¡Ay, Dios mío! Aquí vamos de nuevo. El PUSC, esos siempre listos para meterle dedo al asunto, anda insistiendo con esa idea de la vía súper rápida para las jornadas de 12 horas. Parece que no les alcanza con el relajo que ya causaron la última vez, ¡qué torta!
Resulta que, según el jefe de bancada, Alejandro Pacheco, tienen que sacar el proyecto a marchas forzadas. Dicen que quieren mandar el expediente 25.224, propuesto por Daniela Rojas, directo a una comisión especial. Con esto, esperan liberar otros proyectos que andan varados en el Plenario, según sus palabras. Claro, porque obviamente lo más importante es hacerles caso a ellos, ¿verdad?
El pasado 6 de octubre ya intentaron esta jugada, pero el pueblo – bueno, los diputados – le dijeron que no. Hubo un empate bochornoso, 21 a 21, y luego otro intento que también salió en agua de gallina, con 20 a favor y 21 en contra. Parece que algunos diputados se quedaron dormidos o estaban pensando en qué comer, ¡diay!
Entre los que dieron apoyo estuvieron los del PUSC (aunque con algunas excepciones, como la diputada Vanessa Castro), el oficialismo, Nueva República, el Liberal Progresista, e incluso algunos independientes como Gilberth Jiménez, Luis Diego Vargas y Cynthia Córdoba. Andrea Álvarez de Liberación Nacional se aventuró a darles un voto a favor, siendo la única de su bancada que se atrevió a ir en contra de la corriente. Se nota que ella sí tiene calle y sabe lo que le preocupa a la gente.
Pero ahora dicen que varios de los que se opusieron la vez pasada, están cambiando de opinión. Según Pacheco, ya le han prometido su voto. Eso sí, Liberación Nacional sigue agarrada a su postura, según reveló Óscar Izquierdo en una reunión de jefes de fracción. ¡Qué salado! Parece que no van a ceder ni aunque les pongan un elefante encima.
La movida es mandar la discusión de estas jornadas especiales a una comisión integrada por todos los partidos políticos. Esta comisión tendría entre seis y siete semanas para analizar el proyecto y mandarlo al Plenario. Además, establecen unas reglas estrictas para presentar y defender mociones, limitando a una sola por artículo. Han quitado el tema de la votación de los trabajadores dentro de las empresas, dejando contentos a los liberacionistas, quienes parecían más preocupados por ese aspecto que por el fondo del asunto. Ese tema, mi pana, ha sido un verdadero brete para llegar a un acuerdo.
Ahora bien, analicemos la realidad: sin el apoyo del PLN y del Frente Amplio, que están totalmente en contra de esta medida, parece prácticamente imposible que la moción salga adelante. Y ojo, porque el proyecto en sí mismo genera mucha controversia. Algunos argumentan que podría afectar gravemente los derechos laborales, mientras que otros defienden que es una herramienta necesaria para reactivar la economía en tiempos difíciles. Este tema, definitivamente, divide opiniones, y es fácil entender por qué la discusión se pone tan caliente.
Y hablando en plata, ¿ustedes qué piensan? ¿Es justo que los diputados tramen temas urgentes a toda velocidad, o debería tomarse el tiempo necesario para debatir a fondo todas las implicaciones? ¿Esta insistencia del PUSC es un esfuerzo legítimo para mejorar el funcionamiento de la Asamblea, o simplemente buscan imponer su voluntad sin importar las consecuencias? Dejen sus comentarios abajo, ¡quiero saber su opinión!
Resulta que, según el jefe de bancada, Alejandro Pacheco, tienen que sacar el proyecto a marchas forzadas. Dicen que quieren mandar el expediente 25.224, propuesto por Daniela Rojas, directo a una comisión especial. Con esto, esperan liberar otros proyectos que andan varados en el Plenario, según sus palabras. Claro, porque obviamente lo más importante es hacerles caso a ellos, ¿verdad?
El pasado 6 de octubre ya intentaron esta jugada, pero el pueblo – bueno, los diputados – le dijeron que no. Hubo un empate bochornoso, 21 a 21, y luego otro intento que también salió en agua de gallina, con 20 a favor y 21 en contra. Parece que algunos diputados se quedaron dormidos o estaban pensando en qué comer, ¡diay!
Entre los que dieron apoyo estuvieron los del PUSC (aunque con algunas excepciones, como la diputada Vanessa Castro), el oficialismo, Nueva República, el Liberal Progresista, e incluso algunos independientes como Gilberth Jiménez, Luis Diego Vargas y Cynthia Córdoba. Andrea Álvarez de Liberación Nacional se aventuró a darles un voto a favor, siendo la única de su bancada que se atrevió a ir en contra de la corriente. Se nota que ella sí tiene calle y sabe lo que le preocupa a la gente.
Pero ahora dicen que varios de los que se opusieron la vez pasada, están cambiando de opinión. Según Pacheco, ya le han prometido su voto. Eso sí, Liberación Nacional sigue agarrada a su postura, según reveló Óscar Izquierdo en una reunión de jefes de fracción. ¡Qué salado! Parece que no van a ceder ni aunque les pongan un elefante encima.
La movida es mandar la discusión de estas jornadas especiales a una comisión integrada por todos los partidos políticos. Esta comisión tendría entre seis y siete semanas para analizar el proyecto y mandarlo al Plenario. Además, establecen unas reglas estrictas para presentar y defender mociones, limitando a una sola por artículo. Han quitado el tema de la votación de los trabajadores dentro de las empresas, dejando contentos a los liberacionistas, quienes parecían más preocupados por ese aspecto que por el fondo del asunto. Ese tema, mi pana, ha sido un verdadero brete para llegar a un acuerdo.
Ahora bien, analicemos la realidad: sin el apoyo del PLN y del Frente Amplio, que están totalmente en contra de esta medida, parece prácticamente imposible que la moción salga adelante. Y ojo, porque el proyecto en sí mismo genera mucha controversia. Algunos argumentan que podría afectar gravemente los derechos laborales, mientras que otros defienden que es una herramienta necesaria para reactivar la economía en tiempos difíciles. Este tema, definitivamente, divide opiniones, y es fácil entender por qué la discusión se pone tan caliente.
Y hablando en plata, ¿ustedes qué piensan? ¿Es justo que los diputados tramen temas urgentes a toda velocidad, o debería tomarse el tiempo necesario para debatir a fondo todas las implicaciones? ¿Esta insistencia del PUSC es un esfuerzo legítimo para mejorar el funcionamiento de la Asamblea, o simplemente buscan imponer su voluntad sin importar las consecuencias? Dejen sus comentarios abajo, ¡quiero saber su opinión!
