¡Ay, Dios mío, qué bronca la que se armó! Después de una semana de persecución que dejó a medio Guanacaste al tanto, lograron agarrarle al tipo que andaba agrediendo a su ex pareja con un pico de botella. La noticia llegó como un balde de agua fría porque, díganle a quién les diga, nadie quiere escuchar de mujeres sufriendo así, máxime cuando la violencia va escalando.
Todo empezó el jueves pasado en Bolsón, un pueblito tranquilo, cuando el sujeto identificado como Estrada, se fue encima de su exnovia dentro de un comercio. No se anduvo con rodeos, sacó el pico y le pegó como loco, dejándola con heridas bien feas en la cara y los brazos. Menos mal que la Fuerza Pública reaccionó rápido y la llevó al hospital para atenderla.
Desde el primer momento, las autoridades tomaron esto como una cosa seria, una “vara” de alta prioridad, como dicen ellos. Estrada ya tenía antecedentes y, para colmo, había recibido medidas de protección que ni siquiera se molestó en cumplir. Un mae poco responsable, vamos. Y eso sumándole que el tipo vive como perro callejero, haciendo difícil rastrearlo entre la vegetación y los rincones de la región.
El Grupo de Apoyo Operacional (GAO), esos comandos especiales, junto con la policía, estuvieron peinando la zona día y noche. Buscándolo por todos lados, como si fuera el chunche perdido de alguien. Se rumoreaba que el tipo se movía de pueblo en pueblo, aprovechándose de su condición de indigente para escabullirse de la justicia. Una verdadera pesadilla para los oficiales.
Pero mira tú, la perseverancia dio sus frutos. Anoche, pasadas las nueve y media, lo encontraron escondido en una zona boscosa cerca de Ortega, Santa Cruz. Cuando vio a los polis acercándose, claro, intentó huir, pero los persiguieron y lo agarraron con todo. ¡No pudo escaparse!
Ahora, Estrada enfrenta cargos serios: incumplimiento de medidas de protección y agresión simple. Pero vaya que le tocó, diay. Lo llevaron corriendo a la Fiscalía de Santa Cruz, donde deberá explicar por qué se creyó con derecho a lastimar a una mujer de esa manera. Espero que lo metan preso por buen rato, para que reflexione sobre sus actos y aprenda a respetar a las personas.
Este caso nos pone los pelos de punta, amigos. Nos recuerda que la violencia doméstica sigue siendo un problema grave en nuestro país. Necesitamos más programas de prevención, apoyo psicológico para las víctimas y, sobre todo, hombres que aprendan a manejar sus emociones sin recurrir a la agresión física. ¡Qué pena que aún tengamos que hablar de estas cosas en pleno siglo XXI!
Y ahora me pregunto, ¿qué podemos hacer nosotros, como sociedad, para evitar que casos como este se repitan? ¿Creen que las medidas de protección actuales son suficientes o necesitamos endurecerlas? Déjenme sus opiniones abajo, ¡quiero saber qué piensan ustedes sobre este tema tan importante!
Todo empezó el jueves pasado en Bolsón, un pueblito tranquilo, cuando el sujeto identificado como Estrada, se fue encima de su exnovia dentro de un comercio. No se anduvo con rodeos, sacó el pico y le pegó como loco, dejándola con heridas bien feas en la cara y los brazos. Menos mal que la Fuerza Pública reaccionó rápido y la llevó al hospital para atenderla.
Desde el primer momento, las autoridades tomaron esto como una cosa seria, una “vara” de alta prioridad, como dicen ellos. Estrada ya tenía antecedentes y, para colmo, había recibido medidas de protección que ni siquiera se molestó en cumplir. Un mae poco responsable, vamos. Y eso sumándole que el tipo vive como perro callejero, haciendo difícil rastrearlo entre la vegetación y los rincones de la región.
El Grupo de Apoyo Operacional (GAO), esos comandos especiales, junto con la policía, estuvieron peinando la zona día y noche. Buscándolo por todos lados, como si fuera el chunche perdido de alguien. Se rumoreaba que el tipo se movía de pueblo en pueblo, aprovechándose de su condición de indigente para escabullirse de la justicia. Una verdadera pesadilla para los oficiales.
Pero mira tú, la perseverancia dio sus frutos. Anoche, pasadas las nueve y media, lo encontraron escondido en una zona boscosa cerca de Ortega, Santa Cruz. Cuando vio a los polis acercándose, claro, intentó huir, pero los persiguieron y lo agarraron con todo. ¡No pudo escaparse!
Ahora, Estrada enfrenta cargos serios: incumplimiento de medidas de protección y agresión simple. Pero vaya que le tocó, diay. Lo llevaron corriendo a la Fiscalía de Santa Cruz, donde deberá explicar por qué se creyó con derecho a lastimar a una mujer de esa manera. Espero que lo metan preso por buen rato, para que reflexione sobre sus actos y aprenda a respetar a las personas.
Este caso nos pone los pelos de punta, amigos. Nos recuerda que la violencia doméstica sigue siendo un problema grave en nuestro país. Necesitamos más programas de prevención, apoyo psicológico para las víctimas y, sobre todo, hombres que aprendan a manejar sus emociones sin recurrir a la agresión física. ¡Qué pena que aún tengamos que hablar de estas cosas en pleno siglo XXI!
Y ahora me pregunto, ¿qué podemos hacer nosotros, como sociedad, para evitar que casos como este se repitan? ¿Creen que las medidas de protección actuales son suficientes o necesitamos endurecerlas? Déjenme sus opiniones abajo, ¡quiero saber qué piensan ustedes sobre este tema tan importante!