¡Ay, Dios mío! Otra vez las lluvias nos tienen así, sacudidos como hojas secas. Esta vez, el Ministerio de Educación Pública (MEP) ha mandado cerrar varias escuelas en las zonas de Puntarenas y Occidente. Ya saben cómo son las cosas por acá, siempre hay algún problemita, pero esto ya va volviéndose costumbre, diay.
La Onda Tropical número 33 dejó un reguero de destrucción, y como si no fuera suficiente, ahora tenemos que lidiar con el cierre de escuelas. Según el MEP, no es solo por la lluvia, sino también por inundaciones, deslizamientos e incluso problemas para llegar a algunas comunidades. ¡Una torta! Parece que nunca vamos a tener un poco de calma en este país, ¿verdad?
Imagínense la cara de los padres, teniendo que sacar excusas para faltar al brete porque sus hijos no pueden ir a clases. Y los nenes, perdidos sin saber qué hacer. Muchos dependen del colegio para la alimentación, y ahora, con estas situaciones, se complica aún más la cosa. Las familias más vulnerables son las que más sufren con estos temas, eso es una realidad que no podemos ignorar.
La lista de escuelas afectadas es considerable. En la Dirección Regional de Occidente, la Escuela La Constancia está cerrada. Por el lado de Puntarenas, la Escuela Riojalandia y el IPEC, además de otras varias escuelas en diferentes circuitos, tampoco abrirán sus puertas este miércoles. El IPEC, ¡qué le vamos a hacer!, tuvo que improvisar y utilizar las instalaciones de la Escuela Riojalandia, con grupos definidos, claro. Pero bueno, al menos están tratando de darle salida, aunque sea con chinchorro, ¿no creen?
Lo que más me molesta, sinceramente, es que parece que esto ocurre siempre igual. Esperamos a que llueva a cántaros para tomar medidas. ¿No podrían haber hecho algo preventivo? Fortalecer los edificios, mejorar los sistemas de drenaje... Algo, diay. Y ahora, los niños pierden valioso tiempo de aprendizaje, los maestros se estresan y los padres se desesperan. ¡Qué carga!
Ahora bien, desde el MEP aseguran que estarán monitoreando la situación de cerca, revisando constantemente las condiciones climáticas. Pero, ¿de verdad lo harán? O será otro de esos anuncios vacíos que luego se olvidan en el cajón. Uno ya no sabe en quién confiar, la verdad. Necesitamos soluciones reales, no más promesas incumplidas. Esto afecta directamente la educación de nuestros jóvenes y, por ende, el futuro del país. No puede seguir siendo así.
Y hablando de futuro, me pregunto si alguna vez vamos a ver un sistema educativo realmente resiliente ante estos fenómenos naturales. ¿Cómo podemos preparar a nuestros estudiantes para enfrentar los desafíos del siglo XXI si no les garantizamos ni siquiera un lugar seguro donde aprender? Se necesita una inversión seria y un compromiso genuino por parte de todos los involucrados. Porque si no, ¡esto se va al traste!
En fin, amigos, qué barbaridad todo esto. Mientras tanto, toca esperar y rezar para que la situación mejore pronto. Pero miren ustedes, me pregunto: ¿cree usted que el MEP debería implementar planes de contingencia más efectivos para evitar el cierre de escuelas durante las temporadas de lluvias, o es inevitable que ocurran estas interrupciones en el proceso educativo?
La Onda Tropical número 33 dejó un reguero de destrucción, y como si no fuera suficiente, ahora tenemos que lidiar con el cierre de escuelas. Según el MEP, no es solo por la lluvia, sino también por inundaciones, deslizamientos e incluso problemas para llegar a algunas comunidades. ¡Una torta! Parece que nunca vamos a tener un poco de calma en este país, ¿verdad?
Imagínense la cara de los padres, teniendo que sacar excusas para faltar al brete porque sus hijos no pueden ir a clases. Y los nenes, perdidos sin saber qué hacer. Muchos dependen del colegio para la alimentación, y ahora, con estas situaciones, se complica aún más la cosa. Las familias más vulnerables son las que más sufren con estos temas, eso es una realidad que no podemos ignorar.
La lista de escuelas afectadas es considerable. En la Dirección Regional de Occidente, la Escuela La Constancia está cerrada. Por el lado de Puntarenas, la Escuela Riojalandia y el IPEC, además de otras varias escuelas en diferentes circuitos, tampoco abrirán sus puertas este miércoles. El IPEC, ¡qué le vamos a hacer!, tuvo que improvisar y utilizar las instalaciones de la Escuela Riojalandia, con grupos definidos, claro. Pero bueno, al menos están tratando de darle salida, aunque sea con chinchorro, ¿no creen?
Lo que más me molesta, sinceramente, es que parece que esto ocurre siempre igual. Esperamos a que llueva a cántaros para tomar medidas. ¿No podrían haber hecho algo preventivo? Fortalecer los edificios, mejorar los sistemas de drenaje... Algo, diay. Y ahora, los niños pierden valioso tiempo de aprendizaje, los maestros se estresan y los padres se desesperan. ¡Qué carga!
Ahora bien, desde el MEP aseguran que estarán monitoreando la situación de cerca, revisando constantemente las condiciones climáticas. Pero, ¿de verdad lo harán? O será otro de esos anuncios vacíos que luego se olvidan en el cajón. Uno ya no sabe en quién confiar, la verdad. Necesitamos soluciones reales, no más promesas incumplidas. Esto afecta directamente la educación de nuestros jóvenes y, por ende, el futuro del país. No puede seguir siendo así.
Y hablando de futuro, me pregunto si alguna vez vamos a ver un sistema educativo realmente resiliente ante estos fenómenos naturales. ¿Cómo podemos preparar a nuestros estudiantes para enfrentar los desafíos del siglo XXI si no les garantizamos ni siquiera un lugar seguro donde aprender? Se necesita una inversión seria y un compromiso genuino por parte de todos los involucrados. Porque si no, ¡esto se va al traste!
En fin, amigos, qué barbaridad todo esto. Mientras tanto, toca esperar y rezar para que la situación mejore pronto. Pero miren ustedes, me pregunto: ¿cree usted que el MEP debería implementar planes de contingencia más efectivos para evitar el cierre de escuelas durante las temporadas de lluvias, o es inevitable que ocurran estas interrupciones en el proceso educativo?