¡Ay, Dios mío, qué torta! Imagínate esto: dos gigantes de la logística, UPS y FedEx, frenando sus vuelos de aviones MD-11. Todo porque uno de estos aparatos se vino abajo en Kentucky, dejando atrás una tragedia horrible con 14 fallecidos. Parece sacado de película, pero es la cruda realidad, má.
El avión de UPS, un McDonnell Douglas MD-11 camino a Hawái, decidió hacerle competencia a la gravedad justo después de salir del Aeropuerto Internacional Louisville Muhammad Ali. Se cayó como una piedra, prendiendo fuego a varios negocios cercanos. ¡Imagínate el susto que se llevaron los trabajadores de esos lugares! Como si fuera poco, la tripulación completa, tres personas, lamentablemente no sobrevivieron. Un brete enorme para todas las familias afectadas, diay.
Lo curioso de esta movida es que ni UPS ni FedEx tardaron en reaccionar. De acuerdo con fuentes oficiales, ambos siguieron la recomendación del fabricante, Boeing – que compró McDonnell Douglas allá por 1997 – de suspender temporalmente el uso de estos aviones. “Por precaución y en interés de la seguridad, tomamos la decisión”, dijeron desde UPS, asegurando que tienen todo listo para evitar que esto afecte el servicio. Vamos, que no quieren que el cliente se quede sin su paquete, ¿verdad?
Y ojo, porque Boeing no se quedó callada. Emitió un comunicado oficial donde insta a los tres operadores de MD-11, incluyendo Western Global Airlines, a realizar una revisión técnica exhaustiva. Con la seguridad como prioridad, dicen. No me extraña, con semejante panorama… Lo que preocupa es que el accidente ocurriera justo ahora, en medio del cierre gubernamental más largo en la historia de Estados Unidos. Eso sí que es una combinación explosiva, créeme.
Las autoridades ya están investigando a fondo lo sucedido. Todd Inman, de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), confirmó que encontraron las ‘cajas negras’ del avión, esas grabadoras que guardan toda la información vital del vuelo. Ahora tendrán que analizarlas para descubrir qué pasó realmente. Según las primeras investigaciones, parece que el culpable fue uno de los motores, que se incendió y se desprendió durante el despegue. ¡Una verdadera lástima!
Ahora bien, hablando de números, el MD-11 representa alrededor del 9% de la flota de UPS. Aunque dicen que cuentan con planes de contingencia para mantener el servicio, no cabe duda de que este incidente va a traer dolores de cabeza. Además, recordemos que Louisville es el corazón logístico de UPS, con su centro Worldport dando empleo a miles de personas. Una tragedia así, con impacto económico también, puede ser muy sentida en la comunidad.
Para rematar, el gobernador de Kentucky, Andy Beshear, salió a pedir oraciones por las familias afectadas y por la comunidad de Louisville. Y es que, como dice el dicho, ‘cuando llueve, diluvia’. A eso súmale que la planta de ensamblaje de vehículos Ford estaba peligrosamente cerca del lugar del accidente, y te das cuenta de la magnitud del potencial daño. Por suerte, los pilotos lograron evitar una catástrofe aún mayor.
En fin, una situación complicada y triste. Este accidente no solo nos recuerda la fragilidad de la vida, sino también los riesgos inherentes a la industria aérea. Pero dime, ¿crees que este tipo de incidentes deberían llevar a una regulación aún más estricta para la aeronavegación comercial, o es suficiente con las medidas actuales? Déjanos tus comentarios en el foro y cuéntanos qué piensas al respecto. ¡Vamos a debatir sobre esto!
El avión de UPS, un McDonnell Douglas MD-11 camino a Hawái, decidió hacerle competencia a la gravedad justo después de salir del Aeropuerto Internacional Louisville Muhammad Ali. Se cayó como una piedra, prendiendo fuego a varios negocios cercanos. ¡Imagínate el susto que se llevaron los trabajadores de esos lugares! Como si fuera poco, la tripulación completa, tres personas, lamentablemente no sobrevivieron. Un brete enorme para todas las familias afectadas, diay.
Lo curioso de esta movida es que ni UPS ni FedEx tardaron en reaccionar. De acuerdo con fuentes oficiales, ambos siguieron la recomendación del fabricante, Boeing – que compró McDonnell Douglas allá por 1997 – de suspender temporalmente el uso de estos aviones. “Por precaución y en interés de la seguridad, tomamos la decisión”, dijeron desde UPS, asegurando que tienen todo listo para evitar que esto afecte el servicio. Vamos, que no quieren que el cliente se quede sin su paquete, ¿verdad?
Y ojo, porque Boeing no se quedó callada. Emitió un comunicado oficial donde insta a los tres operadores de MD-11, incluyendo Western Global Airlines, a realizar una revisión técnica exhaustiva. Con la seguridad como prioridad, dicen. No me extraña, con semejante panorama… Lo que preocupa es que el accidente ocurriera justo ahora, en medio del cierre gubernamental más largo en la historia de Estados Unidos. Eso sí que es una combinación explosiva, créeme.
Las autoridades ya están investigando a fondo lo sucedido. Todd Inman, de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), confirmó que encontraron las ‘cajas negras’ del avión, esas grabadoras que guardan toda la información vital del vuelo. Ahora tendrán que analizarlas para descubrir qué pasó realmente. Según las primeras investigaciones, parece que el culpable fue uno de los motores, que se incendió y se desprendió durante el despegue. ¡Una verdadera lástima!
Ahora bien, hablando de números, el MD-11 representa alrededor del 9% de la flota de UPS. Aunque dicen que cuentan con planes de contingencia para mantener el servicio, no cabe duda de que este incidente va a traer dolores de cabeza. Además, recordemos que Louisville es el corazón logístico de UPS, con su centro Worldport dando empleo a miles de personas. Una tragedia así, con impacto económico también, puede ser muy sentida en la comunidad.
Para rematar, el gobernador de Kentucky, Andy Beshear, salió a pedir oraciones por las familias afectadas y por la comunidad de Louisville. Y es que, como dice el dicho, ‘cuando llueve, diluvia’. A eso súmale que la planta de ensamblaje de vehículos Ford estaba peligrosamente cerca del lugar del accidente, y te das cuenta de la magnitud del potencial daño. Por suerte, los pilotos lograron evitar una catástrofe aún mayor.
En fin, una situación complicada y triste. Este accidente no solo nos recuerda la fragilidad de la vida, sino también los riesgos inherentes a la industria aérea. Pero dime, ¿crees que este tipo de incidentes deberían llevar a una regulación aún más estricta para la aeronavegación comercial, o es suficiente con las medidas actuales? Déjanos tus comentarios en el foro y cuéntanos qué piensas al respecto. ¡Vamos a debatir sobre esto!
