¡Aguante, pura vida! Ya arrancó con todo el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) con la impresión de las papeletas para las elecciones del 2026. Se trata de un brete considerable, porque vamos a tener unas elecciones bien movidas con toda esta gente queriendo llegar al poder.
Como les comentaba, van a imprimir más de siete millones de papeletas, una verdadera torta de papel, pero necesaria si queremos que la democracia funcione. De esos siete millones y pico, casi cuatro millones serán para elegir al próximo presidente y sus compañeros de fórmula, una cifra que coincide justo con cuántos estamos registrados en el padrón. El resto, pues pa’ elegir a los diputados que nos representan en la Asamblea Legislativa.
Ahora sí, hablemos de plata, porque esto no sale regalado. El TSE estima que todo este proceso va a costar alrededor de mil quince millones de colones. ¡Mil quince millones!, una suma considerablísima, máxime cuando todavía estamos tratando de salir del agujero económico. De ahí, ochocientos ochenta millones irán destinados a la primera vuelta, y ciento setenta millones extras en caso de que tengamos que irnos a la segunda. ¡Que no falten los chunches para eso!
La empresa Productive Business Solutions (PBS), que ganó la licitación, es la encargada de hacer todo este trabajo. Ellos son quienes se encargarán de imprimir las papeletas y empacarlas para que cada junta receptora de votos (JRV) tenga todo listo el día de las elecciones. Así que, vamos a ver cómo le hacen, porque no es tarea fácil manejar un volumen así.
Y ojo, que esto no es cualquier impresión cualquiera, ¡no señor! El TSE está poniendo el turbo en la seguridad, porque no queremos escándalos ni sorpresas desagradables. Hay vigilancia constante de funcionarios del TSE y de la Fuerza Pública, monitoreo las veinticuatro horas del día, controles de acceso estrictos, gafete obligatorios, prohibición de celulares y computadoras dentro de las zonas de impresión… ¡todo pa’ evitar broncas y asegurarnos de que todo esté limpio!
Además, las papeletas vienen cargadas de medidas de seguridad especiales. Tienen tramas de seguridad escondidas, microtextos que parecen magia y gradientes que cambian de color. ¡Parece un billete falso, pero es pa’ garantizar la integridad del voto! Esto busca precisamente evitar que alguien intente hacerle trampa, aunque algunos dicen que siempre hay mañosos por ahí buscando cómo meter la pata. Veremos qué pasa.
En cuanto a la oferta política, bueno, prepárense para elegir entre muchas opciones. Para la presidencia, habrá veinte candidatos diferentes peleándose por nuestro voto. En cambio, por las diputaciones, la cosa varía dependiendo de la provincia. San José es la que tiene más opciones, con veintidós partidos y movimientos políticos disputándose un cupo. Cartago y Guanacaste tienen veintiún, mientras que Alajuela, Heredia, Puntarenas y Limón ofrecen veinte opciones cada una. ¡Un verdadero menú político!
Así que ya lo saben, el TSE espera tener todo listo para el treinta de diciembre. Con tanta papeleta y tantas opciones, me pregunto... ¿cree usted que realmente tenemos suficientes herramientas para informarnos bien y tomar una decisión consciente en estas elecciones del 2026? ¿O nos dejaremos llevar por la publicidad engañosa y las promesas vacías?
Como les comentaba, van a imprimir más de siete millones de papeletas, una verdadera torta de papel, pero necesaria si queremos que la democracia funcione. De esos siete millones y pico, casi cuatro millones serán para elegir al próximo presidente y sus compañeros de fórmula, una cifra que coincide justo con cuántos estamos registrados en el padrón. El resto, pues pa’ elegir a los diputados que nos representan en la Asamblea Legislativa.
Ahora sí, hablemos de plata, porque esto no sale regalado. El TSE estima que todo este proceso va a costar alrededor de mil quince millones de colones. ¡Mil quince millones!, una suma considerablísima, máxime cuando todavía estamos tratando de salir del agujero económico. De ahí, ochocientos ochenta millones irán destinados a la primera vuelta, y ciento setenta millones extras en caso de que tengamos que irnos a la segunda. ¡Que no falten los chunches para eso!
La empresa Productive Business Solutions (PBS), que ganó la licitación, es la encargada de hacer todo este trabajo. Ellos son quienes se encargarán de imprimir las papeletas y empacarlas para que cada junta receptora de votos (JRV) tenga todo listo el día de las elecciones. Así que, vamos a ver cómo le hacen, porque no es tarea fácil manejar un volumen así.
Y ojo, que esto no es cualquier impresión cualquiera, ¡no señor! El TSE está poniendo el turbo en la seguridad, porque no queremos escándalos ni sorpresas desagradables. Hay vigilancia constante de funcionarios del TSE y de la Fuerza Pública, monitoreo las veinticuatro horas del día, controles de acceso estrictos, gafete obligatorios, prohibición de celulares y computadoras dentro de las zonas de impresión… ¡todo pa’ evitar broncas y asegurarnos de que todo esté limpio!
Además, las papeletas vienen cargadas de medidas de seguridad especiales. Tienen tramas de seguridad escondidas, microtextos que parecen magia y gradientes que cambian de color. ¡Parece un billete falso, pero es pa’ garantizar la integridad del voto! Esto busca precisamente evitar que alguien intente hacerle trampa, aunque algunos dicen que siempre hay mañosos por ahí buscando cómo meter la pata. Veremos qué pasa.
En cuanto a la oferta política, bueno, prepárense para elegir entre muchas opciones. Para la presidencia, habrá veinte candidatos diferentes peleándose por nuestro voto. En cambio, por las diputaciones, la cosa varía dependiendo de la provincia. San José es la que tiene más opciones, con veintidós partidos y movimientos políticos disputándose un cupo. Cartago y Guanacaste tienen veintiún, mientras que Alajuela, Heredia, Puntarenas y Limón ofrecen veinte opciones cada una. ¡Un verdadero menú político!
Así que ya lo saben, el TSE espera tener todo listo para el treinta de diciembre. Con tanta papeleta y tantas opciones, me pregunto... ¿cree usted que realmente tenemos suficientes herramientas para informarnos bien y tomar una decisión consciente en estas elecciones del 2026? ¿O nos dejaremos llevar por la publicidad engañosa y las promesas vacías?
