¡Ay, Dios mío, qué lío nos cayó encima! Parece que tenemos un buen brete en el Instituto Nacional de Seguros (INS), porque resulta que alguien intentó meterle mano a unos $10 millones al puesto de bolsa, y todo viene cargado de amigos presidentes y alertas a la DEA. Esto se puso bueno, diay.
La jugada salió a la luz gracias a Luis Fernando Monge, el exgerente general del INS, quien soltó la bomba en una audiencia en la Comisión de Ingreso y Gasto de la Asamblea Legislativa. Según él, dos agentes de seguros, cuyo nombre prefirieron mantener en el misterio (por “motivos de seguridad”, dicen), anduvieron presionando duro para que se autorizara el ingreso de esos billetes verdes. ¿Y quién estaba detrás de todo esto, pa’ darle sabor a la cosa?
Aquí es donde entra Federico Cruz Saravanja, alias “Choreco”, un amigo personal y exasesor de don Rodri Chaves durante la campaña del 2022. El mae, al parecer, actuaba como mediador en este asunto turbio, intentando convencer a los encargados del INS Valores de aceptar la transferencia. ¡Imagínate la escena! Un mae influyente metiendo presión para meter plata de origen dudoso... ¡Menudo!
Monge relató que estos agentes justificaban el ingreso de los $10 millones argumentando que se utilizarían para comprar una cartera de préstamos personales del INS. Suena bonito, ¿verdad? Pero según los responsables del puesto de bolsa, “no eran los primeros $10 millones de dólares” que intentaban meter. ¡Esto huele a chamusquina, mi pana!
Además, añadieron que la transferencia no se realizó porque “no había consistencia”. Parece que los números no cuadraban, los papeles estaban mal hechos, o simplemente querían ver si podían meter mano al sistema. Lo cierto es que la transacción quedó bloqueada, evitando así un posible desastre financiero para el INS. Afortunadamente, alguien se dio cuenta a tiempo.
Pero la cosa no termina ahí, porque Gabriela Chacón, la presidenta ejecutiva del INS, también tuvo que poner su cara frente a los diputados. Ella explicó que un oficial de cumplimiento de la institución emitió una alerta a la DEA sobre lo sucedido. Chacón insistió en que ella personalmente no tuvo ningún contacto con la agencia estadounidense, ni siquiera para ir a almorzar. “Me parece que el oficial de cumplimiento hizo su trabajo”, sentenció.
¿Y ahora qué? Bueno, el caso está abierto, los involucrados seguramente tendrán que dar explicaciones, y la ciudadanía está rugiendo exigiendo transparencia y justicia. Este escándalo ha sacudido al gobierno y al INS, dejando muchas preguntas en el aire. ¿Cómo pudieron llegar hasta este punto?, ¿quiénes son los verdaderos dueños de esa supuesta cartera de préstamos?, ¿y cuál era el verdadero destino de esos $10 millones?
Con todo este panorama, uno no puede evitar preguntarse: ¿Estamos viendo solo la punta del iceberg, o hay mucho más por debajo que aún no sale a la luz? ¿Cree usted que este caso saldrá a cuento y encontraremos a todos los responsables, o se va a quedar como otra vara más en el archivo judicial?
La jugada salió a la luz gracias a Luis Fernando Monge, el exgerente general del INS, quien soltó la bomba en una audiencia en la Comisión de Ingreso y Gasto de la Asamblea Legislativa. Según él, dos agentes de seguros, cuyo nombre prefirieron mantener en el misterio (por “motivos de seguridad”, dicen), anduvieron presionando duro para que se autorizara el ingreso de esos billetes verdes. ¿Y quién estaba detrás de todo esto, pa’ darle sabor a la cosa?
Aquí es donde entra Federico Cruz Saravanja, alias “Choreco”, un amigo personal y exasesor de don Rodri Chaves durante la campaña del 2022. El mae, al parecer, actuaba como mediador en este asunto turbio, intentando convencer a los encargados del INS Valores de aceptar la transferencia. ¡Imagínate la escena! Un mae influyente metiendo presión para meter plata de origen dudoso... ¡Menudo!
Monge relató que estos agentes justificaban el ingreso de los $10 millones argumentando que se utilizarían para comprar una cartera de préstamos personales del INS. Suena bonito, ¿verdad? Pero según los responsables del puesto de bolsa, “no eran los primeros $10 millones de dólares” que intentaban meter. ¡Esto huele a chamusquina, mi pana!
Además, añadieron que la transferencia no se realizó porque “no había consistencia”. Parece que los números no cuadraban, los papeles estaban mal hechos, o simplemente querían ver si podían meter mano al sistema. Lo cierto es que la transacción quedó bloqueada, evitando así un posible desastre financiero para el INS. Afortunadamente, alguien se dio cuenta a tiempo.
Pero la cosa no termina ahí, porque Gabriela Chacón, la presidenta ejecutiva del INS, también tuvo que poner su cara frente a los diputados. Ella explicó que un oficial de cumplimiento de la institución emitió una alerta a la DEA sobre lo sucedido. Chacón insistió en que ella personalmente no tuvo ningún contacto con la agencia estadounidense, ni siquiera para ir a almorzar. “Me parece que el oficial de cumplimiento hizo su trabajo”, sentenció.
¿Y ahora qué? Bueno, el caso está abierto, los involucrados seguramente tendrán que dar explicaciones, y la ciudadanía está rugiendo exigiendo transparencia y justicia. Este escándalo ha sacudido al gobierno y al INS, dejando muchas preguntas en el aire. ¿Cómo pudieron llegar hasta este punto?, ¿quiénes son los verdaderos dueños de esa supuesta cartera de préstamos?, ¿y cuál era el verdadero destino de esos $10 millones?
Con todo este panorama, uno no puede evitar preguntarse: ¿Estamos viendo solo la punta del iceberg, o hay mucho más por debajo que aún no sale a la luz? ¿Cree usted que este caso saldrá a cuento y encontraremos a todos los responsables, o se va a quedar como otra vara más en el archivo judicial?