¡Ay, Dios mío! La noticia que llegó hoy nos dejó con la boca abierta, diay. La Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de denunciar unos ataques espantosos en Sudán, donde perdieron la vida 114 personas, incluyendo a 63 inocentes chiquitos. ¡Qué torta! Esto pasó la semana pasada en el estado de Kordofán del Sur, y parece que la cosa andaba muy fea por allá.
Según la OMS, los ataques fueron dirigidos contra una guardería y un hospital rural en Kalogi. Imagínate la escena, mae...los chiquillos jugando, los doctores atendiendo pacientes, y de repente...¡boom! Un ataque brutal que cambió la vida de tanta gente. El jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, expresó su indignación a través de redes sociales, y razón tenía, claro que sí. Lo que pasa es que esto ya va siendo costumbre en esas tierras.
Las autoridades locales apuntan directamente a las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) y al Movimiento Popular de Liberación de Sudán-Norte, quienes están batallando contra el ejército sudanés desde abril del año pasado. Parece que este conflicto se puso bien feo, y los civiles, especialmente los niños, terminan pagando el precio más caro. ¡Qué sal! Uno piensa cómo puede haber tanta violencia en este mundo.
Essam al Din al Sayed, un funcionario local de Kalogi, contó que primero bombardearon la guardería, luego el hospital, y después atacaron incluso a las personas que estaban tratando de ayudar a los niños. ¡Qué nivel de barbarie! Da escalofríos pensar en lo que debieron de estar sintiendo esos pobres chiquitos y sus familias. No hay excusa posible para atacar lugares así.
Esta guerra en Sudán, que ya lleva meses devastando el país, ha causado una tragedia humana inimaginable. Se habla de decenas de miles de muertos y cerca de 12 millones de personas desplazadas. La ONU dice que el país está sumido en la peor crisis humanitaria del planeta. ¡Y eso que todavía estamos en diciembre! Uno se queda pensando si alguna vez van a tener paz por ahí.
Después de tomar El Fasher, el último bastión del ejército en el oeste de Sudán, las FAR han intensificado sus ataques en la región petrolera de Kordofán. Esto demuestra que no piensan parar y que el sufrimiento del pueblo sudanés continuará. La comunidad internacional necesita ponerle un alto a esto ya, porque la situación es insostenible. Hay que presionar para que cese el fuego y se abran corredores humanitarios para llevar ayuda a los afectados.
La OMS, con toda razón, lamentó estos ataques insensatos contra civiles e infraestructura sanitaria. Una guardería y un hospital deberían ser santuarios, lugares seguros donde la gente pueda sentirse protegida, pero en Sudán, ni siquiera eso es posible. Este tipo de acciones son crímenes de guerra y merecen ser juzgados con todo rigor. Esperemos que la justicia llegue pronto para las víctimas y sus familias.
En fin, compañeros, esta noticia nos golpea duro. Ver sufrir a tantos niños inocentes te llena de impotencia. Pero también nos recuerda que debemos seguir luchando por un mundo más justo y pacífico. ¿Ustedes qué opinan? ¿Creen que la comunidad internacional debería hacer más para detener la violencia en Sudán y proteger a la población civil?
Según la OMS, los ataques fueron dirigidos contra una guardería y un hospital rural en Kalogi. Imagínate la escena, mae...los chiquillos jugando, los doctores atendiendo pacientes, y de repente...¡boom! Un ataque brutal que cambió la vida de tanta gente. El jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, expresó su indignación a través de redes sociales, y razón tenía, claro que sí. Lo que pasa es que esto ya va siendo costumbre en esas tierras.
Las autoridades locales apuntan directamente a las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) y al Movimiento Popular de Liberación de Sudán-Norte, quienes están batallando contra el ejército sudanés desde abril del año pasado. Parece que este conflicto se puso bien feo, y los civiles, especialmente los niños, terminan pagando el precio más caro. ¡Qué sal! Uno piensa cómo puede haber tanta violencia en este mundo.
Essam al Din al Sayed, un funcionario local de Kalogi, contó que primero bombardearon la guardería, luego el hospital, y después atacaron incluso a las personas que estaban tratando de ayudar a los niños. ¡Qué nivel de barbarie! Da escalofríos pensar en lo que debieron de estar sintiendo esos pobres chiquitos y sus familias. No hay excusa posible para atacar lugares así.
Esta guerra en Sudán, que ya lleva meses devastando el país, ha causado una tragedia humana inimaginable. Se habla de decenas de miles de muertos y cerca de 12 millones de personas desplazadas. La ONU dice que el país está sumido en la peor crisis humanitaria del planeta. ¡Y eso que todavía estamos en diciembre! Uno se queda pensando si alguna vez van a tener paz por ahí.
Después de tomar El Fasher, el último bastión del ejército en el oeste de Sudán, las FAR han intensificado sus ataques en la región petrolera de Kordofán. Esto demuestra que no piensan parar y que el sufrimiento del pueblo sudanés continuará. La comunidad internacional necesita ponerle un alto a esto ya, porque la situación es insostenible. Hay que presionar para que cese el fuego y se abran corredores humanitarios para llevar ayuda a los afectados.
La OMS, con toda razón, lamentó estos ataques insensatos contra civiles e infraestructura sanitaria. Una guardería y un hospital deberían ser santuarios, lugares seguros donde la gente pueda sentirse protegida, pero en Sudán, ni siquiera eso es posible. Este tipo de acciones son crímenes de guerra y merecen ser juzgados con todo rigor. Esperemos que la justicia llegue pronto para las víctimas y sus familias.
En fin, compañeros, esta noticia nos golpea duro. Ver sufrir a tantos niños inocentes te llena de impotencia. Pero también nos recuerda que debemos seguir luchando por un mundo más justo y pacífico. ¿Ustedes qué opinan? ¿Creen que la comunidad internacional debería hacer más para detener la violencia en Sudán y proteger a la población civil?
