¡Ay, Dios mío, qué figuraíta! La tranquilidad de nuestros kínderes parece que se fue al traste con un escándalo que está sacudiendo a la Gran Área Metropolitana. Resulta que un guarda de seguridad, sí, el encargado de cuidar a los peques, fue denunciado por supuestamente hacer cosas bien raras dentro de las instalaciones educativas. ¡Una bronca tremenda, mae!
La movida salió a luz gracias a Yojanson Castillo, papá de un nene que asiste al kínder. Según él, el miércoles 15 de octubre no hubo clases porque la maestrita andaba enferma. Pero la cosa se puso fea cuando el martes siguiente le contaron lo sucedido: la profe, al entrar al comedor de los profes, ¡se topó con el guarda semidesnudo, con el pantalón abajo y la cosita al aire! Un panorama que dejó a la maestra en shock, imagínate. Lo peor de todo es que cualquier chavalito pudo haber visto eso, ¡qué susto!
La maestra, bien afectada por lo que vio, le contó todo a la directora, quien inmediatamente les pidió que hicieran la denuncia correspondiente ante las autoridades. Supuestamente, se siguieron todos los pasos, llenaron papeles, hicieron todo el papeleo que exige el Ministerio de Educación Pública (MEP), pero hasta ahora, ¡nadie responde! Castillo está que trina, diciendo que ya llevan tiempo esperando una señal de las autoridades. “Parece que se quieren ir al traste”, comenta frustrado.
Pero eso no es todo, pues Castillo decidió tomar cartas en el asunto y presentó denuncias adicionales ante el MEP, el Patronato Nacional de la Infancia (PANI), la Defensoría de los Habitantes y hasta al mismísimo despacho del ministro. Su petición es clara: que se separen al guarda de su puesto mientras se lleva a cabo la investigación. Porque claro, ¿quién puede sentirse seguro con alguien así alrededor de los niños?
Además, los papás se organizaron y armaron una lista de firmas. Ya juntaron más de cien firmas exigiendo la suspensión del guardia. Imagínate la preocupación de los mamitos, buscando proteger a sus hijos de cualquier peligro. Está clarito que esto ha generado una crisis en la comunidad educativa, dejando a varios niños sin poder asistir a clases desde hace semanas. ¡Qué lata!
Según documentos a los que tuvo acceso CR Hoy, la maestra presentó la denuncia ante la Fiscalía el 16 de octubre, pero aparentemente, la institución no la tomó en serio. El servidor judicial anotó que “no procede la denuncia penal por cuanto no configura delito; debe resolverse a nivel administrativo”. ¡¿En serio?! Parece que se quieren escabullir de la responsabiliad, pero esto afecta directamente la seguridad de los niños. Al parecer, la justicia anda un poco lenta en este caso, lo cual preocupa a los padres.
El PANI, finalmente, respondió a las inquietudes planteadas por los padres. Según su comunicado, recibieron la denuncia por correo electrónico, tuvieron contacto telefónico con Castillo, y le explicaron las facultades del MEP y la importancia de la responsabilidad parental. También le proporcionaron datos de la Contraloría de Derechos Estudiantiles. Aunque reconocen la gravedad de la situación, aún no han dado a conocer ninguna medida concreta a tomar. Uno se queda preguntándose si realmente están tomando esto tan en serio como debería.
En fin, este caso es un verdadero dolor de cabeza para la comunidad educativa y pone en entredicho la seguridad de los niños en nuestras escuelas. Esperemos que las autoridades tomen cartas en el asunto y actúen con celeridad para resolver esta situación. Ahora, dime tú, ¿crees que es justo mantener a este guarda en su puesto mientras se investiga? ¿Cómo deberíamos proteger mejor a nuestros niños de situaciones como esta?
La movida salió a luz gracias a Yojanson Castillo, papá de un nene que asiste al kínder. Según él, el miércoles 15 de octubre no hubo clases porque la maestrita andaba enferma. Pero la cosa se puso fea cuando el martes siguiente le contaron lo sucedido: la profe, al entrar al comedor de los profes, ¡se topó con el guarda semidesnudo, con el pantalón abajo y la cosita al aire! Un panorama que dejó a la maestra en shock, imagínate. Lo peor de todo es que cualquier chavalito pudo haber visto eso, ¡qué susto!
La maestra, bien afectada por lo que vio, le contó todo a la directora, quien inmediatamente les pidió que hicieran la denuncia correspondiente ante las autoridades. Supuestamente, se siguieron todos los pasos, llenaron papeles, hicieron todo el papeleo que exige el Ministerio de Educación Pública (MEP), pero hasta ahora, ¡nadie responde! Castillo está que trina, diciendo que ya llevan tiempo esperando una señal de las autoridades. “Parece que se quieren ir al traste”, comenta frustrado.
Pero eso no es todo, pues Castillo decidió tomar cartas en el asunto y presentó denuncias adicionales ante el MEP, el Patronato Nacional de la Infancia (PANI), la Defensoría de los Habitantes y hasta al mismísimo despacho del ministro. Su petición es clara: que se separen al guarda de su puesto mientras se lleva a cabo la investigación. Porque claro, ¿quién puede sentirse seguro con alguien así alrededor de los niños?
Además, los papás se organizaron y armaron una lista de firmas. Ya juntaron más de cien firmas exigiendo la suspensión del guardia. Imagínate la preocupación de los mamitos, buscando proteger a sus hijos de cualquier peligro. Está clarito que esto ha generado una crisis en la comunidad educativa, dejando a varios niños sin poder asistir a clases desde hace semanas. ¡Qué lata!
Según documentos a los que tuvo acceso CR Hoy, la maestra presentó la denuncia ante la Fiscalía el 16 de octubre, pero aparentemente, la institución no la tomó en serio. El servidor judicial anotó que “no procede la denuncia penal por cuanto no configura delito; debe resolverse a nivel administrativo”. ¡¿En serio?! Parece que se quieren escabullir de la responsabiliad, pero esto afecta directamente la seguridad de los niños. Al parecer, la justicia anda un poco lenta en este caso, lo cual preocupa a los padres.
El PANI, finalmente, respondió a las inquietudes planteadas por los padres. Según su comunicado, recibieron la denuncia por correo electrónico, tuvieron contacto telefónico con Castillo, y le explicaron las facultades del MEP y la importancia de la responsabilidad parental. También le proporcionaron datos de la Contraloría de Derechos Estudiantiles. Aunque reconocen la gravedad de la situación, aún no han dado a conocer ninguna medida concreta a tomar. Uno se queda preguntándose si realmente están tomando esto tan en serio como debería.
En fin, este caso es un verdadero dolor de cabeza para la comunidad educativa y pone en entredicho la seguridad de los niños en nuestras escuelas. Esperemos que las autoridades tomen cartas en el asunto y actúen con celeridad para resolver esta situación. Ahora, dime tú, ¿crees que es justo mantener a este guarda en su puesto mientras se investiga? ¿Cómo deberíamos proteger mejor a nuestros niños de situaciones como esta?