¡Ay, Dios mío! Resulta que mientras nosotros estábamos echándonos unos buenos bromones y disfrutando de la carreta en Zapote, Curridabat y Belén, el Ministerio de Salud andaba revisando si todo estaba al día. Y bueno, parece que no todo estaba tan chiva como pensábamos. Detectaron bacterias en comida y hasta carnés de manipulación falsos, ¡tremendo brete!
Según informaron desde la oficina de prensa de la salud, siempre andan vigilantes en estos lugares donde nos reunimos todos los años a celebrar. No es fácil mantener todo controlado con tanta gente y tanto movimiento, pero tienen que asegurarse de que no estemos comiendo cosas que nos vayan a hacer daño. La verdad, me da cosita saber cómo era la situación real en esos puestos.
Lo que encontraron, señoras y señores, es preocupante. En dos lugares del Pedregal de Belén, sacaron muestras de comida con resultados positivos por coliformes y E. coli – ¡qué torta!, eso significa que hay contaminación. Y ni hablar de Zapote y Curridabat, donde hallaron *Staphylococcus aureus* en cuatro sitios diferentes. Una bacteria que tampoco pinta bien en nuestra comida. Imagínense la bronca que pudieron tener algunos comensales…
Pero el Ministerio no se quedó ahí parado, ¡claro que no! Giraron unas órdenes sanitarias rapidísimo: limpieza, desinfección, reforzar la higiene… toda la onda para que se pusieran las pilas. Después de una reinspección, vieron que sí habían cumplido con todo y dieron luz verde para seguir funcionando, aunque también volvieron a tomar muestras para asegurarse. Uno nunca sabe, ¡diay!
Y eso no es todo, amigos. Decomisaron tres carnés de manipulación de alimentos falsificados y otro vencido. ¡Imagínense! Gente vendiendo comida sin estar capacitada y con documentos inventados. Separaron a los responsables de sus labores inmediatamente. Esto demuestra que hay poca seriedad en algunos lugares y que se necesita más control, qué sal!
Ahora, hablando de otras cosas, parece que los redondeles sí estaban al día. Revisaron extintores, rampas para discapacitados, graderías, el manejo de basura, los baños... todo estaba en buenas condiciones y sin problemas. Al menos eso rescatamos de esta información, ¿verdad? Un alivio poder ir a disfrutar de las atracciones sin preocuparnos por temas de seguridad en ese aspecto.
Esto nos deja pensando, ¿por qué tanta informalidad en algunos negocios de comida de feria? ¿Es falta de capacitación, de supervisión o simplemente pura picardía? Creo que es una mezcla de todo, pero necesitamos ponerle más empeño a esto. La salud pública no es juego de niños y comer rico no puede poner en riesgo nuestro bienestar. Además, la imagen de nuestros productos nacionales se ve manchada con estas situaciones, ¡y eso es grave!
Con este panorama, les pregunto: ¿Ustedes se han sentido seguros consumiendo comida en las fiestas populares? ¿Creen que el Ministerio de Salud debería intensificar aún más las inspecciones o implementar alguna medida más contundente para evitar que esto vuelva a pasar?
Según informaron desde la oficina de prensa de la salud, siempre andan vigilantes en estos lugares donde nos reunimos todos los años a celebrar. No es fácil mantener todo controlado con tanta gente y tanto movimiento, pero tienen que asegurarse de que no estemos comiendo cosas que nos vayan a hacer daño. La verdad, me da cosita saber cómo era la situación real en esos puestos.
Lo que encontraron, señoras y señores, es preocupante. En dos lugares del Pedregal de Belén, sacaron muestras de comida con resultados positivos por coliformes y E. coli – ¡qué torta!, eso significa que hay contaminación. Y ni hablar de Zapote y Curridabat, donde hallaron *Staphylococcus aureus* en cuatro sitios diferentes. Una bacteria que tampoco pinta bien en nuestra comida. Imagínense la bronca que pudieron tener algunos comensales…
Pero el Ministerio no se quedó ahí parado, ¡claro que no! Giraron unas órdenes sanitarias rapidísimo: limpieza, desinfección, reforzar la higiene… toda la onda para que se pusieran las pilas. Después de una reinspección, vieron que sí habían cumplido con todo y dieron luz verde para seguir funcionando, aunque también volvieron a tomar muestras para asegurarse. Uno nunca sabe, ¡diay!
Y eso no es todo, amigos. Decomisaron tres carnés de manipulación de alimentos falsificados y otro vencido. ¡Imagínense! Gente vendiendo comida sin estar capacitada y con documentos inventados. Separaron a los responsables de sus labores inmediatamente. Esto demuestra que hay poca seriedad en algunos lugares y que se necesita más control, qué sal!
Ahora, hablando de otras cosas, parece que los redondeles sí estaban al día. Revisaron extintores, rampas para discapacitados, graderías, el manejo de basura, los baños... todo estaba en buenas condiciones y sin problemas. Al menos eso rescatamos de esta información, ¿verdad? Un alivio poder ir a disfrutar de las atracciones sin preocuparnos por temas de seguridad en ese aspecto.
Esto nos deja pensando, ¿por qué tanta informalidad en algunos negocios de comida de feria? ¿Es falta de capacitación, de supervisión o simplemente pura picardía? Creo que es una mezcla de todo, pero necesitamos ponerle más empeño a esto. La salud pública no es juego de niños y comer rico no puede poner en riesgo nuestro bienestar. Además, la imagen de nuestros productos nacionales se ve manchada con estas situaciones, ¡y eso es grave!
Con este panorama, les pregunto: ¿Ustedes se han sentido seguros consumiendo comida en las fiestas populares? ¿Creen que el Ministerio de Salud debería intensificar aún más las inspecciones o implementar alguna medida más contundente para evitar que esto vuelva a pasar?
