Ay, mae, qué torta. Tres meses y unos días desde que se sacó bola el tema de las jornadas 4-3 y apenas estamos viendo el polvo. El trámite de vía rápida del expediente 24.290, impulsado por la diputada Daniela Rojas y respaldado por el Gobierno, parece ir más lento que chango dormido. Parece mentira, ¿verdad?
Para ponerle contexto, recuerden que el asunto empezó a rodar en el Plenario el 7 de julio. La idea era agilizar la implementación de esas jornadas de 12 horas en el sector manufacturero. Pero vaya, parece que los diputados están más pendientes de jugar dominó que de legislar. Según los datos, apenas se ha avanzado un 15% en la votación de las mociones presentadas.
Y ni hablar de la cantidad de mociones que hay encima de la mesa. ¡Una barbaridad! Se presentaron 2.564 enmiendas, y hasta el jueves habían votado apenas 782. Eso sí, hay que sumar las mociones de revisión, que suman la misma cantidad, haciendo un total de 4.346 mociones por votarse. ¡Imaginen la pila de papeleos!
Lo peor es que no han llegado a ningún acuerdo para desbloquear el Plenario. Ni la propuesta del Frente Amplio para tumbar la vía rápida, ni la del PUSC para mandar el tema a una comisión especial han prosperado. Parece que nadie quiere ceder terreno, y ahí seguimos atascados como mula en baranda. Los tiempos apremian, porque el 30 de octubre cierra el período de sesiones ordinarias, y luego el Poder Ejecutivo se queda con el mando de la agenda legislativa.
Pero ojo, porque aunque llegue noviembre, el Gobierno tiene toda la intención de seguir insistiendo con el proyecto de jornadas 4-3. Han dicho que es una prioridad para ellos, así que prepárense para escuchar mucho sobre esto. De hecho, la discusión y aprobación del presupuesto ordinario 2026 va a tener prioridad ese mes, pero no crean que van a olvidarse de este brete.
La semana pasada, bueno, la “semana” de debates, fue un fiasco aún mayor. En la sesión reducida del jueves, los diputados rechazaron otras 20 mociones, llevando el conteo total a 75 mociones votadas y rechazadas en cuatro días. ¡Solo se aprobaron dos! Una de Liberación Nacional que permite a los trabajadores votar si la empresa se une al régimen de jornadas especiales, y otra que excluye al sector agrícola, agropecuario y construcción. Pequeños avances en medio de tanta maraña.
Y mientras tanto, los diputados andan buscando excusas para no trabajar. Decidieron dividir las sesiones extraordinarias para ver otros temas, aprobar proyectos y darle espacio a la propuesta de Fonarroz. Porque claro, es más fácil meterle dedo a otro chorizo que resolver el problema de frente. Qué diay… En fin, más pa’lante, dicen, pero la verdad es que estamos a paso de tortuga.
Así las cosas, me pregunto... ¿Creen que realmente vamos a ver alguna solución para este embrollo antes de que termine el período de sesiones ordinarias, o este proyecto de jornadas 4-3 se irá al traste como tantos otros? Déjenme saber su opinión en los comentarios, quiero leer sus ideas al respecto. ¡Vamos a debatirlo!
Para ponerle contexto, recuerden que el asunto empezó a rodar en el Plenario el 7 de julio. La idea era agilizar la implementación de esas jornadas de 12 horas en el sector manufacturero. Pero vaya, parece que los diputados están más pendientes de jugar dominó que de legislar. Según los datos, apenas se ha avanzado un 15% en la votación de las mociones presentadas.
Y ni hablar de la cantidad de mociones que hay encima de la mesa. ¡Una barbaridad! Se presentaron 2.564 enmiendas, y hasta el jueves habían votado apenas 782. Eso sí, hay que sumar las mociones de revisión, que suman la misma cantidad, haciendo un total de 4.346 mociones por votarse. ¡Imaginen la pila de papeleos!
Lo peor es que no han llegado a ningún acuerdo para desbloquear el Plenario. Ni la propuesta del Frente Amplio para tumbar la vía rápida, ni la del PUSC para mandar el tema a una comisión especial han prosperado. Parece que nadie quiere ceder terreno, y ahí seguimos atascados como mula en baranda. Los tiempos apremian, porque el 30 de octubre cierra el período de sesiones ordinarias, y luego el Poder Ejecutivo se queda con el mando de la agenda legislativa.
Pero ojo, porque aunque llegue noviembre, el Gobierno tiene toda la intención de seguir insistiendo con el proyecto de jornadas 4-3. Han dicho que es una prioridad para ellos, así que prepárense para escuchar mucho sobre esto. De hecho, la discusión y aprobación del presupuesto ordinario 2026 va a tener prioridad ese mes, pero no crean que van a olvidarse de este brete.
La semana pasada, bueno, la “semana” de debates, fue un fiasco aún mayor. En la sesión reducida del jueves, los diputados rechazaron otras 20 mociones, llevando el conteo total a 75 mociones votadas y rechazadas en cuatro días. ¡Solo se aprobaron dos! Una de Liberación Nacional que permite a los trabajadores votar si la empresa se une al régimen de jornadas especiales, y otra que excluye al sector agrícola, agropecuario y construcción. Pequeños avances en medio de tanta maraña.
Y mientras tanto, los diputados andan buscando excusas para no trabajar. Decidieron dividir las sesiones extraordinarias para ver otros temas, aprobar proyectos y darle espacio a la propuesta de Fonarroz. Porque claro, es más fácil meterle dedo a otro chorizo que resolver el problema de frente. Qué diay… En fin, más pa’lante, dicen, pero la verdad es que estamos a paso de tortuga.
Así las cosas, me pregunto... ¿Creen que realmente vamos a ver alguna solución para este embrollo antes de que termine el período de sesiones ordinarias, o este proyecto de jornadas 4-3 se irá al traste como tantos otros? Déjenme saber su opinión en los comentarios, quiero leer sus ideas al respecto. ¡Vamos a debatirlo!
