¡Ay, comadieh! Imagínate esto: un pesebre hecho por una artista pura chilera de Costa Rica, iluminando el Vaticano. Así, directo, sin rodeos. La artista Paula Sáenz, una dama que le pone alma y corazón a lo que hace, vio su creación bendecida por el Papa León XIV este lunes, y ahí quedó la gallada pegao’ en el Aula Pablo VI. Un orgullo nacional, diay.
La movida es que desde el 15 de diciembre, el pasito de Paula Sáenz está a la vista de todos en el Vaticano. No es un pasito cualquiera, ¿eh? Tiene toda la onda: los elementos clásicos, sí, pero también una imagen de la Virgen María embarazada, pa’ darle un toque diferente y significativo. Este pesebre está ahí hasta que lleguen las fiestas navideñas, pero luego cambia la imagen de la Virgen a una en oración, con el Niño Jesús recién nacido. Una transición bien simbólica, vamos.
Según declaró Su Santidad el Papa León XIV, el mensaje es claro: “Dios se hace cercano a la humanidad, entrando en nuestra historia en la fragilidad de un niño. En la pobreza de la gruta de Belén contemplamos un misterio de humildad y de amor…”. Palabras que resonaron hondo, máxime viniendo de quien viene. Y vaya que la artista nos representaba con esas ideas tan bonitas sobre el significado del nacimiento de Jesucristo.
Pero la vaina no termina ahí. Las cintas de raso que adornan el pesebre tienen un significado profundo. Cada cinta de 50 centímetros simboliza una vida humana salvada del aborto, gracias a la información proporcionada por organizaciones como el Instituto Femenino de Salud Integral (IFEMSI) y 40 Días por la Vida. ¡Son unas 28 mil cintas! Y encima, se sumaron otras 400 cintas con intenciones de oración provenientes del Hospital Nacional de Niños (HNN). Una demostración de fe y solidaridad, pura verdura.
Paula Sáenz, en su explicación, compartió cómo su arte está influenciado por la tradición bizantina: “La tradición bizantina ha marcado mi camino artístico por la fuerza de su lenguaje: la serenidad de los rostros, los colores intensos que sugieren eternidad, la sobriedad de los trazos que invitan al silencio interior...”. Ella busca conectar con esa esencia oriental, reinterpretándola y fusionándola con la tradición occidental del pesebre. Un brete de fusiones artísticas, pero salió qué chiva.
“El pesebre Gaudium nace precisamente de ese diálogo: de la inspiración en Oriente y en Occidente, recoge la profundidad del ícono, que no es simple representación, sino revelación del misterio eterno de la Encarnación”, agregó la artista. Es decir, no se trata solo de representar escenas religiosas, sino de transmitir un mensaje profundo de fe y esperanza. La artista realmente entendió el concepto, y eso se nota en cada detalle del pesebre.
Y ni hablar del cuidado en la ejecución. Páginas y páginas podrían escribirse sobre cada detalle, cada color cuidadosamente seleccionado, cada rostro plasmado con devoción. Se siente el cariño puesto en cada puntada, en cada pincelada. Un trabajo artesanal que representa a Costa Rica con orgullo y elegancia. Esto le da a nuestros artistas un empujón enorme para seguir creando cosas tan hermosas.
Bueno, pues ahí lo tienen. Un pesebre tico bendecido por el Papa, mostrando la creatividad y el talento costarricense al mundo entero. Una nota que alegra el corazón y nos llena de orgullo. Ahora dime, ¿qué te pareció esta iniciativa? ¿Crees que iniciativas como esta contribuyen a fortalecer la identidad cultural de Costa Rica y a promover valores positivos a nivel global?
La movida es que desde el 15 de diciembre, el pasito de Paula Sáenz está a la vista de todos en el Vaticano. No es un pasito cualquiera, ¿eh? Tiene toda la onda: los elementos clásicos, sí, pero también una imagen de la Virgen María embarazada, pa’ darle un toque diferente y significativo. Este pesebre está ahí hasta que lleguen las fiestas navideñas, pero luego cambia la imagen de la Virgen a una en oración, con el Niño Jesús recién nacido. Una transición bien simbólica, vamos.
Según declaró Su Santidad el Papa León XIV, el mensaje es claro: “Dios se hace cercano a la humanidad, entrando en nuestra historia en la fragilidad de un niño. En la pobreza de la gruta de Belén contemplamos un misterio de humildad y de amor…”. Palabras que resonaron hondo, máxime viniendo de quien viene. Y vaya que la artista nos representaba con esas ideas tan bonitas sobre el significado del nacimiento de Jesucristo.
Pero la vaina no termina ahí. Las cintas de raso que adornan el pesebre tienen un significado profundo. Cada cinta de 50 centímetros simboliza una vida humana salvada del aborto, gracias a la información proporcionada por organizaciones como el Instituto Femenino de Salud Integral (IFEMSI) y 40 Días por la Vida. ¡Son unas 28 mil cintas! Y encima, se sumaron otras 400 cintas con intenciones de oración provenientes del Hospital Nacional de Niños (HNN). Una demostración de fe y solidaridad, pura verdura.
Paula Sáenz, en su explicación, compartió cómo su arte está influenciado por la tradición bizantina: “La tradición bizantina ha marcado mi camino artístico por la fuerza de su lenguaje: la serenidad de los rostros, los colores intensos que sugieren eternidad, la sobriedad de los trazos que invitan al silencio interior...”. Ella busca conectar con esa esencia oriental, reinterpretándola y fusionándola con la tradición occidental del pesebre. Un brete de fusiones artísticas, pero salió qué chiva.
“El pesebre Gaudium nace precisamente de ese diálogo: de la inspiración en Oriente y en Occidente, recoge la profundidad del ícono, que no es simple representación, sino revelación del misterio eterno de la Encarnación”, agregó la artista. Es decir, no se trata solo de representar escenas religiosas, sino de transmitir un mensaje profundo de fe y esperanza. La artista realmente entendió el concepto, y eso se nota en cada detalle del pesebre.
Y ni hablar del cuidado en la ejecución. Páginas y páginas podrían escribirse sobre cada detalle, cada color cuidadosamente seleccionado, cada rostro plasmado con devoción. Se siente el cariño puesto en cada puntada, en cada pincelada. Un trabajo artesanal que representa a Costa Rica con orgullo y elegancia. Esto le da a nuestros artistas un empujón enorme para seguir creando cosas tan hermosas.
Bueno, pues ahí lo tienen. Un pesebre tico bendecido por el Papa, mostrando la creatividad y el talento costarricense al mundo entero. Una nota que alegra el corazón y nos llena de orgullo. Ahora dime, ¿qué te pareció esta iniciativa? ¿Crees que iniciativas como esta contribuyen a fortalecer la identidad cultural de Costa Rica y a promover valores positivos a nivel global?