¡Ay, Dios mío! Parece que la seguridad en las cárceles del país tiene más agujeros que queso suizo. El Ministerio de Justicia y Paz soltó la bomba ayer: detuvieron a cuatro funcionarios y a dos proveedores por tratar de meter cositas turbias adentro de los centros penitenciarios. ¡Imagínate la bronca que deben tener ahí arriba!
La movida salió a la luz gracias a varios operativos que llevaron a cabo durante este año. Resulta que se encontraron con un montón de cosas que no estaban permitidas, desde cargadores USB hasta teléfonos celulares. Según la información, ni siquiera eran pocos, sino unas 64 personas entre policías y administrativos tendrán que responder ante la fiscalía por estas acciones... ¡Una verdadera torta!
El primer caso se destapó en La Reforma, en Alajuela. Una funcionaria, Escobar Mora, intentó pasar dos cargadores USB. Uno tenía permiso, el otro, ¡ni hablar! Luego apareció otro funcionario, Buzano Zúñiga, con un disco duro y un cable USB escondido en su bolso. Claramente, algo raro estaba pasando ahí.
Pero eso no es todo, amigos. En la UAI Pabru Presberi, en Pérez Zeledón, agarraron a Bermúdez, un tipo que está en un puesto de supervisión, con audífonos, un cargador y una llave maya USB. Y para rematar, Rubí Jiménez, encargada del transporte del Ministerio, andaba paseando un celular a la vista, sin ningún permiso. ¡Qué sal! Parecía una película.
Y como si fuera poco, también atraparon a dos proveedores, García y Zúñiga, con celulares cada uno. Resulta que no habían hecho bien las cosas para coordinar los permisos con la administración penitenciaria. La Fiscalía ya mandó decomisar todos esos aparatos y ponerlos a disposición del Ministerio Público. ¡Menudo brete se han metido!
Este tipo de situaciones nos hacen preguntarnos qué tan efectivos son realmente los controles de seguridad en nuestras cárceles. ¿Cómo pudieron llegar a pasar estas cosas? ¿Estamos hablando de corrupción individual o hay un problema sistemático más profundo en el sistema penitenciario?
Algunos analistas señalan que la falta de recursos y personal capacitado podría estar contribuyendo a este tipo de irregularidades. Otros creen que se necesita una revisión completa de los protocolos de seguridad y una mayor supervisión por parte de las autoridades. De cualquier manera, queda claro que esto es un llamado de atención serio para el gobierno.
¿Qué opinan ustedes, compas del Foro? ¿Creen que estos incidentes son aislados o reflejan un problema mayor en el sistema penitenciario de Costa Rica? ¿Deberían tomarse medidas más drásticas para evitar que esto siga sucediendo? ¡Den sus opiniones y vamos a debatir esto!
La movida salió a la luz gracias a varios operativos que llevaron a cabo durante este año. Resulta que se encontraron con un montón de cosas que no estaban permitidas, desde cargadores USB hasta teléfonos celulares. Según la información, ni siquiera eran pocos, sino unas 64 personas entre policías y administrativos tendrán que responder ante la fiscalía por estas acciones... ¡Una verdadera torta!
El primer caso se destapó en La Reforma, en Alajuela. Una funcionaria, Escobar Mora, intentó pasar dos cargadores USB. Uno tenía permiso, el otro, ¡ni hablar! Luego apareció otro funcionario, Buzano Zúñiga, con un disco duro y un cable USB escondido en su bolso. Claramente, algo raro estaba pasando ahí.
Pero eso no es todo, amigos. En la UAI Pabru Presberi, en Pérez Zeledón, agarraron a Bermúdez, un tipo que está en un puesto de supervisión, con audífonos, un cargador y una llave maya USB. Y para rematar, Rubí Jiménez, encargada del transporte del Ministerio, andaba paseando un celular a la vista, sin ningún permiso. ¡Qué sal! Parecía una película.
Y como si fuera poco, también atraparon a dos proveedores, García y Zúñiga, con celulares cada uno. Resulta que no habían hecho bien las cosas para coordinar los permisos con la administración penitenciaria. La Fiscalía ya mandó decomisar todos esos aparatos y ponerlos a disposición del Ministerio Público. ¡Menudo brete se han metido!
Este tipo de situaciones nos hacen preguntarnos qué tan efectivos son realmente los controles de seguridad en nuestras cárceles. ¿Cómo pudieron llegar a pasar estas cosas? ¿Estamos hablando de corrupción individual o hay un problema sistemático más profundo en el sistema penitenciario?
Algunos analistas señalan que la falta de recursos y personal capacitado podría estar contribuyendo a este tipo de irregularidades. Otros creen que se necesita una revisión completa de los protocolos de seguridad y una mayor supervisión por parte de las autoridades. De cualquier manera, queda claro que esto es un llamado de atención serio para el gobierno.
¿Qué opinan ustedes, compas del Foro? ¿Creen que estos incidentes son aislados o reflejan un problema mayor en el sistema penitenciario de Costa Rica? ¿Deberían tomarse medidas más drásticas para evitar que esto siga sucediendo? ¡Den sus opiniones y vamos a debatir esto!
