¡Ay, Dios mío! El Estadio Nacional, nuestro orgullo patrio, anda más perdido que chancla en tianguis. Resulta que, pese a recibir 174 eventos este año – conciertos, partidos, hasta ferias de motores – anda operando con pérdidas significativas y mostrando signos evidentes de desgaste. Ya saben, como mi carro cuando llueve… ¡tremenda calamidad!
La cosa es que, según reveló el Consejo Nacional del Deporte y la Recreación, el costazo anual de mantener a flote este colosal complejo llega a unos 2.500 millones de colones. ¡Una vara tremendo! Eso es más que lo que muchos laburantes ganan en toda una vida, díganle a mi abuela. Y eso sin contar que el fideicomiso con el Banco Nacional, que ahora maneja el estadio, vence en febrero de 2027, dejando a todos preguntándose qué va a pasar.
Ahora, pa’ que se hagan una idea, el acta 45-2025 nos pinta un cuadro preocupante. No solo están perdiendo dinero, sino que el estadio está deteriorándose rápido. Las instalaciones están dando señales de cansancio, y eso pone en riesgo la seguridad y calidad de los eventos futuros. Imaginen estar viendo un partido de Alajuelense y de repente se cae un pedazo del techo... ¡qué susto!
Para colmo, los señores del Icoder, que eventualmente tendrán que volver a agarrarle el toro, andan sudando frío porque no tienen los recursos humanos necesarios para manejar un lugar tan grande y complejo. Además, el presupuesto para 2027 podría verse afectado por la regla fiscal, lo que complica aún más las cosas. ¡Parece sacado de una novela de Luis Fernando Alvarado!
Pero no todo está perdido, chavos. Hay un proyecto en camino, inscrito en Mideplan, que busca reducir costos, aumentar la eficiencia y modernizar el estadio. Prometen convertirlo en un espacio más accesible, seguro y acorde con los tiempos modernos. Hablan de nuevos pisos, limpieza del techo, pintura fresca y hasta embellecer las zonas verdes. Suena lindo en papel, pero a ver cómo lo aterrizan en la práctica.
Diana Posada Solís, la gerente general del Estadio Nacional, nos contó que recibieron un buen número de eventos este año. 88 encuentros deportivos, ocho conciertos y un montón de ferias y actividades motorizadas. Una locura, sí señor. Pero ahí está la clave: necesitan encontrar formas de generar más ingresos para cubrir esos gastos enormes. Quizás deberían hacer conciertos de salsa los fines de semana, ¡eso sí que atraería gente!
Y aquí viene lo jugoso: el Icoder planeaba invertir 713 millones de colones este año para trabajos de mantenimiento prioritarios. Compren pisos protectores, laven el techo, pinten la malla… lo básico para evitar que el estadio se caiga a pedazos. Pero, con todo esto, todavía no han resuelto el problema fundamental: cómo financiar la operación a largo plazo. ¡Es un brete digno de novela!
Así que, amigos del Foro, les dejo pensando: Con el Estado del Estadio Nacional en esta situación, ¿creen que el gobierno debería priorizar la inversión en modernización o buscar un inversionista privado para salvarlo del quiebre? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensan ustedes!
La cosa es que, según reveló el Consejo Nacional del Deporte y la Recreación, el costazo anual de mantener a flote este colosal complejo llega a unos 2.500 millones de colones. ¡Una vara tremendo! Eso es más que lo que muchos laburantes ganan en toda una vida, díganle a mi abuela. Y eso sin contar que el fideicomiso con el Banco Nacional, que ahora maneja el estadio, vence en febrero de 2027, dejando a todos preguntándose qué va a pasar.
Ahora, pa’ que se hagan una idea, el acta 45-2025 nos pinta un cuadro preocupante. No solo están perdiendo dinero, sino que el estadio está deteriorándose rápido. Las instalaciones están dando señales de cansancio, y eso pone en riesgo la seguridad y calidad de los eventos futuros. Imaginen estar viendo un partido de Alajuelense y de repente se cae un pedazo del techo... ¡qué susto!
Para colmo, los señores del Icoder, que eventualmente tendrán que volver a agarrarle el toro, andan sudando frío porque no tienen los recursos humanos necesarios para manejar un lugar tan grande y complejo. Además, el presupuesto para 2027 podría verse afectado por la regla fiscal, lo que complica aún más las cosas. ¡Parece sacado de una novela de Luis Fernando Alvarado!
Pero no todo está perdido, chavos. Hay un proyecto en camino, inscrito en Mideplan, que busca reducir costos, aumentar la eficiencia y modernizar el estadio. Prometen convertirlo en un espacio más accesible, seguro y acorde con los tiempos modernos. Hablan de nuevos pisos, limpieza del techo, pintura fresca y hasta embellecer las zonas verdes. Suena lindo en papel, pero a ver cómo lo aterrizan en la práctica.
Diana Posada Solís, la gerente general del Estadio Nacional, nos contó que recibieron un buen número de eventos este año. 88 encuentros deportivos, ocho conciertos y un montón de ferias y actividades motorizadas. Una locura, sí señor. Pero ahí está la clave: necesitan encontrar formas de generar más ingresos para cubrir esos gastos enormes. Quizás deberían hacer conciertos de salsa los fines de semana, ¡eso sí que atraería gente!
Y aquí viene lo jugoso: el Icoder planeaba invertir 713 millones de colones este año para trabajos de mantenimiento prioritarios. Compren pisos protectores, laven el techo, pinten la malla… lo básico para evitar que el estadio se caiga a pedazos. Pero, con todo esto, todavía no han resuelto el problema fundamental: cómo financiar la operación a largo plazo. ¡Es un brete digno de novela!
Así que, amigos del Foro, les dejo pensando: Con el Estado del Estadio Nacional en esta situación, ¿creen que el gobierno debería priorizar la inversión en modernización o buscar un inversionista privado para salvarlo del quiebre? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensan ustedes!