¡Ay, Dios mío! La situación económica en Costa Rica sigue dando qué hablar, y ahora el Poder Judicial está abrumado. Resulta que seis de cada diez procesos que llegan a los tribunales están relacionados con cobros de deudas. Sí, así como lo leyeron, casi la mitad de los casos judiciales giran en torno a gente tratando de pagarle a bancos, tiendas de electrodomésticos... ¡Un brete!
Según datos recientes, existen alrededor de 761 mil casos esperando resolverse. Imagínense la carga de trabajo que eso implica para los jueces y todo el personal del Poder Judicial. Yeikol Zúñiga, del Observatorio del Mercado y Derechos del Consumidor (Omercon), nos explica que esto no solo afecta a las familias, sino que frena la economía del país. Cuando la gente no puede gastar, el motor económico va más lento. ¡Qué torta!
Parece que muchos de nosotros, simplemente, no andamos bien parados financieramente. Una encuesta revela que la mayoría de los costarricenses tienen entre dos y tres deudas, usualmente por créditos personales, préstamos con familiares o para comprar cosas por la casa. Y lo peor de todo es que un buen porcentaje, cerca del 27%, reconoce que no alcanza ni para lo básico. ¡Nosotros vamos a dar un golpe!
Y aquí viene otra cucharazo de limones: mucha gente destina hasta el 60% de su salario a pagar deudas. ¡Imagínate vivir así! Estás trabajando como burro, y a duras penas te alcanza para cubrir lo que debes. Además, el estrés financiero asociado a estas deudas baja la productividad en el trabajo. Ya saben, cuando estás pensando en cómo vas a llegar a fin de mes, difícilmente puedes rendir al máximo.
Pero ¿quién es el culpable? Omercon señala que hay una oferta agresiva de créditos con intereses altísimos, que tienta a la gente a pedir prestado para consumirlo todo, sin pensar en las consecuencias. Sumado a esto, hay una falta alarmante de educación financiera. Muchos no saben cómo manejar su dinero, y terminan metiéndose en problemas. ¡Es una combinación explosiva! Welmer Ramos, presidente de Omercon, también critica al sistema financiero, que a veces presta dinero a personas sabiendo que ya están sobreendeudadas.
Ahora, algunos quieren soluciones, y Omercon está trabajando en un “Plan de Refinanciación de Deudas” para ayudar a quienes destinan más del 40% de sus ingresos al pago de créditos. Proponen convertir las deudas de tarjetas en préstamos personales con tasas de interés más bajas (del 35% al 14%), e incluso crear seguros de desempleo colectivo. Pero ahí no se acaba, también proponen cursos obligatorios de finanzas para aquellos que hayan pasado por este apuro.
Incluso desde el Sindicato de Empleados del Banco Nacional plantean que las instituciones públicas deben enfocarse en financiar proyectos productivos que generen empleos estables y riqueza, en vez de seguir impulsando el consumo a través de créditos. David Carreras, del sindicato, enfatizó que la banca pública tiene que jugar un papel social importante en el desarrollo del país, aportando recursos para que haya empresas que prosperen y permitan que la gente tenga un trabajo digno. Ya no queremos que nos den facilidades para endeudarnos, sino oportunidades para salir adelante.
En fin, la situación es complicada, pero hay esperanza. Con propuestas como estas, quizás podamos empezar a controlar el sobreendeudamiento y darle un respiro a las familias costarricenses. Pero me pregunto, ¿cree usted que el gobierno debería implementar medidas más contundentes para regular la actividad crediticia y proteger a los consumidores, o piensa que la solución pasa fundamentalmente por mejorar la educación financiera individual?
Según datos recientes, existen alrededor de 761 mil casos esperando resolverse. Imagínense la carga de trabajo que eso implica para los jueces y todo el personal del Poder Judicial. Yeikol Zúñiga, del Observatorio del Mercado y Derechos del Consumidor (Omercon), nos explica que esto no solo afecta a las familias, sino que frena la economía del país. Cuando la gente no puede gastar, el motor económico va más lento. ¡Qué torta!
Parece que muchos de nosotros, simplemente, no andamos bien parados financieramente. Una encuesta revela que la mayoría de los costarricenses tienen entre dos y tres deudas, usualmente por créditos personales, préstamos con familiares o para comprar cosas por la casa. Y lo peor de todo es que un buen porcentaje, cerca del 27%, reconoce que no alcanza ni para lo básico. ¡Nosotros vamos a dar un golpe!
Y aquí viene otra cucharazo de limones: mucha gente destina hasta el 60% de su salario a pagar deudas. ¡Imagínate vivir así! Estás trabajando como burro, y a duras penas te alcanza para cubrir lo que debes. Además, el estrés financiero asociado a estas deudas baja la productividad en el trabajo. Ya saben, cuando estás pensando en cómo vas a llegar a fin de mes, difícilmente puedes rendir al máximo.
Pero ¿quién es el culpable? Omercon señala que hay una oferta agresiva de créditos con intereses altísimos, que tienta a la gente a pedir prestado para consumirlo todo, sin pensar en las consecuencias. Sumado a esto, hay una falta alarmante de educación financiera. Muchos no saben cómo manejar su dinero, y terminan metiéndose en problemas. ¡Es una combinación explosiva! Welmer Ramos, presidente de Omercon, también critica al sistema financiero, que a veces presta dinero a personas sabiendo que ya están sobreendeudadas.
Ahora, algunos quieren soluciones, y Omercon está trabajando en un “Plan de Refinanciación de Deudas” para ayudar a quienes destinan más del 40% de sus ingresos al pago de créditos. Proponen convertir las deudas de tarjetas en préstamos personales con tasas de interés más bajas (del 35% al 14%), e incluso crear seguros de desempleo colectivo. Pero ahí no se acaba, también proponen cursos obligatorios de finanzas para aquellos que hayan pasado por este apuro.
Incluso desde el Sindicato de Empleados del Banco Nacional plantean que las instituciones públicas deben enfocarse en financiar proyectos productivos que generen empleos estables y riqueza, en vez de seguir impulsando el consumo a través de créditos. David Carreras, del sindicato, enfatizó que la banca pública tiene que jugar un papel social importante en el desarrollo del país, aportando recursos para que haya empresas que prosperen y permitan que la gente tenga un trabajo digno. Ya no queremos que nos den facilidades para endeudarnos, sino oportunidades para salir adelante.
En fin, la situación es complicada, pero hay esperanza. Con propuestas como estas, quizás podamos empezar a controlar el sobreendeudamiento y darle un respiro a las familias costarricenses. Pero me pregunto, ¿cree usted que el gobierno debería implementar medidas más contundentes para regular la actividad crediticia y proteger a los consumidores, o piensa que la solución pasa fundamentalmente por mejorar la educación financiera individual?