Ay, Dios mío, qué situación más complicada vivimos las familias costarrricenses. Resulta que la CCSS se quedó sin lana para pagar las licencias de cuidado a quienes tienen familiares gravemente enfermos. Imagínense, la bronca no es que no quieran pagar, ¡es que no tienen con qué! Esto ha dejado a muchísimas personas desesperadas y buscando respuestas urgentes.
Todo esto gira alrededor del proyecto de ley 25.240, que supuestamente iba a solucionar este problemón garantizando el traslado de recursos al fondo. Pero parece que el Poder Ejecutivo anda con pie lento y no lo convocó para las sesiones extraordinarias. ¡Un verdadero despiste, mae! Mientras tanto, las familias siguen sufriendo las consecuencias.
Adriana Rojas, por ejemplo, cuida de su papá, Gerardo, quien está en etapa terminal por un cáncer de próstata y cirrosis hepática. El pobre hombre está crítico, necesita asistencia total, y Adriana no sabe cómo va a cubrir los gastos básicos si no recibe el pago de la licencia. “Estamos viendo muy afectado con los subsidios que no nos han pagado. Ya van dos meses sin ver ni un colón”, lamenta con el corazón en la mano.
Y no es el único caso. Angie Tello, quien cuidó a su mamá hasta que falleció de cáncer de páncreas, todavía está esperando el pago del subsidio correspondiente al mes que estuvo dedicada a su cuidado. Ella reconoce que la licencia médica le permitió estar ahí para su madre, pero ahora enfrenta una difícil situación económica debido a los gastos acumulados durante ese tiempo. ¡Qué sal, verdad?
Kimberly García suma más de 60 días sin recibir el subsidio por el cuidado de su hija Mariana, quien padece de una enfermedad grave y anemia severa. “No tenemos cómo comprarle pañales, suplementos nutricionales… Ni siquiera podemos pagar la renta ni las cuentas”, explica entre lágrimas. Una verdadera carga, no hay duda. Ver a nuestros hijos sufrir así es insoportable.
Las licencias extraordinarias, esas que permiten a los trabajadores asalariados cuidar de un familiar enfermo o en fase terminal, son un derecho fundamental. Pero, ¿de qué sirve tener un derecho si el Estado no cumple con su parte? La CCSS confirma que los fondos se agotaron desde el 8 de octubre, y aunque seguirán otorgando las licencias, no habrá subsidio económico. ¡Imagínatelo, maestre! Te dejan libre para ir a cuidar a tu familia, pero te dejan tirado económicamente.
Según Mónica Taylor, presidenta ejecutiva de la CCSS, la institución no puede disponer de sus propios recursos para pagar estas licencias debido a limitaciones presupuestarias establecidas en la Constitución Política. Entendemos la situación, pero ¿cómo se puede justificar que familias vulnerables queden en la calle por intentar brindar el cuidado necesario a sus seres queridos? El brete se lo están llevando al diablo, vamos.
Esta crisis pone de manifiesto la necesidad urgente de revisar y fortalecer el sistema de protección social en nuestro país. Es hora de que nuestras autoridades tomen cartas en el asunto y garanticen que las familias tengan acceso a los recursos necesarios para enfrentar estas situaciones difíciles. Ahora dime, ¿cree usted que el gobierno debería encontrar una solución inmediata para ayudar a estas familias que están al límite, o deberíamos esperar a que aprueben nuevas leyes y proyectos?
Todo esto gira alrededor del proyecto de ley 25.240, que supuestamente iba a solucionar este problemón garantizando el traslado de recursos al fondo. Pero parece que el Poder Ejecutivo anda con pie lento y no lo convocó para las sesiones extraordinarias. ¡Un verdadero despiste, mae! Mientras tanto, las familias siguen sufriendo las consecuencias.
Adriana Rojas, por ejemplo, cuida de su papá, Gerardo, quien está en etapa terminal por un cáncer de próstata y cirrosis hepática. El pobre hombre está crítico, necesita asistencia total, y Adriana no sabe cómo va a cubrir los gastos básicos si no recibe el pago de la licencia. “Estamos viendo muy afectado con los subsidios que no nos han pagado. Ya van dos meses sin ver ni un colón”, lamenta con el corazón en la mano.
Y no es el único caso. Angie Tello, quien cuidó a su mamá hasta que falleció de cáncer de páncreas, todavía está esperando el pago del subsidio correspondiente al mes que estuvo dedicada a su cuidado. Ella reconoce que la licencia médica le permitió estar ahí para su madre, pero ahora enfrenta una difícil situación económica debido a los gastos acumulados durante ese tiempo. ¡Qué sal, verdad?
Kimberly García suma más de 60 días sin recibir el subsidio por el cuidado de su hija Mariana, quien padece de una enfermedad grave y anemia severa. “No tenemos cómo comprarle pañales, suplementos nutricionales… Ni siquiera podemos pagar la renta ni las cuentas”, explica entre lágrimas. Una verdadera carga, no hay duda. Ver a nuestros hijos sufrir así es insoportable.
Las licencias extraordinarias, esas que permiten a los trabajadores asalariados cuidar de un familiar enfermo o en fase terminal, son un derecho fundamental. Pero, ¿de qué sirve tener un derecho si el Estado no cumple con su parte? La CCSS confirma que los fondos se agotaron desde el 8 de octubre, y aunque seguirán otorgando las licencias, no habrá subsidio económico. ¡Imagínatelo, maestre! Te dejan libre para ir a cuidar a tu familia, pero te dejan tirado económicamente.
Según Mónica Taylor, presidenta ejecutiva de la CCSS, la institución no puede disponer de sus propios recursos para pagar estas licencias debido a limitaciones presupuestarias establecidas en la Constitución Política. Entendemos la situación, pero ¿cómo se puede justificar que familias vulnerables queden en la calle por intentar brindar el cuidado necesario a sus seres queridos? El brete se lo están llevando al diablo, vamos.
Esta crisis pone de manifiesto la necesidad urgente de revisar y fortalecer el sistema de protección social en nuestro país. Es hora de que nuestras autoridades tomen cartas en el asunto y garanticen que las familias tengan acceso a los recursos necesarios para enfrentar estas situaciones difíciles. Ahora dime, ¿cree usted que el gobierno debería encontrar una solución inmediata para ayudar a estas familias que están al límite, o deberíamos esperar a que aprueben nuevas leyes y proyectos?
