¡Madre mía, qué torta! Un tipo de apellidos Duarte Herrera, originario de Puntarenas, se llevó un buen sustazo judicial este lunes. Le impusieron un año de prisión preventiva tras dejar a su ex pareja con varios raspazos y heridas graves. Imagínate la escena, ¡qué brete!
Según nos cuentan desde la Fiscalía de Puntarenas, el asunto viene de atrás. El señor y la dama compartieron seis años juntos y tienen un hijito, pero hace medio año la relación se fue al traste por los malos tratos psicológicos que él le daba. ¡Ni hablar! Por eso, la señora corajuda pidió medidas de protección – que no las respetó, por cierto – prohibiéndole acercarse a ella ni entrar a su casa a menos de 300 metros.
Pero claro, parece que el señor Duarte no entendió el mensaje. Primero, la amenazó y le reventó el celular. ¡Qué poca monta! Luego, un mes después, la volvió a molestar por teléfono, ofendiéndola con palabras fuertes. Una verdadera pesadilla para la pobre.
Y para rematar, el sábado pasado, en plena noche, el tipo apareció en la puerta de su casa. Al parecer, después de una llamada llena de improperios, entró a la fuerza y, con un objeto filoso, le propinó una paliza considerable, dejándola herida en la cara, orejas, cabeza, cuello y brazos. ¡Menudo chunche! La Unidad de Género de la Fiscalía tuvo que intervenir rápido para ponerle fin a tanta barbaridad.
La jueza penal, viendo la gravedad de los hechos y el historial de violencia, no dudó en mandar al señor Duarte directo a la cárcel. La medida preventiva busca proteger a la víctima y evitar que siga sufriendo abusos. Que aprenda el mae a respetar, diay. Este caso pone de manifiesto la importancia de tomar en serio las denuncias por violencia doméstica y garantizar la seguridad de las mujeres.
Es importante recordar que las medidas de protección existen precisamente para prevenir situaciones como esta. Pero, lamentablemente, muchos hombres siguen ignorándolas e incluso agraviando la situación. Este tipo de acciones no pueden quedar impunes. Tenemos que trabajar todos juntos para erradicar la violencia machista de nuestra sociedad y construir un país más justo y seguro para todas y todos.
Muchos se preguntan qué pasó con la investigación sobre las agresiones psicológicas previas, pues parece que esas aguas no estaban del todo claras. Algunos señalan que la justicia a veces tarda en llegar, y que es necesario fortalecer los mecanismos para proteger a las víctimas de violencia intrafamiliar. Además, preocupa la persistencia de esta clase de actitudes violentas en una sociedad que dice estar avanzando hacia la igualdad de género.
En fin, un caso triste y preocupante que nos obliga a reflexionar sobre la responsabilidad individual y colectiva en la lucha contra la violencia de género. ¿Ustedes creen que las penas actuales son suficientes para disuadir a los hombres de ejercer violencia contra sus parejas, o deberíamos endurecer las leyes y promover programas de rehabilitación para agresores?
Según nos cuentan desde la Fiscalía de Puntarenas, el asunto viene de atrás. El señor y la dama compartieron seis años juntos y tienen un hijito, pero hace medio año la relación se fue al traste por los malos tratos psicológicos que él le daba. ¡Ni hablar! Por eso, la señora corajuda pidió medidas de protección – que no las respetó, por cierto – prohibiéndole acercarse a ella ni entrar a su casa a menos de 300 metros.
Pero claro, parece que el señor Duarte no entendió el mensaje. Primero, la amenazó y le reventó el celular. ¡Qué poca monta! Luego, un mes después, la volvió a molestar por teléfono, ofendiéndola con palabras fuertes. Una verdadera pesadilla para la pobre.
Y para rematar, el sábado pasado, en plena noche, el tipo apareció en la puerta de su casa. Al parecer, después de una llamada llena de improperios, entró a la fuerza y, con un objeto filoso, le propinó una paliza considerable, dejándola herida en la cara, orejas, cabeza, cuello y brazos. ¡Menudo chunche! La Unidad de Género de la Fiscalía tuvo que intervenir rápido para ponerle fin a tanta barbaridad.
La jueza penal, viendo la gravedad de los hechos y el historial de violencia, no dudó en mandar al señor Duarte directo a la cárcel. La medida preventiva busca proteger a la víctima y evitar que siga sufriendo abusos. Que aprenda el mae a respetar, diay. Este caso pone de manifiesto la importancia de tomar en serio las denuncias por violencia doméstica y garantizar la seguridad de las mujeres.
Es importante recordar que las medidas de protección existen precisamente para prevenir situaciones como esta. Pero, lamentablemente, muchos hombres siguen ignorándolas e incluso agraviando la situación. Este tipo de acciones no pueden quedar impunes. Tenemos que trabajar todos juntos para erradicar la violencia machista de nuestra sociedad y construir un país más justo y seguro para todas y todos.
Muchos se preguntan qué pasó con la investigación sobre las agresiones psicológicas previas, pues parece que esas aguas no estaban del todo claras. Algunos señalan que la justicia a veces tarda en llegar, y que es necesario fortalecer los mecanismos para proteger a las víctimas de violencia intrafamiliar. Además, preocupa la persistencia de esta clase de actitudes violentas en una sociedad que dice estar avanzando hacia la igualdad de género.
En fin, un caso triste y preocupante que nos obliga a reflexionar sobre la responsabilidad individual y colectiva en la lucha contra la violencia de género. ¿Ustedes creen que las penas actuales son suficientes para disuadir a los hombres de ejercer violencia contra sus parejas, o deberíamos endurecer las leyes y promover programas de rehabilitación para agresores?
