¡Ay, Dios mío! La cosa está que arde en el parque Braulio Carrillo, alias 'La Merced'. Resulta que entre diez y quince causas judiciales al mes están llegando a la Fiscalía Adjunta de San José por la venta de mediche, como nos dicen acá, psicotrópicos. Y no son cualquier cosita, son cosas fuertes, varas que te pueden dejar bien tocado, como decimos nosotros.
Según el fiscal Jorge Meckbel, la cosa se puso fea en los últimos dos meses. Antes era tranqui, una causa al mes, casi ni se daba cuenta. Ahora, parece que se abrieron las compuertas y la gente está aprovechando para vender cualquier chunche que le caiga en mano. Han identificado como 25 medicamentos peligrosos que andan circulando por ahí, recetas verdes que deberían estar guardaditas en los consultorios médicos, pero que ahora están a la venta en medio de la calle.
Y lo peor de la vaina, mae, es que los que agarran vendiendo esos medicinales, la mayoría terminan ante un juez de flagrancia y se les cae la pena. Que si ocho añitos, que si quince...¡No se juega con eso!, porque esa mena de brete le afecta la salud a mucha gente, especialmente a los jóvenes, entre dieciocho y veinticinco, que son los que más caen en aprietos. ¡Qué carga!
Pero agárrense que viene lo bueno: el fiscal dice que es evidente que estos medicamentos están saliendo de la Caja Costarricense del Seguro Social. ¡Imagínate la torta! Alguien dentro de la institución está haciendo cosas turbias y dejando que estas varas terminen en manos equivocadas. Está claro que hay alguien que anda cogiendo morcilla, ojalá que la Poli y la Fiscalía puedan desenmascarar a esos canallas pronto.
Además, no solo están los que le hacen la vuelta al negocio, también están los pacientes que, luego de conseguir las recetas, se las venden a otros. Es como un círculo vicioso, unos aprovechan de los otros y la salud de la gente sale perjudicada. Y para rematar, tenemos hasta la ketamina, un medicamento de venta libre que los veterinarios usan, pero que aquí lo están usando para causar daño. ¡Qué sal!
Y hablando de daño, el fiscal Meckbel contó que ya han habido muertes relacionadas con estos medicamentos. Gente que mezcla pastillas con crack y termina sufriendo infartos, derrames cerebrales, o simplemente quedando en coma. ¡Qué nivel de irresponsabilidad! Y la poca precaución con la que se está manejando esta situación es preocupante. Esto no es juego de niños, estamos hablando de vidas humanas.
Para que se hagan una idea, según el perfil que tienen de los vendedores, suelen ser extranjeros o indocumentados, lo cual facilita el negocio. No tienen seguro social, no llevan ninguna prescripción médica y a veces cargan con hasta cien o doscientas pastillas. ¡Una barbaridad! Parece que nadie se da cuenta de lo grave que es la situación hasta que alguien termina pagando las consecuencias. Que alguien ponga orden, diay.
Ahora, dime tú, ¿crees que deberíamos endurecer las penas para quienes venden estos medicamentos ilegales, o qué medidas crees que podrían tomarse para evitar que estos psicotrópicos terminen en manos de personas que no deberían tenerlos? ¡Vamos a debatir sobre esta vara!
Según el fiscal Jorge Meckbel, la cosa se puso fea en los últimos dos meses. Antes era tranqui, una causa al mes, casi ni se daba cuenta. Ahora, parece que se abrieron las compuertas y la gente está aprovechando para vender cualquier chunche que le caiga en mano. Han identificado como 25 medicamentos peligrosos que andan circulando por ahí, recetas verdes que deberían estar guardaditas en los consultorios médicos, pero que ahora están a la venta en medio de la calle.
Y lo peor de la vaina, mae, es que los que agarran vendiendo esos medicinales, la mayoría terminan ante un juez de flagrancia y se les cae la pena. Que si ocho añitos, que si quince...¡No se juega con eso!, porque esa mena de brete le afecta la salud a mucha gente, especialmente a los jóvenes, entre dieciocho y veinticinco, que son los que más caen en aprietos. ¡Qué carga!
Pero agárrense que viene lo bueno: el fiscal dice que es evidente que estos medicamentos están saliendo de la Caja Costarricense del Seguro Social. ¡Imagínate la torta! Alguien dentro de la institución está haciendo cosas turbias y dejando que estas varas terminen en manos equivocadas. Está claro que hay alguien que anda cogiendo morcilla, ojalá que la Poli y la Fiscalía puedan desenmascarar a esos canallas pronto.
Además, no solo están los que le hacen la vuelta al negocio, también están los pacientes que, luego de conseguir las recetas, se las venden a otros. Es como un círculo vicioso, unos aprovechan de los otros y la salud de la gente sale perjudicada. Y para rematar, tenemos hasta la ketamina, un medicamento de venta libre que los veterinarios usan, pero que aquí lo están usando para causar daño. ¡Qué sal!
Y hablando de daño, el fiscal Meckbel contó que ya han habido muertes relacionadas con estos medicamentos. Gente que mezcla pastillas con crack y termina sufriendo infartos, derrames cerebrales, o simplemente quedando en coma. ¡Qué nivel de irresponsabilidad! Y la poca precaución con la que se está manejando esta situación es preocupante. Esto no es juego de niños, estamos hablando de vidas humanas.
Para que se hagan una idea, según el perfil que tienen de los vendedores, suelen ser extranjeros o indocumentados, lo cual facilita el negocio. No tienen seguro social, no llevan ninguna prescripción médica y a veces cargan con hasta cien o doscientas pastillas. ¡Una barbaridad! Parece que nadie se da cuenta de lo grave que es la situación hasta que alguien termina pagando las consecuencias. Que alguien ponga orden, diay.
Ahora, dime tú, ¿crees que deberíamos endurecer las penas para quienes venden estos medicamentos ilegales, o qué medidas crees que podrían tomarse para evitar que estos psicotrópicos terminen en manos de personas que no deberían tenerlos? ¡Vamos a debatir sobre esta vara!