¡Ay, Dios mío, qué torta! Resulta que una señora llamada Rodríguez Murillo, de 38 abriles, anda metida en un buen brete con estafas de planes vacacionales. La agarraron este lunes en Lindora, ¡en plena operación!, y parece que anduvo viviendo como reina mientras dejó a muchísima gente varada sin sus vacaciones soñadas. Imagínate la bronca de la gente…
La cosa es que, según el OIJ y la Fiscalía, la doña operaba vendiendo paquetes turísticos, principalmente a Disney y hoteles todo incluido acá en Costa Rica. Atraía a la gente por Facebook, les prometía el cielo –piscinas, buffets, actividades para los niños–, pedía el money por adelantado y luego... ¡puf! Desaparecía como humo, dejando a los incautos sin sus boletos ni sus reservaciones. ¡Un verdadero despache!
Pero eso no es todo, ¿eh? Porque resulta que mientras los turistas estaban llorando la pena porque no podían ir a ver a Mickey Mouse, la señora Rodríguez Murillo se daba unos viajecitos lujosos. Entre 2020 y 2024, salió del país 11 veces, ocho a Estados Unidos y tres a Guatemala, usando escalas en Panamá. ¡Imagínate el gallo que debía tener!
Y no eran escapadas rápidas, no señor. Solía quedarse fuera del país una o dos semanas. Según la investigación, su estilo de vida era bastante cargoso, viviendo en condominios de lujo y moviéndose con un nivel que no cuadraba con lo que ganaba honestamente. ¡Claramente, la plata venía de fuentes turbias, diay!
El Ministerio Público estima que estafó a unas 50 personas, pero creen que la cifra podría ser mucho mayor. Hay muchos más que aún no se han animado a poner la denuncia, y eso da tristeza. Lo peor es que en algunos casos, la señora utilizaba comprobantes falsos y códigos de reservación reciclados, ¡qué maquina! Demuestra que tenía todo bien planeado.
En uno de los casos más fuertes, un tipo le dio casi 30 mil dólares por reservaciones para él y sus familiares. Al final, 83 reservaciones nunca se materializaron y las otras dos fueron un fiasco. El pobre hombre tuvo que pedir un préstamo bancario para devolverle el dinero a todos. ¡Eso sí que es una vara salada!
Ahora, la doña está tras las rejas en la Fiscalía de Heredia, enfrentando cargos por estafa y un posible perjuicio económico de más de 32 mil dólares. El caso está tomando mucha notoriedad y espero que esto sirva de ejemplo para que la gente tenga más cuidado antes de lanzarse a comprar cualquier paquete turístico que le ofrezcan por redes sociales. Ya saben, siempre hay que verificar la autenticidad de la empresa y leer las letras chicas.
Esta historia nos hace pensar: ¿Hasta dónde llegarían algunas personas para obtener ganancias fáciles a costa del sufrimiento ajeno? Y ahora, quiero saber su opinión: ¿Creen que deberían endurecer las penas para este tipo de delitos o simplemente mejorar la educación financiera de la población?
La cosa es que, según el OIJ y la Fiscalía, la doña operaba vendiendo paquetes turísticos, principalmente a Disney y hoteles todo incluido acá en Costa Rica. Atraía a la gente por Facebook, les prometía el cielo –piscinas, buffets, actividades para los niños–, pedía el money por adelantado y luego... ¡puf! Desaparecía como humo, dejando a los incautos sin sus boletos ni sus reservaciones. ¡Un verdadero despache!
Pero eso no es todo, ¿eh? Porque resulta que mientras los turistas estaban llorando la pena porque no podían ir a ver a Mickey Mouse, la señora Rodríguez Murillo se daba unos viajecitos lujosos. Entre 2020 y 2024, salió del país 11 veces, ocho a Estados Unidos y tres a Guatemala, usando escalas en Panamá. ¡Imagínate el gallo que debía tener!
Y no eran escapadas rápidas, no señor. Solía quedarse fuera del país una o dos semanas. Según la investigación, su estilo de vida era bastante cargoso, viviendo en condominios de lujo y moviéndose con un nivel que no cuadraba con lo que ganaba honestamente. ¡Claramente, la plata venía de fuentes turbias, diay!
El Ministerio Público estima que estafó a unas 50 personas, pero creen que la cifra podría ser mucho mayor. Hay muchos más que aún no se han animado a poner la denuncia, y eso da tristeza. Lo peor es que en algunos casos, la señora utilizaba comprobantes falsos y códigos de reservación reciclados, ¡qué maquina! Demuestra que tenía todo bien planeado.
En uno de los casos más fuertes, un tipo le dio casi 30 mil dólares por reservaciones para él y sus familiares. Al final, 83 reservaciones nunca se materializaron y las otras dos fueron un fiasco. El pobre hombre tuvo que pedir un préstamo bancario para devolverle el dinero a todos. ¡Eso sí que es una vara salada!
Ahora, la doña está tras las rejas en la Fiscalía de Heredia, enfrentando cargos por estafa y un posible perjuicio económico de más de 32 mil dólares. El caso está tomando mucha notoriedad y espero que esto sirva de ejemplo para que la gente tenga más cuidado antes de lanzarse a comprar cualquier paquete turístico que le ofrezcan por redes sociales. Ya saben, siempre hay que verificar la autenticidad de la empresa y leer las letras chicas.
Esta historia nos hace pensar: ¿Hasta dónde llegarían algunas personas para obtener ganancias fáciles a costa del sufrimiento ajeno? Y ahora, quiero saber su opinión: ¿Creen que deberían endurecer las penas para este tipo de delitos o simplemente mejorar la educación financiera de la población?