¡Ay, Dios mío, qué torta! La Fiscalía Adjunta de Género le cayó con todo a Randall Zúñiga, el director del OIJ. Resulta que le hicieron allanamientos tanto en su casita en La Uruca como en su oficina allá en el edificio central del Organismo. ¡Imagínate el papelón!
Todo esto viene por tres denuncias que le han puesto, tres, diay. Acusaciones fuertes, de cosas bien saladas, directamente relacionadas con violencia de género. Parece que alguien no ha sabido llevarse bien con algunas mujeres, y ahora le toca enfrentar las consecuencias. Se acumularon todas las denuncias en una sola suma, así que ya no hay escapatoria.
La primera llegó hace unos meses, allá por octubre pasado, en Corredores. Ahí lo acusan de violación y de haberle pasado alguna enfermedad venérea. Luego, otra denuncia igualita apareció en Cartago, justo el lunes siguiente. Y pa’ rematar, la tercera, que entró en San José, incluye cargos de conductas sexuales abusivas y ofensas a la dignidad. ¡Se puso feo, mae!
Ahora, la Fiscalía no anda jugando. Mandó toda la artillería pesada – la Sección Especializada en Violencia de Género del OIJ – para hacer estos allanamientos y buscar pruebas que sustenten las denuncias. Dicen que buscan documentos, electrónicos y cualquier cosa que pueda ayudar a esclarecer este brete. Además, a las víctimas les están dando apoyo psicológico y legal para que puedan levantar cabeza y sentirse respaldadas.
Y ni hablar del Ministerio Público, que le puso lupa a la vara. Desde que entraron las denuncias, ya le habían pedido a la Sección Especializada que se pusiera manos a la obra, y ahora, con los allanamientos, van acelerando el proceso. La idea es proteger a las afectadas y asegurar que se haga justicia, sin rodeos. Han dispuesto que dirija la fiscalía adjunta especializada en este tipo de casos, pa' que no haya ninguna falla y se protejan los derechos de las involucradas.
Por si fuera poco, el pobre Zúñiga se quedó sin poder moverse por unos quince días. Lo suspendieron temporalmente mientras avanzan con la investigación. Que no se vea haciendo el gracioso, porque ya la tiene perdida, parece. Ahora tendrá tiempo para pensar en cómo terminó metiéndose en este lío, y tratar de armar su defensa. Imagínate tener que explicar todo esto a tus familiares… ¡qué vergüenza ajena!
Este caso ha levantado mucha polvareda, obviamente. Una figura tan importante como el director del OIJ envuelto en acusaciones tan graves… da mucho que pensar. Muchos se preguntan cómo pudo pasar esto, cuáles fueron los motivos, y qué impacto tendrá esto en la credibilidad del OIJ. El país entero está pendiente de cómo se resuelve esta vara. Pero, sinceramente, con tanta información circulando y tantas opiniones volando, uno ya no sabe qué creer.
¿Será que este escándalo sacudirá los cimientos del OIJ y obligará a una renovación profunda en el Organismo, o simplemente será un episodio más en la historia de la corrupción en Costa Rica? ¿Ustedes creen que el sistema judicial podrá llegar al fondo de este asunto y darle una respuesta justa a las víctimas, o el poder y la influencia terminarán por torcer el curso de la investigación?
	
		
			
		
		
	
				
			Todo esto viene por tres denuncias que le han puesto, tres, diay. Acusaciones fuertes, de cosas bien saladas, directamente relacionadas con violencia de género. Parece que alguien no ha sabido llevarse bien con algunas mujeres, y ahora le toca enfrentar las consecuencias. Se acumularon todas las denuncias en una sola suma, así que ya no hay escapatoria.
La primera llegó hace unos meses, allá por octubre pasado, en Corredores. Ahí lo acusan de violación y de haberle pasado alguna enfermedad venérea. Luego, otra denuncia igualita apareció en Cartago, justo el lunes siguiente. Y pa’ rematar, la tercera, que entró en San José, incluye cargos de conductas sexuales abusivas y ofensas a la dignidad. ¡Se puso feo, mae!
Ahora, la Fiscalía no anda jugando. Mandó toda la artillería pesada – la Sección Especializada en Violencia de Género del OIJ – para hacer estos allanamientos y buscar pruebas que sustenten las denuncias. Dicen que buscan documentos, electrónicos y cualquier cosa que pueda ayudar a esclarecer este brete. Además, a las víctimas les están dando apoyo psicológico y legal para que puedan levantar cabeza y sentirse respaldadas.
Y ni hablar del Ministerio Público, que le puso lupa a la vara. Desde que entraron las denuncias, ya le habían pedido a la Sección Especializada que se pusiera manos a la obra, y ahora, con los allanamientos, van acelerando el proceso. La idea es proteger a las afectadas y asegurar que se haga justicia, sin rodeos. Han dispuesto que dirija la fiscalía adjunta especializada en este tipo de casos, pa' que no haya ninguna falla y se protejan los derechos de las involucradas.
Por si fuera poco, el pobre Zúñiga se quedó sin poder moverse por unos quince días. Lo suspendieron temporalmente mientras avanzan con la investigación. Que no se vea haciendo el gracioso, porque ya la tiene perdida, parece. Ahora tendrá tiempo para pensar en cómo terminó metiéndose en este lío, y tratar de armar su defensa. Imagínate tener que explicar todo esto a tus familiares… ¡qué vergüenza ajena!
Este caso ha levantado mucha polvareda, obviamente. Una figura tan importante como el director del OIJ envuelto en acusaciones tan graves… da mucho que pensar. Muchos se preguntan cómo pudo pasar esto, cuáles fueron los motivos, y qué impacto tendrá esto en la credibilidad del OIJ. El país entero está pendiente de cómo se resuelve esta vara. Pero, sinceramente, con tanta información circulando y tantas opiniones volando, uno ya no sabe qué creer.
¿Será que este escándalo sacudirá los cimientos del OIJ y obligará a una renovación profunda en el Organismo, o simplemente será un episodio más en la historia de la corrupción en Costa Rica? ¿Ustedes creen que el sistema judicial podrá llegar al fondo de este asunto y darle una respuesta justa a las víctimas, o el poder y la influencia terminarán por torcer el curso de la investigación?
 
	 
 
		 
  
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
  
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		