¡Ay, Dios mío, qué torta! La Fiscalía contra la Ciberdelincuencia le pegó duro a una banda de estafadores que andaban timando a gente inocente con el SINPE Móvil. Resulta que padre e hijo, los Monge Villareal y Monge Grajal, quedaron metidos en el calabozo acusados de orquestar un esquema bien macabro usando el comando “PASE”. ¡Imagínate, mae!
La movida, según la investigación, comenzó en octubre del 2024 y siguió hasta principios de este año. Los sospechosos, que parecían tener su base de operaciones en San Ramón y Corredores, formaron una organización criminal con intenciones bien turbias. No precisamente buscando mejorar el país, diay.
Don Monge Villareal, parece que tenía el don de conseguir tarjetas SIM de líneas prepago que ya habían sido usadas por otros. Después, con toda calma, iba revisando si esas líneas seguían asociadas a cuentas bancarias a través del SINPE Móvil. ¡Como buscando chicharrones en la noche! Si encontraba una línea todavía vinculada a una cuenta activa, ¡bam!, mandaban unos mensajes SMS con el comando “PASE” y se quedaban con el efectivo.
La Fiscalía reporta que hasta ahora han logrado identificar a 10 víctimas que perdieron un total de ¢14,500,000 colones. Ese dinerito, según la investigación, terminaba en cuentas de unas 22 personas que, bueno, digamos que no pusieron muchas trabas para facilitar sus datos bancarios. Luego, los vándalos iban a los cajeros a retirar el botín. ¡Una verdadera maraña, mae!
La captura de estos sujetos fue bastante dramática. Uno de ellos, Monge Grajal, intentó cruzar la frontera con Panamá, pero la policía estaba ahí, esperándolo con los brazos abiertos... a la cárcel, claro. Las autoridades realizaron tres allanamientos en Golfito y Corredores para juntar todas las pruebas y demostrar la magnitud del delito. ¡No se les escapó ni una!
Esto nos recuerda, una vez más, la importancia de cuidarnos en el mundo digital. Parece que algunos mae no tienen otra cosa que hacer más que andar buscando cómo aprovecharse de los demás. Es triste pensar que la tecnología, que debería facilitarnos la vida, pueda ser utilizada para fines tan nefastos. Da gusto saber que la Fiscalía está trabajando para combatir estas estafas.
Las autoridades hicieron hincapié en recordarles a todos los ticos que desconecten sus números telefónicos de sus cuentas bancarias siempre que cambien de línea o vendan un celular. ¡Es un consejo sencillo pero crucial! Mejor prevenir que lamentar, ¿verdad? No queremos que nos agarre desprevenidos a nadie con alguna sorpresa desagradable.
Con este caso, la pregunta que me hago es: ¿Cómo podemos, como sociedad, fomentar una mayor cultura de seguridad digital y proteger a nuestros adultos mayores, quienes suelen ser los más vulnerables ante estas estafas? ¿Deberíamos implementar programas educativos más intensivos o fortalecer la regulación sobre el uso de aplicaciones financieras?
La movida, según la investigación, comenzó en octubre del 2024 y siguió hasta principios de este año. Los sospechosos, que parecían tener su base de operaciones en San Ramón y Corredores, formaron una organización criminal con intenciones bien turbias. No precisamente buscando mejorar el país, diay.
Don Monge Villareal, parece que tenía el don de conseguir tarjetas SIM de líneas prepago que ya habían sido usadas por otros. Después, con toda calma, iba revisando si esas líneas seguían asociadas a cuentas bancarias a través del SINPE Móvil. ¡Como buscando chicharrones en la noche! Si encontraba una línea todavía vinculada a una cuenta activa, ¡bam!, mandaban unos mensajes SMS con el comando “PASE” y se quedaban con el efectivo.
La Fiscalía reporta que hasta ahora han logrado identificar a 10 víctimas que perdieron un total de ¢14,500,000 colones. Ese dinerito, según la investigación, terminaba en cuentas de unas 22 personas que, bueno, digamos que no pusieron muchas trabas para facilitar sus datos bancarios. Luego, los vándalos iban a los cajeros a retirar el botín. ¡Una verdadera maraña, mae!
La captura de estos sujetos fue bastante dramática. Uno de ellos, Monge Grajal, intentó cruzar la frontera con Panamá, pero la policía estaba ahí, esperándolo con los brazos abiertos... a la cárcel, claro. Las autoridades realizaron tres allanamientos en Golfito y Corredores para juntar todas las pruebas y demostrar la magnitud del delito. ¡No se les escapó ni una!
Esto nos recuerda, una vez más, la importancia de cuidarnos en el mundo digital. Parece que algunos mae no tienen otra cosa que hacer más que andar buscando cómo aprovecharse de los demás. Es triste pensar que la tecnología, que debería facilitarnos la vida, pueda ser utilizada para fines tan nefastos. Da gusto saber que la Fiscalía está trabajando para combatir estas estafas.
Las autoridades hicieron hincapié en recordarles a todos los ticos que desconecten sus números telefónicos de sus cuentas bancarias siempre que cambien de línea o vendan un celular. ¡Es un consejo sencillo pero crucial! Mejor prevenir que lamentar, ¿verdad? No queremos que nos agarre desprevenidos a nadie con alguna sorpresa desagradable.
Con este caso, la pregunta que me hago es: ¿Cómo podemos, como sociedad, fomentar una mayor cultura de seguridad digital y proteger a nuestros adultos mayores, quienes suelen ser los más vulnerables ante estas estafas? ¿Deberíamos implementar programas educativos más intensivos o fortalecer la regulación sobre el uso de aplicaciones financieras?