Ay, dios mío, qué movida la que se armó en el INS. La exprimidera Mónica Araya soltó la bomba ante la diputación, contando cómo el mismísimo presidente Chaves le anduvo haciendo presión pa' que le dieran facilidades a la empresa mexicana Tradeco. Esto se puso candela, vamos.
La cosa es así: Araya tuvo que ir a declarar sobre la investigación que anda la Asamblea Legislativa sobre si el presidente intentó meter mano en la adjudicación del proyecto Barranca-Limonal. Al parecer, el bardo empezó a gestarse desde finales del año pasado, cuando Chaves le habría llamado a Araya pidiéndole “urgente” una garantía de cumplimiento para Tradeco. Imagínate, pa’l presidente siempre hay apuro cuando se trata de favores, ¿no?
Y ahí, sin pelos en la lengua, Araya le respondió que ni loco, porque jurídicamente era imposible. Según contó, el presidente no se quedó callado, sino que le dijo: “vea a ver cómo hace para lograrlo”. ¡Uy!, ahí ya huele a gallina podrida, chunche. Parece que el presidente quería voltear la tortilla pa’ que Tradeco se llevara el premio gordo, sin importarles las leyes y los procesos correctos.
Después de esa primera llamada, la presión no paró. Chaves, al parecer, mandó a Gabriela Chacón, su jefa de despacho, a ver si podían encontrarle la vuelta para hacerle el favor a Tradeco. Las llamadas, según Araya, se hicieron constantes, principalmente a Chacón, mientras que ella, pura sinceridad, nunca recibió una llamada directa del presidente. El mae andaba moviendo sus cartas por detrás, buscando cómo salir del brete.
La historia sigue empeorando. Según la exjerarca, Chaves le volvió a llamar diciendo que sí se podía dar el seguro de caución y que Tradeco podía aportar una garantía real. Pero monje, como dicen por acá, resultó que Tradeco no cumplía con los requisitos y, encima, no presentó la garantía. Después de varios meses de papeleo y dimes y diretes, la Junta Directiva del INS rechazó la propuesta, poniendo fin a la novela... por ahora.
Pero la cosa no terminó ahí. Araya relató que durante la sesión de la Junta Directiva donde tomaron la decisión final, las llamadas de Chaves eran incesantes. Tanto así, que según su testimonio, llegó a recibir gritos por teléfono, acusándola de incompetente por no poder controlar a los miembros de la junta. ¡Qué manera de tratar a la gente, diay! Pura actitud de prepotente, sin respeto por nadie.
Lo curioso es que, pese a la presión, Araya aseguró haberle dicho al presidente que la decisión de rechazar el seguro de caución era la mejor para su gestión y para el proyecto de la carretera. Una indirecta bien clara, pa' que el presidente entendiera que algunas cosas no se pueden forzar. Ahora, Araya ha declarado ante la Fiscalía, pero reconoce que al principio no tenía todos los detalles del caso, gracias a las declaraciones de Luis Amador y Gabriela Chacón, y a lo dicho por el abogado de Tradeco, Randall Chuken. Por eso, solicitó que su declaración se enviara a la Fiscalía para que tengan toda la información al día.
Y claro, no podemos dejar pasar por alto que Tradeco no es cualquier empresa. Tiene señalamientos en México, algunos bastante graves, incluyendo rumores sobre posibles vínculos con el narcotráfico. Con todo este panorama, queda la pregunta en el aire: ¿Hasta dónde llegará la investigación sobre estas presiones del presidente Chaves y qué consecuencias tendrá todo esto para el futuro del proyecto Barranca-Limonal? ¿Crees que el Fiscal debería profundizar en las conexiones de Tradeco o enfocarse únicamente en las acciones del Presidente?
La cosa es así: Araya tuvo que ir a declarar sobre la investigación que anda la Asamblea Legislativa sobre si el presidente intentó meter mano en la adjudicación del proyecto Barranca-Limonal. Al parecer, el bardo empezó a gestarse desde finales del año pasado, cuando Chaves le habría llamado a Araya pidiéndole “urgente” una garantía de cumplimiento para Tradeco. Imagínate, pa’l presidente siempre hay apuro cuando se trata de favores, ¿no?
Y ahí, sin pelos en la lengua, Araya le respondió que ni loco, porque jurídicamente era imposible. Según contó, el presidente no se quedó callado, sino que le dijo: “vea a ver cómo hace para lograrlo”. ¡Uy!, ahí ya huele a gallina podrida, chunche. Parece que el presidente quería voltear la tortilla pa’ que Tradeco se llevara el premio gordo, sin importarles las leyes y los procesos correctos.
Después de esa primera llamada, la presión no paró. Chaves, al parecer, mandó a Gabriela Chacón, su jefa de despacho, a ver si podían encontrarle la vuelta para hacerle el favor a Tradeco. Las llamadas, según Araya, se hicieron constantes, principalmente a Chacón, mientras que ella, pura sinceridad, nunca recibió una llamada directa del presidente. El mae andaba moviendo sus cartas por detrás, buscando cómo salir del brete.
La historia sigue empeorando. Según la exjerarca, Chaves le volvió a llamar diciendo que sí se podía dar el seguro de caución y que Tradeco podía aportar una garantía real. Pero monje, como dicen por acá, resultó que Tradeco no cumplía con los requisitos y, encima, no presentó la garantía. Después de varios meses de papeleo y dimes y diretes, la Junta Directiva del INS rechazó la propuesta, poniendo fin a la novela... por ahora.
Pero la cosa no terminó ahí. Araya relató que durante la sesión de la Junta Directiva donde tomaron la decisión final, las llamadas de Chaves eran incesantes. Tanto así, que según su testimonio, llegó a recibir gritos por teléfono, acusándola de incompetente por no poder controlar a los miembros de la junta. ¡Qué manera de tratar a la gente, diay! Pura actitud de prepotente, sin respeto por nadie.
Lo curioso es que, pese a la presión, Araya aseguró haberle dicho al presidente que la decisión de rechazar el seguro de caución era la mejor para su gestión y para el proyecto de la carretera. Una indirecta bien clara, pa' que el presidente entendiera que algunas cosas no se pueden forzar. Ahora, Araya ha declarado ante la Fiscalía, pero reconoce que al principio no tenía todos los detalles del caso, gracias a las declaraciones de Luis Amador y Gabriela Chacón, y a lo dicho por el abogado de Tradeco, Randall Chuken. Por eso, solicitó que su declaración se enviara a la Fiscalía para que tengan toda la información al día.
Y claro, no podemos dejar pasar por alto que Tradeco no es cualquier empresa. Tiene señalamientos en México, algunos bastante graves, incluyendo rumores sobre posibles vínculos con el narcotráfico. Con todo este panorama, queda la pregunta en el aire: ¿Hasta dónde llegará la investigación sobre estas presiones del presidente Chaves y qué consecuencias tendrá todo esto para el futuro del proyecto Barranca-Limonal? ¿Crees que el Fiscal debería profundizar en las conexiones de Tradeco o enfocarse únicamente en las acciones del Presidente?