¡Ay, Dios mío! Parece que el alcalde de Naranjo, Randall Vega, se ha metido en un brete tremendo. La Sala IV, esos jueces constitucionalistas, le dijeron clarito que tiene que echarle ganas y darle agua al proyecto habitacional La Esperanza. Uno diría, '¿y qué?' Pero esto lleva tiempo gestándose y la cosa se puso más picante gracias al Presidente Chaves.
Todo empezó con un recurso de amparo presentado hace varios meses, allá por agosto del año pasado. Según parece, los dueños de las casas del condominio La Esperanza quedaron secos, sin tuberías ni nada. No pidieron nada urgente, tranquilos, esperando a que se resolviera la vaina con calma. Pero la Sala IV, con toda su sabiduría, decidió que no había necesidad de acelerar las cosas con alguna medida cautelar provisional mientras se decide el caso.
Y aquí viene la jugada maestra. Los abogados de La Esperanza presentaron toda la documentación, los papeles, la movida completa. Vega, el alcalde, sí mandó un informe, mostrando que estaba haciendo lo posible, pero claro, ya saben cómo andamos con estos trámites... ¡una torta! El encargado del departamento de aguas, sin embargo, se fue al traste, ni siquiera molestó en mandar su informe a la Sala. ¡Qué desidia!
Ahora, la Sala dice que tienen un promedio de 31 días hábiles para resolver estos casos, pero en este, se movieron rapidito, resolvieron el recurso el 26 de septiembre. ¿Será porque el Presidente Chaves ya les había echado presión diciéndole al AyA y a la Fuerza Pública que fueran a conectar esa agua? Como sea, ahora Vega tiene quince días, ¡escuché bien, QUINCE DÍAS!, para poner manos a la obra y asegurar que el proyecto tenga agua corriente. Sino…
Y ojo, porque la ley es clara. Si Vega no cumple, puede meterse en problemas serios. Tres meses de prisión o una multa considerable. Así que que espabile, porque la Jurisdicción Constitucional no va a bromear con esto. Además, la Sala también le hizo una cosita: condenó a la municipalidad a pagar todos los gastos y daños y perjuicios que haya causado esta tardanza a los futuros residentes de La Esperanza. ¡Una verdadera pena!
Como muchos recordarán, este lío se encendió aún más cuando el Presidente Chaves ordenó al AyA y a la Fuerza Pública que fueran a conectar el agua directamente, generando críticas de algunos diputados, como Montserrat Ruiz, quienes acusaron al presidente de abuso de autoridad. Esto demostró que la situación era más compleja que simplemente “darle agua a unos vecinos”. Hubo temas de poder, política y quién manda en esta vaina.
En fin, la historia nos enseña varias cosas: que la burocracia a veces es un dolor de cabeza insoportable, que los derechos de los ciudadanos son sagrados y que, a veces, hasta el presidente necesita pedirle permiso a la Sala IV. Y hablando de eso, este caso pone en evidencia la importancia de tener un sistema judicial independiente y capaz de defender los intereses de la población, aunque tenga que ir contra el viento.
Con todo este panorama, me pregunto: ¿Creen que el alcalde Vega cumplirá con la orden de la Sala IV en quince días o volveremos a ver más líos con este proyecto? Déjenme saber su opinión en los comentarios, ¡quiero leerlos!
Todo empezó con un recurso de amparo presentado hace varios meses, allá por agosto del año pasado. Según parece, los dueños de las casas del condominio La Esperanza quedaron secos, sin tuberías ni nada. No pidieron nada urgente, tranquilos, esperando a que se resolviera la vaina con calma. Pero la Sala IV, con toda su sabiduría, decidió que no había necesidad de acelerar las cosas con alguna medida cautelar provisional mientras se decide el caso.
Y aquí viene la jugada maestra. Los abogados de La Esperanza presentaron toda la documentación, los papeles, la movida completa. Vega, el alcalde, sí mandó un informe, mostrando que estaba haciendo lo posible, pero claro, ya saben cómo andamos con estos trámites... ¡una torta! El encargado del departamento de aguas, sin embargo, se fue al traste, ni siquiera molestó en mandar su informe a la Sala. ¡Qué desidia!
Ahora, la Sala dice que tienen un promedio de 31 días hábiles para resolver estos casos, pero en este, se movieron rapidito, resolvieron el recurso el 26 de septiembre. ¿Será porque el Presidente Chaves ya les había echado presión diciéndole al AyA y a la Fuerza Pública que fueran a conectar esa agua? Como sea, ahora Vega tiene quince días, ¡escuché bien, QUINCE DÍAS!, para poner manos a la obra y asegurar que el proyecto tenga agua corriente. Sino…
Y ojo, porque la ley es clara. Si Vega no cumple, puede meterse en problemas serios. Tres meses de prisión o una multa considerable. Así que que espabile, porque la Jurisdicción Constitucional no va a bromear con esto. Además, la Sala también le hizo una cosita: condenó a la municipalidad a pagar todos los gastos y daños y perjuicios que haya causado esta tardanza a los futuros residentes de La Esperanza. ¡Una verdadera pena!
Como muchos recordarán, este lío se encendió aún más cuando el Presidente Chaves ordenó al AyA y a la Fuerza Pública que fueran a conectar el agua directamente, generando críticas de algunos diputados, como Montserrat Ruiz, quienes acusaron al presidente de abuso de autoridad. Esto demostró que la situación era más compleja que simplemente “darle agua a unos vecinos”. Hubo temas de poder, política y quién manda en esta vaina.
En fin, la historia nos enseña varias cosas: que la burocracia a veces es un dolor de cabeza insoportable, que los derechos de los ciudadanos son sagrados y que, a veces, hasta el presidente necesita pedirle permiso a la Sala IV. Y hablando de eso, este caso pone en evidencia la importancia de tener un sistema judicial independiente y capaz de defender los intereses de la población, aunque tenga que ir contra el viento.
Con todo este panorama, me pregunto: ¿Creen que el alcalde Vega cumplirá con la orden de la Sala IV en quince días o volveremos a ver más líos con este proyecto? Déjenme saber su opinión en los comentarios, ¡quiero leerlos!
