¡Ay, Dios mío! La situación en el Hospital Nacional de Niños (HNN) está que arde. Entre enero y noviembre de este año, hemos perdido a 37 angelitos por infecciones respiratorias agudas. ¡Una verdadera torta esto! Uno se queda pensando qué está pasando y cómo podemos proteger mejor a los más peques.
Según los datos del HNN, el resfriado común, ese rinovirus que nos afecta a todos, ha sido el gran culpable en un 32% de los casos fatales. Luego viene el drama de esos casos donde no logran identificar el virus, representando un 30%, y el virus sincitial respiratorio (VSR) causando problemas similares al resfriado en un 24%. Claramente, hay mucho por mejorar en los diagnósticos y en la prevención.
Lo que realmente pone la piel de gallina es quiénes son estos niños que se van. Dieciséis eran bien chiquitos, menos de un año; doce andaban aprendiendo a correr, entre uno y cuatro años; siete estaban entrando en la edad escolar, entre diez y catorce, y dos pequeños entre cinco y nueve. ¡Eso duele, diay! Es difícil asumir que estos pequeñitos se vayan tan pronto, especialmente cuando muchos, cerca del 80%, ya venían arrastrando otras enfermedades.
El laboratorio del HNN ha rastreado casi 2600 agentes virales en los niños hospitalizados este año. Parece que el rinovirus sigue siendo el rey, con un 41%, seguido por el VSR (18%) y la parainfluenza (10%), que puede causar cosas feas como bronquiolitis y neumonía. Se ve que estamos en medio de un verdadero “pico respiratorio”, como dice el doctor Jiménez.
Y no es que la cosa esté tranquila. La semana pasada, la unidad de cuidados intensivos del HNN estaba al 100% de su capacidad, ¡y la mayoría de esos huecos los ocupaban nenes con problemas respiratorios! Infectología y las áreas de lactantes también estaban reventando. Contabilizamos 93 pacientes respiratorios internados y 14 en emergencias, con gente esperando traslado porque no había lugar. ¡Qué brete estamos viviendo!
Ahora, las autoridades del hospital nos están echando un ojo encima, recomendándonos reforzar las medidas preventivas, sobre todo ahora que vienen las fiestas navideñas. El doctor Carlos Jiménez enfatizó que cuidar a los niños es nuestra responsabilidad colectiva. Nos dice que evitemos llevarlos a lugares muy llenos, especialmente a los más chiquitos, y que usen mascarilla si tienen que ir a sitios concurridos. Lavarse las manos seguido, mantener las vacunas al día y cubrirse la boca al toser o estornudar también son clave, chunches.
Pero ojo, que también nos dicen que no nos hagamos los dormidos. Si vemos que un niño tiene dificultad para respirar, fiebre que no baja, parece confundido, duerme demasiado o no quiere comer ni beber, ¡a correr al médico! No hay que jugar con eso, mae. Mejor prevenir que lamentar, como dicen por ahí. La salud de nuestros hijos no tiene precio.
Con toda esta información, me pregunto… ¿Cómo creen que deberíamos enfocar la educación preventiva sobre los virus respiratorios en nuestras escuelas y comunidades para realmente hacer la diferencia y proteger a los más vulnerables? ¡Anímense a compartir sus ideas en el foro!
Según los datos del HNN, el resfriado común, ese rinovirus que nos afecta a todos, ha sido el gran culpable en un 32% de los casos fatales. Luego viene el drama de esos casos donde no logran identificar el virus, representando un 30%, y el virus sincitial respiratorio (VSR) causando problemas similares al resfriado en un 24%. Claramente, hay mucho por mejorar en los diagnósticos y en la prevención.
Lo que realmente pone la piel de gallina es quiénes son estos niños que se van. Dieciséis eran bien chiquitos, menos de un año; doce andaban aprendiendo a correr, entre uno y cuatro años; siete estaban entrando en la edad escolar, entre diez y catorce, y dos pequeños entre cinco y nueve. ¡Eso duele, diay! Es difícil asumir que estos pequeñitos se vayan tan pronto, especialmente cuando muchos, cerca del 80%, ya venían arrastrando otras enfermedades.
El laboratorio del HNN ha rastreado casi 2600 agentes virales en los niños hospitalizados este año. Parece que el rinovirus sigue siendo el rey, con un 41%, seguido por el VSR (18%) y la parainfluenza (10%), que puede causar cosas feas como bronquiolitis y neumonía. Se ve que estamos en medio de un verdadero “pico respiratorio”, como dice el doctor Jiménez.
Y no es que la cosa esté tranquila. La semana pasada, la unidad de cuidados intensivos del HNN estaba al 100% de su capacidad, ¡y la mayoría de esos huecos los ocupaban nenes con problemas respiratorios! Infectología y las áreas de lactantes también estaban reventando. Contabilizamos 93 pacientes respiratorios internados y 14 en emergencias, con gente esperando traslado porque no había lugar. ¡Qué brete estamos viviendo!
Ahora, las autoridades del hospital nos están echando un ojo encima, recomendándonos reforzar las medidas preventivas, sobre todo ahora que vienen las fiestas navideñas. El doctor Carlos Jiménez enfatizó que cuidar a los niños es nuestra responsabilidad colectiva. Nos dice que evitemos llevarlos a lugares muy llenos, especialmente a los más chiquitos, y que usen mascarilla si tienen que ir a sitios concurridos. Lavarse las manos seguido, mantener las vacunas al día y cubrirse la boca al toser o estornudar también son clave, chunches.
Pero ojo, que también nos dicen que no nos hagamos los dormidos. Si vemos que un niño tiene dificultad para respirar, fiebre que no baja, parece confundido, duerme demasiado o no quiere comer ni beber, ¡a correr al médico! No hay que jugar con eso, mae. Mejor prevenir que lamentar, como dicen por ahí. La salud de nuestros hijos no tiene precio.
Con toda esta información, me pregunto… ¿Cómo creen que deberíamos enfocar la educación preventiva sobre los virus respiratorios en nuestras escuelas y comunidades para realmente hacer la diferencia y proteger a los más vulnerables? ¡Anímense a compartir sus ideas en el foro!