¡Ay, Dios mío! Resulta que la cosa del transporte escolar sigue siendo un verdadero dolor de cabeza, ¿eh? Entre que los niños van apretujados como sardinas y que algunos choferes parecen sacados de una película de terror, los padres estamos más tranquilos que ná, ni loco. Ahora lanzaron una campaña pa’ que chequemos si los autobuses que llevan a nuestros parceritos andan dentro de la ley, y francamente, ¡qué bueno que lo hagan!
Parece mentira que todavía tengamos que andar pendiente de esto, pero la verdad es que hay demasiada informalidad rondando. Mucha gente, buscando ahorrar unos colones, contrata cualquier vehículo que les ofrezca el servicio, sin darse cuenta de los peligros que están corriendo sus hijos. Unos cuantos pesos más no valen arriesgar la vida de nadie, mijo.
Según los expertos, y ya saben, esos señores que siempre tienen razón, las unidades “legales”, como dicen ellos, cuentan con todos los papeles en regla: permisos, seguros, mantenimiento al día… ¡lo completo! Además, los choferes tienen cursos de primeros auxilios y manejo defensivo, pa’ saber qué hacer si pasa alguna bronca en la carretera. Imagínate, un señor que nunca ha visto un volante tratando de manejar un autobús lleno de niños... ¡Me da escalofríos solamente de pensarlo!
Roberto Muñoz, quien anda liderando el asunto desde la federación de autobuseros, nos advierte que los servicios informales son un peligro latente. Dice que esos buses suelen estar en pésimas condiciones, con choferes improvisados y sin ningún tipo de respaldo legal. ¡Una bomba de tiempo sobre ruedas, vamos!
Y Alexander Rojas Aguilar, de la asociación de transportistas, también echa luz sobre la gravedad de la situación. Explica que cuando se recurre a medios informales, no solo se rompen las reglas, sino que se pone en riesgo la integridad física de los estudiantes. "Falta de seguros, choferes no autorizados, vehículos en mal estado...", dice él. ¡Un cóctel molotov de problemas, mi pana!
Rafael Herrera García, director del Consejo de Transporte Público, va directo al grano: “Cuando se utilizan unidades ilegales o informales, no solo se incumple con la normativa, sino que se expone a los estudiantes a riesgos graves". No necesita adornos, la cosa está clarísima: ¡a revisar los permisos y a exigirle a los operadores que cumplan con las normas!
Ahora, claro, el MEP tampoco se queda atrás y está apoyando la iniciativa. Han movilizado a todos los colegios para que estén atentos y hagan cumplir las disposiciones vigentes. Esperamos que esta vez sí le pongan empeño, porque la seguridad de nuestros hijos no tiene precio, ¿eh? Ya hemos tenido sustos de sobra, y no queremos volver a pasar por eso. Esto no es juego de niños, literal.
Así que, mi gente, la pregunta del millón es: ¿Ustedes revisan los permisos de los autobuses que transportan a sus hijos? ¿Creen que el gobierno debería implementar medidas más estrictas para controlar este problema? ¡Compártanme sus opiniones en el foro, quiero saber qué piensan ustedes de toda esta vaina!
Parece mentira que todavía tengamos que andar pendiente de esto, pero la verdad es que hay demasiada informalidad rondando. Mucha gente, buscando ahorrar unos colones, contrata cualquier vehículo que les ofrezca el servicio, sin darse cuenta de los peligros que están corriendo sus hijos. Unos cuantos pesos más no valen arriesgar la vida de nadie, mijo.
Según los expertos, y ya saben, esos señores que siempre tienen razón, las unidades “legales”, como dicen ellos, cuentan con todos los papeles en regla: permisos, seguros, mantenimiento al día… ¡lo completo! Además, los choferes tienen cursos de primeros auxilios y manejo defensivo, pa’ saber qué hacer si pasa alguna bronca en la carretera. Imagínate, un señor que nunca ha visto un volante tratando de manejar un autobús lleno de niños... ¡Me da escalofríos solamente de pensarlo!
Roberto Muñoz, quien anda liderando el asunto desde la federación de autobuseros, nos advierte que los servicios informales son un peligro latente. Dice que esos buses suelen estar en pésimas condiciones, con choferes improvisados y sin ningún tipo de respaldo legal. ¡Una bomba de tiempo sobre ruedas, vamos!
Y Alexander Rojas Aguilar, de la asociación de transportistas, también echa luz sobre la gravedad de la situación. Explica que cuando se recurre a medios informales, no solo se rompen las reglas, sino que se pone en riesgo la integridad física de los estudiantes. "Falta de seguros, choferes no autorizados, vehículos en mal estado...", dice él. ¡Un cóctel molotov de problemas, mi pana!
Rafael Herrera García, director del Consejo de Transporte Público, va directo al grano: “Cuando se utilizan unidades ilegales o informales, no solo se incumple con la normativa, sino que se expone a los estudiantes a riesgos graves". No necesita adornos, la cosa está clarísima: ¡a revisar los permisos y a exigirle a los operadores que cumplan con las normas!
Ahora, claro, el MEP tampoco se queda atrás y está apoyando la iniciativa. Han movilizado a todos los colegios para que estén atentos y hagan cumplir las disposiciones vigentes. Esperamos que esta vez sí le pongan empeño, porque la seguridad de nuestros hijos no tiene precio, ¿eh? Ya hemos tenido sustos de sobra, y no queremos volver a pasar por eso. Esto no es juego de niños, literal.
Así que, mi gente, la pregunta del millón es: ¿Ustedes revisan los permisos de los autobuses que transportan a sus hijos? ¿Creen que el gobierno debería implementar medidas más estrictas para controlar este problema? ¡Compártanme sus opiniones en el foro, quiero saber qué piensan ustedes de toda esta vaina!
