado profundamente a toda la comunidad de Parrita, que ahora vive con el corazón roto y el temor latente. Mucha gente comenta que últimamente la seguridad en la zona ha ido empeorando y piden a las autoridades que tomen cartas en el asunto, redoblen la vigilancia y hagan todo lo posible para proteger a los ciudadanos. La vara se puso alta, mi pana, porque esto ya no puede seguir pasando.
Es increíble cómo una noche de celebración termina en tragedia. Pero, ¿cree usted que se necesita aumentar la presencia policial en zonas rurales como Parrita para prevenir estos lamentables incidentes, o considera que las soluciones pasan por abordar las causas sociales profundas de la violencia?
