¡Ay, Dios mío! Resulta que mientras todos estábamos agarrándole con el Viernes Negro buscando gangas para sobrevivir este diciembre, los pelones del ICE estaban disfrutándose Miami con vuelos que cuestan más que un carro usado. Sí, así como lo escuchas, los mismos que nos dicen que aguantemos los aumentos en la luz, ellos andaban dando vueltas en primera clase, ¡qué descaro!
Según reveló el Semanario Universidad, una banda de directivos – incluido el mismísimo Marco Acuña, el presidente ejecutivo – se fueron de viaje aprobados por el propio Consejo Directivo. Entre los que aprovecharon el presupuesto estaban Ileana Murillo, Marlon Arguedas, Henry Guevara, Irene Víquez, Diana Valverde y hasta Teresita González, la secretaria. ¡Una verdadera estampida de funcionarios! Parece que el clima frío de Costa Rica les afectó mucho, necesitan calorcito a expensas del pueblo.
El pretexto oficial era una capacitación en el INCAE, en un hotelazo de lujo en Miami. Dicen que iban a aprender sobre “metodologías modernas de dirección” y a entender el rol de un director independiente. ¡Imagínate!, necesitaban un curso para eso. Porque aquí en Costa Rica, ya sabemos cómo se dirigen las cosas... a veces ni con cursos aprenden a respetar el bolsillo del contribuyente. Con el costo total por cabecera de $8.424,88 (más de cuatro millones colones), el viaje le costó al Estado unos $58.974,16 (casi treinta millones de colones). ¡Un buen brete pa’ pagar unas cuantas facturas de electricidad, mándale!
Y aquí viene lo jugoso: parece que a don Marco Acuña no le bastó eso, y además quiere ir a otro curso, la CEO Academy, que cuesta ¡$13.300 más! Eso sumado a los pasajes de avión que valieron $1.200 cada uno, cuando se podían haber encontrado opciones en clase económica por alrededor de $400. ¡Eso es puro chamaco gastando la lana del pueblo! Ni siquiera pusieron precio a la vergüenza, ¡pura lámpara!
El director jurídico, Erick Picado, tuvo que decir que si querían hacerle arreglos al presupuesto, tendrían que apegarse al Reglamento de Viajes de la Contraloría. Pero bueno, ya saben cómo suelen ser esas cosas... siempre hay alguna laguna legal por donde escapar. Uno se queda pensando si realmente esos cursos eran necesarios, o si simplemente fue un pretexto para unas vacaciones pagadas por todos nosotros. Porque a ver, dígame usted, ¿qué van a aprender ahí que no puedan aprender leyendo un libro o asistiendo a un seminario aquí mismo?
Este viaje ha levantado toda una polémica, claro que sí. La gente está harta de ver cómo los funcionarios se dan sus lujos mientras el pueblo lucha para llegar a fin de mes. En tiempos de crisis económica, esto suena a burla. Es como si estuvieran diciendo: “Ustedes agárrense, nosotros seguimos viviendo bien”. Y eso, mi pana, no se puede traguar fácilmente. Hay que exigir cuentas y ponerle un alto a estos atropellos.
Ahora, no quiero sonar muy aguafiestas, pero me da mucha pena pensar que estamos financiando estas escapadas de lujo. Mientras tanto, la Caja Costarricense de Seguro Social está pidiendo auxilio y la gente no puede acceder a una consulta médica digna. ¿Dónde quedaron las prioridades? ¿Por qué no invirtieron esa plata en mejorar los servicios públicos en lugar de mandar a sus directivos a tomar sol en Miami?
En fin, queda abierto el debate. Ustedes dime, ¿cree que este viaje fue justificable considerando la situación económica del país y las necesidades apremiantes de la población? ¿Deberían los directivos del ICE tener acceso a estos privilegios, o sería mejor que revisaran sus gastos y pusieran el bienestar del pueblo primero? ¡Déjame saber tu opinión en los comentarios!
Según reveló el Semanario Universidad, una banda de directivos – incluido el mismísimo Marco Acuña, el presidente ejecutivo – se fueron de viaje aprobados por el propio Consejo Directivo. Entre los que aprovecharon el presupuesto estaban Ileana Murillo, Marlon Arguedas, Henry Guevara, Irene Víquez, Diana Valverde y hasta Teresita González, la secretaria. ¡Una verdadera estampida de funcionarios! Parece que el clima frío de Costa Rica les afectó mucho, necesitan calorcito a expensas del pueblo.
El pretexto oficial era una capacitación en el INCAE, en un hotelazo de lujo en Miami. Dicen que iban a aprender sobre “metodologías modernas de dirección” y a entender el rol de un director independiente. ¡Imagínate!, necesitaban un curso para eso. Porque aquí en Costa Rica, ya sabemos cómo se dirigen las cosas... a veces ni con cursos aprenden a respetar el bolsillo del contribuyente. Con el costo total por cabecera de $8.424,88 (más de cuatro millones colones), el viaje le costó al Estado unos $58.974,16 (casi treinta millones de colones). ¡Un buen brete pa’ pagar unas cuantas facturas de electricidad, mándale!
Y aquí viene lo jugoso: parece que a don Marco Acuña no le bastó eso, y además quiere ir a otro curso, la CEO Academy, que cuesta ¡$13.300 más! Eso sumado a los pasajes de avión que valieron $1.200 cada uno, cuando se podían haber encontrado opciones en clase económica por alrededor de $400. ¡Eso es puro chamaco gastando la lana del pueblo! Ni siquiera pusieron precio a la vergüenza, ¡pura lámpara!
El director jurídico, Erick Picado, tuvo que decir que si querían hacerle arreglos al presupuesto, tendrían que apegarse al Reglamento de Viajes de la Contraloría. Pero bueno, ya saben cómo suelen ser esas cosas... siempre hay alguna laguna legal por donde escapar. Uno se queda pensando si realmente esos cursos eran necesarios, o si simplemente fue un pretexto para unas vacaciones pagadas por todos nosotros. Porque a ver, dígame usted, ¿qué van a aprender ahí que no puedan aprender leyendo un libro o asistiendo a un seminario aquí mismo?
Este viaje ha levantado toda una polémica, claro que sí. La gente está harta de ver cómo los funcionarios se dan sus lujos mientras el pueblo lucha para llegar a fin de mes. En tiempos de crisis económica, esto suena a burla. Es como si estuvieran diciendo: “Ustedes agárrense, nosotros seguimos viviendo bien”. Y eso, mi pana, no se puede traguar fácilmente. Hay que exigir cuentas y ponerle un alto a estos atropellos.
Ahora, no quiero sonar muy aguafiestas, pero me da mucha pena pensar que estamos financiando estas escapadas de lujo. Mientras tanto, la Caja Costarricense de Seguro Social está pidiendo auxilio y la gente no puede acceder a una consulta médica digna. ¿Dónde quedaron las prioridades? ¿Por qué no invirtieron esa plata en mejorar los servicios públicos en lugar de mandar a sus directivos a tomar sol en Miami?
En fin, queda abierto el debate. Ustedes dime, ¿cree que este viaje fue justificable considerando la situación económica del país y las necesidades apremiantes de la población? ¿Deberían los directivos del ICE tener acceso a estos privilegios, o sería mejor que revisaran sus gastos y pusieran el bienestar del pueblo primero? ¡Déjame saber tu opinión en los comentarios!