?Maverick? dijo:
Ahora bien, en el concepto cristiano.
Yo peleo la clasificacion al Mundial (el Cielo), para ellos a traves de muchos anhos debo evitar miles quizas millones de tentaciones y pecados.
Luego si hice las cosas bien, tambien mi cuerpo se queda por aca, y lo que queda de mi es el alma.
El espiritu le pertenece a Dios y es lo que le da vida al cuerpo y mantiene unidos el alma y el cuerpo.
El alma sigue siendo mi esencia, pero tenemos un problema.
Aun quedan cientos de defectos, mis instintos por comer, dormir, orinar y tener sexo permanecen????
Si no permanecen entonces como me puedo definir a mi mismo. Yo dejo de ser yo, ahora soy otro.
Si permanecen la vida en el paraiso no se diferenciaria mucho de la existencia actual, porque habria competencia por comer mejor, dormir mejor, orinar mejor y tener sexo con la mejor pareja posible. Sin embargo, definitivamente ese si soy yo.
Si a Usted le molesta jugar la clasificacion y que otro ser alternativo -no usted- llegue al Mundial entonces tenemos la misma objecion a este problema.
Sobre evitar miles, quizá millones de tentaciones y pecados: La Biblia señala que todos somos pecadores, quienes vienen a Cristo siguen siendo pecadores, pero pecadores vistos a través de la sangre de Cristo. La calidad de pecadores no se elimina al ser cristiano (es un error de algunas sectas). El creyente, con la dirección del Espíritu Santo puede identificar mejor todas aquellas ocasiones en que puede caer. Lo mismo pasa con un alcohólico que ha reconocido que entrar en un bar puede ser un problema para él. No obstante, el cristiano siempre tiene una salida: confesar su pecado. (no a un sacerdote) Confesar decir lo mismo que Dios. Es reconocer que desobedecí y por lo tanto reconozco mi error, y seguir adelante en su vida cristiana.
El cuerpo queda acá, pero el alma y el espíritu están con el Señor. Como el ser humano es integral e indivisible según la Biblia, llegará el momento en que el cuerpo sea glorificado y nuevamente pueda ser una unidad con el alma y con el espíritu, sin importar qué paso con el cuerpo (mutilado, quemado, ahogado, recién fallecido, en una nevera ... ) El verdadero "yo" es todo... espíritu, alma y cuerpo y por ese "yo" Cristo murió y resucitó.
Sobre los "defectos" no los veo así y tampoco la Biblia. Mientras el cuerpo esté en la tierra, no hay necesidades como las que señalas. Cuando el cuerpo es nuevamente una unidad con el espíritu y el alma, todas las funciones vuelven a entrar en acción. El hombre no queda asexuado o bien puede alimentarse, sin embargo ya eso no será necesario (podrá hacerlo, pero no es necesario para seguir viviendo). Cuando Cristo resucitó y luego se le presentó al apóstol Pedro, él comió del pescado que estaba siendo cocinado, aunque no lo necesitaba y lo hizo como un acto de comunión con su discípulo.
En el Paraíso no abrá competencia, pues no existe posibilidad de reproducción. No habrá cada día más habitantes en ese lugar. Quienes lleguen serán los únicos. Ninguno morirá por no comer o tomar agua, todos los que estén en ese lugar gozarán de una eternidad. La vida y la existencia allá será bastante más distinta a la experimentada aquí.
Esa pregunta sobre qué es exactamente la resurrección y que clase de vida se tendrá una vez efectuada, se ha tenido desde el principio. Les dejo, para su lectura, un párrafo bíblico que intenta explicarlo:
"Pero preguntará alguno: «¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán?». Necio, lo que tú siembras no vuelve a la vida si no muere antes. Y lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, sea de trigo o de otro grano. Y Dios le da el cuerpo que él quiere, y a cada semilla su propio cuerpo.
No toda carne es la misma carne, sino que una carne es la de los hombres, otra carne la de las bestias, otra la de los peces y otra la de las aves. Hay cuerpos celestiales y cuerpos terrenales; pero una es la hermosura de los celestiales y otra la de los terrenales. Uno es el resplandor del sol, otro el de la luna y otro el de las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en resplandor.
Así también sucede con la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción. Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder. Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal y hay cuerpo espiritual.
Así también está escrito: «Fue hecho el primer hombre, Adán, alma viviente»; el postrer Adán, espíritu que da vida. Pero lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual. El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo. Conforme al terrenal, así serán los terrenales; y conforme al celestial, así serán los celestiales. Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.
Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción. Os digo un misterio: No todos moriremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta, porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles y nosotros seremos transformados, pues es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción y que esto mortal se vista de inmortalidad.
Cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: «Sorbida es la muerte en victoria». ¿Dónde está, muerte, tu aguijón? ¿Dónde, sepulcro, tu victoria?, porque el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la Ley. Pero gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano." (1 Corintios 15:35-58)