¡Ay, Dios mío! Esto se pone interesante, parce. Resulta que el secretari@ del PLN, Miguel Guillén, anda echando humo porque asegura que el gobierno de Chaves está apretando duro a los alcaldes y otros liderazgos cantonales para que le den su apoyo. Parece que la presión va acompañada de promesas jugosas... o amenazas disfrazadas, según el partido liberacionista.
Guillén sacó pecho diciendo que esto no es novedad, que lleva rato escuchándose que gente cercana al presidente y al proyecto político conocido como ‘rodriguista’ andan haciendo de las suyas. Según él, buscan a toda costa arrastrar a estos líderes cantonales a sus filas, aparentemente para fortalecer su posición de cara a futuras elecciones. ¡Imagínate qué brete!
Lo que encendió aún más las alarmas fue la confirmación de Ricardo Aguilar, vicealcalde de Jiménez. El mae contó cómo funcionarios del gobierno anduvieron por ahí ofreciendo favores, insinuando consecuencias desagradables si no se sumaban al carro. Una visita que, según Aguilar, dejó claro que la adhesión al gobierno era prácticamente una exigencia. ¡Qué sal!
“Esto no es democracia, señor@s,” sentenció Guillén, con la vehemencia que caracteriza a los dirigentes políticos. “Una república se construye con respeto, con propuestas claras, con debate abierto. No con chantajes ni amenazas. Ese tipo de actitudes degradan la confianza ciudadana y deforman la política.” Claramente, el secretari@ no se anda con rodeos.
Guillén llevó el discurso más allá, acusando al supuesto ‘rodriguismo’ en Costa Rica de mostrar su “verdadera esencia”: un proyecto alimentado por la violencia política, la división y el miedo. Agregó que buscan apropiarse de la libertad de participación política garantizada por la Constitución, utilizando la ambición electoral como excusa. ¡Qué carga!
Para los dirigentes liberacionistas, este panorama es especialmente preocupante porque ven en estas acciones un retroceso hacia formas autoritarias que ponen en peligro la convivencia democrática. Recuérdeles que el chavismo, ya saben, es sinónimo de esas prácticas cuestionables. Han visto películas, eh… y no les gusta lo que ven.
En medio de este revuelo, Guillén hizo un llamado a la ciudadanía para defender los valores democráticos. Les pidió que levanten la voz y denuncien cualquier práctica intimidatoria, recordando que la política en Costa Rica debe construirse sobre pilares sólidos de respeto, propuestas innovadoras y debates honestos, no sobre amenazas veladas o chantajes directos. Ya saben, mantener la vara alta es fundamental.
Ahora bien, con todo este rollo, surge la pregunta: ¿Estamos viendo el inicio de una campaña electoral turbia, donde la influencia y las presiones se anteponen a la voluntad popular? ¿Hasta dónde llegará el gobierno para conseguir apoyos cantonales, y qué medidas tomarán los ciudadanos para proteger la integridad del proceso democrático en nuestro país?
Guillén sacó pecho diciendo que esto no es novedad, que lleva rato escuchándose que gente cercana al presidente y al proyecto político conocido como ‘rodriguista’ andan haciendo de las suyas. Según él, buscan a toda costa arrastrar a estos líderes cantonales a sus filas, aparentemente para fortalecer su posición de cara a futuras elecciones. ¡Imagínate qué brete!
Lo que encendió aún más las alarmas fue la confirmación de Ricardo Aguilar, vicealcalde de Jiménez. El mae contó cómo funcionarios del gobierno anduvieron por ahí ofreciendo favores, insinuando consecuencias desagradables si no se sumaban al carro. Una visita que, según Aguilar, dejó claro que la adhesión al gobierno era prácticamente una exigencia. ¡Qué sal!
“Esto no es democracia, señor@s,” sentenció Guillén, con la vehemencia que caracteriza a los dirigentes políticos. “Una república se construye con respeto, con propuestas claras, con debate abierto. No con chantajes ni amenazas. Ese tipo de actitudes degradan la confianza ciudadana y deforman la política.” Claramente, el secretari@ no se anda con rodeos.
Guillén llevó el discurso más allá, acusando al supuesto ‘rodriguismo’ en Costa Rica de mostrar su “verdadera esencia”: un proyecto alimentado por la violencia política, la división y el miedo. Agregó que buscan apropiarse de la libertad de participación política garantizada por la Constitución, utilizando la ambición electoral como excusa. ¡Qué carga!
Para los dirigentes liberacionistas, este panorama es especialmente preocupante porque ven en estas acciones un retroceso hacia formas autoritarias que ponen en peligro la convivencia democrática. Recuérdeles que el chavismo, ya saben, es sinónimo de esas prácticas cuestionables. Han visto películas, eh… y no les gusta lo que ven.
En medio de este revuelo, Guillén hizo un llamado a la ciudadanía para defender los valores democráticos. Les pidió que levanten la voz y denuncien cualquier práctica intimidatoria, recordando que la política en Costa Rica debe construirse sobre pilares sólidos de respeto, propuestas innovadoras y debates honestos, no sobre amenazas veladas o chantajes directos. Ya saben, mantener la vara alta es fundamental.
Ahora bien, con todo este rollo, surge la pregunta: ¿Estamos viendo el inicio de una campaña electoral turbia, donde la influencia y las presiones se anteponen a la voluntad popular? ¿Hasta dónde llegará el gobierno para conseguir apoyos cantonales, y qué medidas tomarán los ciudadanos para proteger la integridad del proceso democrático en nuestro país?