¡Ay, Dios mío, qué bronca! Una tragedia sacudió a los gringos allá en Nueva Jersey este finde. Dos helicópteros, sí señor, ¡dos aeronaves voladoras!, se fueron a pique en medio del cielo, dejando a todos boquiabiertos y con el corazón en la garganta.
Según nos cuentan las agencias, el percance ocurrió cerca del aeropuerto de Hammonton, una zona donde hay instalaciones deportivas y bastante monte, así que imagina el cagadero que debió ser. Testigos dicen que vieron cómo una de las naves perdía el control de repente y empezó a caer como una papaya madura, ¡tremendo espectáculo, pero triste, eh!
Lo curioso es que, aparentemente, iban solos los pilotos en cada helicóptero, un Enstrom F-28A y otro Enstrom 280C, modelos civiles, nada de combativos ni esas cosas. Eso significa que, afortunadamente, nadie más resultó herido, ni gente en tierra, ni otros pilotos, eso sí que sería una torta aún peor. Pero bueno, uno sí lamentablemente pagó con la vida, y el otro, pues luchando por salir adelante en un hospital.
Imagínate la escena: paramédicos, bomberos, policía... todo el mundo corriendo para ver qué estaba pasando. Un operador de emergencias, según escuché, decía por radio que estaban teniendo problemas para encontrar el segundo helicóptero porque cayó dentro del bosque, ahí bien escondido. ¡Menudo brete! Tenían que cortar matorrales y buscar entre ramas para rescatarlo.
Algunos testigos juran que primero escucharon un estruendo fuerte, como si explotara algo, y luego un golpe seco, como metal contra metal. Dicen que al principio pensaron que el helicóptero se había salvado, pero luego vieron cómo empezaba a dar vueltas sin control antes de estrellarse. ¡Qué susto, mándale saludos! Las fotos que circulan en redes sociales no ayudan mucho, te digo, pura columna de humo y gente mirando con cara de póker.
Ahora viene lo interesante: los americanos ya tienen abierta una investigación a toda máquina, con la FAA y la NTSB metidas hasta el fondo. Van a revisar todo: el clima, si los pilotos se comunicaron bien, los planes de vuelo y hasta si los helicópteros estaban en buen estado. Este caso, además, revive el debate sobre la seguridad aérea, sobre todo para estos vuelos pequeños y helicópteros, porque parece que cada vez hay más en el cielo y menos regulación, diay.
Y hablando de accidentes aéreos, recordemos aquel fiasco hace unos meses cerca de Washington, donde un avión regional y un helicóptero militar se chocaron y dejaron decenas de muertos. Ese también causó revuelo y obligó a ponerle lupa a los sistemas de control aéreo. Entonces, uno se pregunta… ¿cuándo le vamos a ponerle atención a estos temas por aquí en Costa Rica? Nuestra aviación civil necesita una chec, ¡eso seguro!
En fin, una tragedia más que nos recuerda lo frágil que puede ser la vida y lo importante que es cuidarnos. Pero dime tú, ¿crees que deberían endurecer las normas para pilotos privados y helicópteros en Estados Unidos, o es que ya exageramos con la seguridad? ¿Y qué medidas deberíamos tomar nosotros en Costa Rica para evitar que esto nos pase a nosotros?
Según nos cuentan las agencias, el percance ocurrió cerca del aeropuerto de Hammonton, una zona donde hay instalaciones deportivas y bastante monte, así que imagina el cagadero que debió ser. Testigos dicen que vieron cómo una de las naves perdía el control de repente y empezó a caer como una papaya madura, ¡tremendo espectáculo, pero triste, eh!
Lo curioso es que, aparentemente, iban solos los pilotos en cada helicóptero, un Enstrom F-28A y otro Enstrom 280C, modelos civiles, nada de combativos ni esas cosas. Eso significa que, afortunadamente, nadie más resultó herido, ni gente en tierra, ni otros pilotos, eso sí que sería una torta aún peor. Pero bueno, uno sí lamentablemente pagó con la vida, y el otro, pues luchando por salir adelante en un hospital.
Imagínate la escena: paramédicos, bomberos, policía... todo el mundo corriendo para ver qué estaba pasando. Un operador de emergencias, según escuché, decía por radio que estaban teniendo problemas para encontrar el segundo helicóptero porque cayó dentro del bosque, ahí bien escondido. ¡Menudo brete! Tenían que cortar matorrales y buscar entre ramas para rescatarlo.
Algunos testigos juran que primero escucharon un estruendo fuerte, como si explotara algo, y luego un golpe seco, como metal contra metal. Dicen que al principio pensaron que el helicóptero se había salvado, pero luego vieron cómo empezaba a dar vueltas sin control antes de estrellarse. ¡Qué susto, mándale saludos! Las fotos que circulan en redes sociales no ayudan mucho, te digo, pura columna de humo y gente mirando con cara de póker.
Ahora viene lo interesante: los americanos ya tienen abierta una investigación a toda máquina, con la FAA y la NTSB metidas hasta el fondo. Van a revisar todo: el clima, si los pilotos se comunicaron bien, los planes de vuelo y hasta si los helicópteros estaban en buen estado. Este caso, además, revive el debate sobre la seguridad aérea, sobre todo para estos vuelos pequeños y helicópteros, porque parece que cada vez hay más en el cielo y menos regulación, diay.
Y hablando de accidentes aéreos, recordemos aquel fiasco hace unos meses cerca de Washington, donde un avión regional y un helicóptero militar se chocaron y dejaron decenas de muertos. Ese también causó revuelo y obligó a ponerle lupa a los sistemas de control aéreo. Entonces, uno se pregunta… ¿cuándo le vamos a ponerle atención a estos temas por aquí en Costa Rica? Nuestra aviación civil necesita una chec, ¡eso seguro!
En fin, una tragedia más que nos recuerda lo frágil que puede ser la vida y lo importante que es cuidarnos. Pero dime tú, ¿crees que deberían endurecer las normas para pilotos privados y helicópteros en Estados Unidos, o es que ya exageramos con la seguridad? ¿Y qué medidas deberíamos tomar nosotros en Costa Rica para evitar que esto nos pase a nosotros?
