¡Ay, Dios mío, qué bronca! Resulta que el OIJ, con una movida que parece sacada de película, desarticuló al Cartel del Caribe Sur, la banda narca más grande que hayan agarrado aquí en Costa Rica. Un cartel que, según dicen, abastecía a medio país de sustancia ilícita. Uno se queda pensando, ¿hasta dónde habíamos llegado?
Según Michael Soto, el subdirector del OIJ, estos tipos tenían hasta conexiones afuera para mandar cocaína y marihuana a Estados Unidos y Europa. Imagínate el brete que debió ser organizar eso, con toda la pela que implica. Y todo esto, mientras nosotros andamos peleándonos por el precio del picadillo. ¡Qué vara!
La operación, diay, fue monumental. Mil doscientas patrullas, la Fuerza Pública, la UEA, la UEI, el SERT, la BOA… ¡parecía invasión! Además de once equipos caninos, helicópteros y camiones pa’ llevar a tanta gente. Una movida coordinada, sin lugar a dudas. Me pregunto si les pagaron horas extras a todos esos funcionarios, porque ahí hay que darles qué comer.
Y lo que encontraron, ¡tremendo! Sesenta y ocho armas de fuego, siete condominios de lujo, cuarenta propiedades, setenta y tres vehículos y embarcaciones… ¡todo a nombre del cartel! Eso suma, mínimo, dos mil millones de colones. Dos mil millones que iban directo a financiar sus negocios turbios. Y todavía algunos se sorprenden de cómo vive la delincuencia en Costa Rica, ¡qué pena ajena!
Pero lo que le da más sabor a la tortilla es la inclusión de Celso Gamboa, el ex magistrado que también anda en problemas por tráfico de drogas. Dicen que él no era el jefe, pero sí tenía contacto con los peces gordos del cartel. ¡Un ex magistrado metido en un lío así! Parece novela, ¿verdad?
El OIJ ha acusado formalmente a los hermanos Luis Manuel y Jordi Picado Grijalba, los cabecillas del cartel, de infracciones a la ley de psicotrópicos, posesión ilegal de armas y legitimación de capitales. Ahora esperan la extradición a Estados Unidos, donde seguramente tienen otros cargos esperando por ellos. Ojalá se pudran allá, ¡los corruptos no merecen vivir tranquilos!
Estos operativos nos recuerdan que la delincuencia organizada sigue siendo un problema grave en Costa Rica. A pesar de los esfuerzos del gobierno y las fuerzas de seguridad, estas bandas encuentran formas creativas de seguir operando. Se necesitan políticas más efectivas y una mayor cooperación internacional para combatir este flagelo. Y por supuesto, ¡más educación y oportunidades para nuestros jóvenes, para que no caigan en esas trampas!
Ahora bien, compas, me gustaría saber qué piensan ustedes: ¿creen que la detención de estos capos golpeará duro a la delincuencia organizada en Costa Rica, o simplemente surgirán nuevos líderes para ocupar su lugar? ¿Y qué medidas creen que debería tomar el gobierno para prevenir que este tipo de situaciones vuelvan a ocurrir? ¡Den sus opiniones en el foro, estoy ansioso por leerlas!
Según Michael Soto, el subdirector del OIJ, estos tipos tenían hasta conexiones afuera para mandar cocaína y marihuana a Estados Unidos y Europa. Imagínate el brete que debió ser organizar eso, con toda la pela que implica. Y todo esto, mientras nosotros andamos peleándonos por el precio del picadillo. ¡Qué vara!
La operación, diay, fue monumental. Mil doscientas patrullas, la Fuerza Pública, la UEA, la UEI, el SERT, la BOA… ¡parecía invasión! Además de once equipos caninos, helicópteros y camiones pa’ llevar a tanta gente. Una movida coordinada, sin lugar a dudas. Me pregunto si les pagaron horas extras a todos esos funcionarios, porque ahí hay que darles qué comer.
Y lo que encontraron, ¡tremendo! Sesenta y ocho armas de fuego, siete condominios de lujo, cuarenta propiedades, setenta y tres vehículos y embarcaciones… ¡todo a nombre del cartel! Eso suma, mínimo, dos mil millones de colones. Dos mil millones que iban directo a financiar sus negocios turbios. Y todavía algunos se sorprenden de cómo vive la delincuencia en Costa Rica, ¡qué pena ajena!
Pero lo que le da más sabor a la tortilla es la inclusión de Celso Gamboa, el ex magistrado que también anda en problemas por tráfico de drogas. Dicen que él no era el jefe, pero sí tenía contacto con los peces gordos del cartel. ¡Un ex magistrado metido en un lío así! Parece novela, ¿verdad?
El OIJ ha acusado formalmente a los hermanos Luis Manuel y Jordi Picado Grijalba, los cabecillas del cartel, de infracciones a la ley de psicotrópicos, posesión ilegal de armas y legitimación de capitales. Ahora esperan la extradición a Estados Unidos, donde seguramente tienen otros cargos esperando por ellos. Ojalá se pudran allá, ¡los corruptos no merecen vivir tranquilos!
Estos operativos nos recuerdan que la delincuencia organizada sigue siendo un problema grave en Costa Rica. A pesar de los esfuerzos del gobierno y las fuerzas de seguridad, estas bandas encuentran formas creativas de seguir operando. Se necesitan políticas más efectivas y una mayor cooperación internacional para combatir este flagelo. Y por supuesto, ¡más educación y oportunidades para nuestros jóvenes, para que no caigan en esas trampas!
Ahora bien, compas, me gustaría saber qué piensan ustedes: ¿creen que la detención de estos capos golpeará duro a la delincuencia organizada en Costa Rica, o simplemente surgirán nuevos líderes para ocupar su lugar? ¿Y qué medidas creen que debería tomar el gobierno para prevenir que este tipo de situaciones vuelvan a ocurrir? ¡Den sus opiniones en el foro, estoy ansioso por leerlas!