¡Ay, Dios mío, qué bronca! El caso del ministro Arnold Zamora Miranda se puso todavía más picante. Resulta que el OIJ, con toda la maquinaria, decomisó los videos del Hotel Intercontinental en Escazú –¡parqueo, lobby, bar, pasillos, todo!– como parte de la investigación por la denuncia de agresión sexual que pesa sobre él. Rándall Zúñiga, el jefe del OIJ, lo confirmó, y vaya que ha sido un terremoto mediático.
Todo comenzó con una denuncia tremenda por parte de una joven, donde asegura haber sufrido actos indebidos en el hotel. Según fuentes cercanas a la Fiscalía, la muchacha pudo especificar dónde ocurrió todo, y encima, apareció una testigo que dio detalles jugosos sobre lo sucedido. Parece que la vaina está cocinando, diay… hasta la evidencia audiovisual se sumó al caldo de cultivo.
Marvin Carvajal, abogado de la denunciante, soltó la bomba: “Tenemos prueba testimonial, documental y audiovisual... El ministro dice que no hay nada, ¡qué pura sal! Está claro que la denuncia tiene fundamento sólido y, con lo que venga saliendo, vamos a esclarecer los hechos”. El mae va decidido a ir a fondo, buscando incluso convertirse en querellantes y meter una demanda civil, porque ahí sí que van a pedir cuentas.
Lo curioso es que el propio Zamora, antes de que se decomisaran los videos, pidió que los revisaran. ¡Imagínate!, como queriendo anticiparse a la jugada. Reconoció estar con la chica, tomando trago y rentando una habitacion, pero parece que eso no fue suficiente para librarse de la olla. Esto me huele a tortilla podrida, chunches.
Y ni hablar de la testigo, que dicen que es clave en la investigación. Presenció cómo llevaron a la víctima, aparentemente intoxicada, a una de las habitaciones del hotel. Un dictamen de toxicología reforzó la historia, demostrando que la muchacha estaba realmente confundida cuando la encontraron. ¡Vaya brete se ha metido el ministro!
Ahora, la Fiscalía General está investigando todos los caminos posibles, incluyendo la llamada al 9-1-1 cuando la encontraron en el hotel y la intervención de la Fuerza Pública. Lo que está clarito es que esto está dando que hablar a lo grande. Hasta evaluando si el fuero especial del ministro aplica o no, dependiendo de su posición legal. Ya saben, ¿ministro de carrera o ministro de confianza?
El presidente Chaves, en su momento, nombró a Zamora como ministro de Comunicación. Ahora, resulta que un asunto tan delicado podría ponerlo en una situación incómoda. La verdad, ¿cómo se explica que alguien con esas responsabilidades se meta en estas vainas? ¡Un golpe duro para la imagen del gobierno, sin duda alguna!
Con todo este drama, me pregunto: ¿Cree usted que el ministro Zamora podrá salir airoso de esta situación o será inevitable que deba renunciar a su cargo? ¿Y cuál considera que debería ser el papel de la ciudadanía frente a escándalos de corrupción y abuso de poder dentro del gobierno?
Todo comenzó con una denuncia tremenda por parte de una joven, donde asegura haber sufrido actos indebidos en el hotel. Según fuentes cercanas a la Fiscalía, la muchacha pudo especificar dónde ocurrió todo, y encima, apareció una testigo que dio detalles jugosos sobre lo sucedido. Parece que la vaina está cocinando, diay… hasta la evidencia audiovisual se sumó al caldo de cultivo.
Marvin Carvajal, abogado de la denunciante, soltó la bomba: “Tenemos prueba testimonial, documental y audiovisual... El ministro dice que no hay nada, ¡qué pura sal! Está claro que la denuncia tiene fundamento sólido y, con lo que venga saliendo, vamos a esclarecer los hechos”. El mae va decidido a ir a fondo, buscando incluso convertirse en querellantes y meter una demanda civil, porque ahí sí que van a pedir cuentas.
Lo curioso es que el propio Zamora, antes de que se decomisaran los videos, pidió que los revisaran. ¡Imagínate!, como queriendo anticiparse a la jugada. Reconoció estar con la chica, tomando trago y rentando una habitacion, pero parece que eso no fue suficiente para librarse de la olla. Esto me huele a tortilla podrida, chunches.
Y ni hablar de la testigo, que dicen que es clave en la investigación. Presenció cómo llevaron a la víctima, aparentemente intoxicada, a una de las habitaciones del hotel. Un dictamen de toxicología reforzó la historia, demostrando que la muchacha estaba realmente confundida cuando la encontraron. ¡Vaya brete se ha metido el ministro!
Ahora, la Fiscalía General está investigando todos los caminos posibles, incluyendo la llamada al 9-1-1 cuando la encontraron en el hotel y la intervención de la Fuerza Pública. Lo que está clarito es que esto está dando que hablar a lo grande. Hasta evaluando si el fuero especial del ministro aplica o no, dependiendo de su posición legal. Ya saben, ¿ministro de carrera o ministro de confianza?
El presidente Chaves, en su momento, nombró a Zamora como ministro de Comunicación. Ahora, resulta que un asunto tan delicado podría ponerlo en una situación incómoda. La verdad, ¿cómo se explica que alguien con esas responsabilidades se meta en estas vainas? ¡Un golpe duro para la imagen del gobierno, sin duda alguna!
Con todo este drama, me pregunto: ¿Cree usted que el ministro Zamora podrá salir airoso de esta situación o será inevitable que deba renunciar a su cargo? ¿Y cuál considera que debería ser el papel de la ciudadanía frente a escándalos de corrupción y abuso de poder dentro del gobierno?